La Iglesia dedica de forma especial el mes de octubre a la Virgen, en su advocación de Nuestra Señora del Rosario, que celebramos el día 7. Los cristianos celebramos muchas fiestas de la Madre de Dios y también le dedicamos muchas oraciones. Entre ellas destaca el rezo del Rosario.
El origen de esta práctica de devoción mariana se remonta al siglo IX, cuando se compuso el Avemaría como oración para honrar a la Virgen. A lo largo del tiempo ha ido cambiando de composición hasta la forma actual. La devoción a la Virgen a través del rezo del rosario se expandió por muchos países en el siglo XIII, la época de santo Domingo de Guzmán.
Por esta razón os proponemos que padres e hijos elaboréis juntos un rosario. Así, mientras vais introduciendo cuentas en la cuerda y haciendo nudos, podéis repasar juntos los 20 misterios que componen esta oración.
Rosario, compendio del Evangelio
El Rosario recoge los momentos gozosos, dolorosos y gloriosos de la vida de Jesús y de María y, desde el año 2002, también incluye los misterios luminosos, que tratan especialmente de la vida pública del Hijo de Dios.
Fue San Juan Pablo II quien introdujo los Misterios Luminosos en el rezo del Rosario, ya que consideraba el Rosario como un “Compendio del Evangelio” y estos nuevos misterios comprenden desde el Bautismo de Cristo hasta la institución de la Eucaristía.
En la carta apostólica Rosarium Virginis Mariae el Papa nos recuerda:
“Con el Rosario, el pueblo cristiano aprende de María a contemplar la belleza del rostro de Cristo y a experimentar la profundidad de su amor. Mediante el Rosario, el creyente obtiene abundantes gracias, como recibiéndolas de las mismas manos de la Madre del Redentor”.
Rezo del Rosario
Rezar el Rosario es cuestión de práctica y al principio es más fácil aprender de alguien que sepa cómo llevar esta oración. Así que os recomendamos que lo recéis en compañía de vuestros hijos.
De esta forma aprenderán de memoria las diferentes oraciones y partes que lo componen. Además, si utilizan el Rosario para llevar las cuentas de las avemarías y los misterios, lo harán mejor y no se perderán ni se distraerán tan fácilmente.
El Rosario sigue una estructura básica desde el inicio hasta el final, pero según las tradiciones de distintos lugares se pueden añadir algunas jaculatorias y oraciones que expresan la riqueza de la piedad popular. Así mismo, a lo largo de los años el rezo del Rosario ha sufrido alguna modificación.
De hecho, el Papa Francisco incluyó el junio del 2020 tres nuevas invocaciones marianas en el Rosario, que forman parte de las letanías lauretanas: Madre de la misericordia, Madre de la esperanza y Consuelo de los migrantes.
Podéis consultar esta web para iniciaros en el rezo de esta oración:
Materiales necesarios para realizar la manualidad
- Bolitas de colores que sirvan de cuentas.
- Una cruz.
- Cordoncillo o hilo de nylon.
- Tijeras.
- Una pajita (pitillo o popote) para poder hacer bien los nudos.
- Una caja o bolsa para guardar el rosario.
10 Pasos a seguir
1-Primero, cortar 1’50 cm o 2m de cordoncillo (según el grosor del cordón y del tamaño de las cuentas, necesitaremos más longitud o menos).
2- Después, al principio del cordoncillo dejar un espacio de unos 10 cm y en ese punto realizar el primer nudo, ayudándonos con una pajita (pitillo o popote). Este nudo del Rosario suele ser un nudo franciscano. En este tutorial podéis consultar la manera de realizar
.3- Ahora introducir 10 bolitas del mismo color (serán las Avemarías del 1er Misterio de nuestro Rosario). Y al acabar, realizar otro nudo franciscano, pegado a la última bolita.
4- Dejar un espacio de 1 cm aproximadamente, y entonces realizar otro nudo. Introducir una bolita más grande, que será el Padrenuestro del 2º Misterio. A continuación, realizar otro nudo pegado a esta bolita.
5- De nuevo, dejar 1 cm y hacer un nudo. Introducir 10 bolitas de otro color, que formarán parte del 2º Misterio. Otra vez, un nudo al acabar.
6- Repetir esta operación hasta completar los 5 misterios: 10 bolitas pequeñas, 1 bolita grande con sus nudos entre medio.
7- Cuando hayamos acabado, juntar una parte y otra del cordoncillo con todas las cuentas de colores mediante un nudo y cortar la parte más corta del cordoncillo, la del inicio.
8- Seguidamente vamos a rematar nuestro rosario, introduciendo las 5 últimas bolitas en la parte larga del cordoncillo. La primera y última de un color, y las 3 cuentas del medio de otro.
9- Finalmente, añadimos la cruz en la punta. Cortamos el cordoncillo que nos sobre y quemamos ligeramente la punta con una cerilla o mechero para que no se deshilache.
10- ¡Ya tenemos nuestro Rosario acabado! Podemos guardarlo en una cajita o en una bolsa.
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Pedir la protección de la Virgen
A partir de ahora, cada uno en la familia con su rosario en mano, podréis poneros bajo la protección de la Virgen: pedirle por vuestras necesidades y encomendaros a ella para que os ayude en tareas difíciles -o no tanto-.
Además, la misma Virgen María, cuando se ha aparecido en la Tierra, ha animado siempre a sus fieles a rezar esta oración. Por ejemplo, el 13 de mayo de 1917, en su primera aparición en Fátima, María dijo a los tres pastorcillos: “Rezad el Rosario todos los días para alcanzar la paz del mundo y el fin de la guerra”. Y en su última aparición en ese lugar ella misma se presentó como la “Señora del Rosario”.
Para San Josemaría “El Santo Rosario es arma poderosa. Empléala con confianza y te maravillarás del resultado”. Camino, 558.
Hoy celebramos a...