Algunos padres podrían preguntarse: ¿por qué es tan importante conducir bien cuando viajamos con los niños? Sin duda, los pequeños aprenden de nuestro ejemplo, por lo que conducir cautelosamente, respetar todas las normas de tráfico y, además, ser un peatón prudente, será esencial en la educación de nuestros hijos.
Oportunidad para vivir la caridad cristiana
Tener o no tener un comportamiento respetuoso y cívico en nuestras ciudades y pueblos es fundamental para crear un ambiente de convivencia positivo. Compartimos un espacio con los demás ciudadanos, por lo tanto, para un cristiano es una buena oportunidad para vivir la caridad.
Aunque, en lo que a seguridad y educación vial se refiere, todos estamos llamados a comportarnos con sentido común y a evitar poner en peligro la seguridad, integridad e incluso, la vida del prójimo. Por supuesto, en la carretera, la nuestra también está en juego.
Al final, en todos los ámbitos de nuestra existencia, debemos poner en práctica la recomendación moral que realizó Jesús a sus discípulos: «Hagan por lo demás lo que quieren que los hombres hagan por ustedes.» (Lc 6, 31).
Atención con el Quinto Mandamiento
Además, en nuestra manera de comportarnos en la carretera o en las calles de nuestra ciudad, entra en juego el cumplimiento del Quinto Mandamiento.
De hecho, si realizamos un buen examen de conciencia, siempre debemos tener en cuenta esta pregunta: “¿He sido imprudente en la conducción de vehículos?”.
La respuesta no solo implica a la virtud de la prudencia, sino también al hecho de mantener un buen estado de salud cuando cogemos el coche, y por supuesto, a no haber consumido alcohol ni drogas.
Sin duda, se trata de respetar a los demás y de respetarse a uno mismo.
El buen ejemplo también educa
Por esta razón, dar educación vial a nuestros hijos es indispensable para que en un futuro se conviertan en adultos comprometidos y ejerzan de peatones, conductores o pasajeros intachables.
En ocasiones podemos pensar que ya serán las autoridades o el colegio quien enseñe a los niños y les ilustre sobre la importancia de mantener comportamientos y actitudes responsables en carretera. Pero en realidad, esta tarea nos corresponde ofrecerla a nosotros como padres, sobre todo con nuestro ejemplo cotidiano.

Esperar que un semáforo se ponga verde, ceder el paso o mirar antes de cruzar por un paso de peatones son algunas prácticas y hábitos frecuentes que, si se adoptan desde la infancia, les acompañarán toda la vida y les ayudarán a evitar accidentes.
5 lecciones al volante
En definitiva, el hecho de haber instruido a nuestros hijos en educación vial y dedicado tiempo a enseñarles a ser un buen peatón o conductor les ayudará a adoptar una serie de virtudes y de comportamientos sensatos y prudentes, que les servirán en su vida futura.
1A ser respetuosos.
- La educación vial sirve para crear en los niños y jóvenes actitudes de respeto a las normas de tráfico y a seguir las señales. Con esta app, puedes enseñar a tu hijo las distintas señales de tráfico.
- Además, aprenderán a obedecer las órdenes de los agentes o guardias de circulación, ya que son una autoridad, pero también trabajan para servir en la vigilancia y ordenación del tráfico.
- Del mismo modo, nuestros hijos aprenderán a tener un comportamiento adecuado con los peatones y con otros conductores. Por ejemplo, respetarán un ceda el paso, facilitarán la incorporación de un coche a una carretera, ofrecerán ayuda a una persona mayor para cruzar la calle o mantendrán la distancia correcta al adelantar a una bicicleta, entre otras acciones.
- Y siempre con una sonrisa y con una buena disposición, siendo amable con todos.
2A ser prudentes y cautelosos.
- De ruta por carretera o por ciudad, ya sea en coche o andando, mantendrán una actitud de alerta, para evitar los accidentes de tráfico, tanto de peatones como de conductores.
- Por esta razón, sabrán que hay que tener un buen estado de salud a la hora de salir a la carretera. Por supuesto, no consumirán ni alcohol ni drogas antes de ponerse al volante.
- Si durante la conducción se sienten muy cansados, pararán a descansar y a tomar un café. La seguridad es lo más importante.
- Antes de salir, consultarán el tráfico o las posibles situaciones complejas que se puedan encontrar durante su ruta. Así estarán prevenidos.
- Evitarán las distracciones: nada de móviles, ni música demasiado alta, ni llevar auriculares, ni buscar cosas dentro del coche. Tampoco fumarán, comerán o beberán mientras conducen.
- Si viajan en motocicleta o en bicicleta, seguirán las normas de circulación de estos vehículos, y por supuesto, llevarán casco.
- Si actúan como un peatón, ya estarán al tanto de mirar siempre a ambos lados antes de cruzar y lo harán por un paso de cebra. Además, nunca pasarán un semáforo en rojo.
3A ser cuidadosos y austeros.
- Un coche, una moto o una bicicleta son unas máquinas muy precisas. Por lo tanto, necesitan de un mantenimiento periódico. Así que deberán preocuparse de revisarlos y mantenerlos: añadir aceite, revisar los neumáticos, probar los frenos y mantenerlo limpio.
- Además, procurarán incorporar los últimos sistemas de seguridad, para no poner el peligro a los otros conductores ni a los que van con ellos en el vehículo: airbag, sistema de frenado, sillitas de sujeción de niños pequeños, …
- Serán austeros a la hora de adquirir un coche: lo principal es que sea cómodo y se ajuste a sus necesidades y las de su familia.

4A ser caritativos.
- Cuando vayan en coche por carretera o por ciudad se encontrarán con múltiples situaciones en las que alguien necesite ayuda. Por lo tanto, es importante que conozcan y practiquen las primeras medidas de seguridad en caso de accidente y otras normas de socorrismo y primeros auxilios.
- También ofrecerán ayuda y estarán pendientes de los colectivos más vulnerables o con más riesgo: los niños a la salida del colegio, los ancianos al cruzar una calle, personas con alguna discapacidad, los ciclistas, …Todos son igual de importantes en la vía pública y merecen atención.
5A ser sostenibles.
- Por último, utilizarán en la medida de lo posible el transporte público, o se moverán en vehículos más sostenibles y menos contaminantes, como las bicicletas o los coches eléctricos. Utilizarán más el tren que el avión.
- La nueva movilidad será segura, sana y sostenible así que también compartirán coche o moto con otros usuarios.
- Cambiarán su forma de conducción: menos velocidad implica menos consumo de combustible.
- Y en la medida de lo posible, en ciudad, irán a pie.
- De esta manera, reducirán el consumo energético y las emisiones contaminantes. Y la calidad de vida de los ciudadanos mejorará.
En resumen, vale la pena dar lecciones de educación y seguridad vial a nuestros hijos porque en realidad son lecciones de vida que les ayudarán en el futuro a vivir en sociedad.

