"Es una alegría poder ofrecer un hijo a Dios, y si Él así lo desea, le vas a ofrecer uno…"
No se pierda esta Misa internacional para aquellos que necesitan sanación. Llevaremos sus intenciones al altar – sin coste.
Este sábado 16 de octubre en la catedral de Córdoba, fueron beatificadas otras 127 víctimas de la persecución religiosa de los años 30 del siglo XX en España.
Durante la guerra civil española, fueron asesinados unos 6.800 sacerdotes y religiosos.
Más de dos mil ya han sido beatificados, y están en proceso otras tantas causas.
Entre los últimos beatificados en Córdoba hay 79 sacerdotes, cinco seminaristas, tres religiosos, una religiosa y 39 laicos.
Entre ellos se encuentra el padre Juan Elías Medina quien fue asesinado a los 33 años, el 25 de septiembre de 1936.
Una impactante carta
Cuando recogieron su breviario de la prisión, en el interior se encontró una carta para su madre:
Madre:
Mientras escribo esto, parece que se está decidiendo mi sentencia de muerte. Sin embargo, escribo con calma. Que Dios te dé fuerzas para recibir esta noticia. Es una alegría poder ofrecer un hijo a Dios, y si Él así lo desea, se lo vas a ofrecer. Espero que nos veamos en el cielo, reza con frecuencia “Señor mío y Dios mío”, y si puedes, haz una buena confesión, y así viviremos juntos para siempre en la Gloria.
Diles a los que pregunten por mí que recen mucho por mi alma, que lo necesitará mucho. A mis hermanos, que sean buenos y que no dejen de [rezar por mí]. Y sobre todo, considera que tu hijo muere contento, y en esta hora, más que nunca, te amo. Tu hijo, Juan.
Un reconocimiento universal
El prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el cardenal Marcello Semeraro, presidió la misa ante más de tres mil personas. Puedes verla en diferido aquí:
Al día siguiente, desde el Vaticano, el papa Francisco pidió un aplauso para los mártires beatificados.
Francisco destacó que la fidelidad de estos mártires «nos da la fuerza a todos nosotros, especialmente a los cristianos perseguidos en diferentes partes del mundo, la fuerza de testimoniar con valentía el Evangelio».
