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El papa Francisco habló hoy de la violencia y los errores cometidos en la historia de la Evangelización y en nombre de Dios. Lo hizo en su predicación de este miércoles, 13 de octubre de 2021, en el Aula Pablo VI del Vaticano.
“Ser capaces de anunciar la Buena Noticia de Cristo Salvador respetando lo que hay de bueno y verdadero en las culturas. ¡No es algo fácil!” ha insistido el Obispo de Roma que se ha reunido con grupos de peregrinos y fieles de Italia y de todo el mundo.
“Cuántos errores se han cometido en la historia de la evangelización al querer imponer un solo modelo cultural. A veces, no se ha renunciado ni siquiera a la violencia para hacer prevalecer el propio punto de vista.”, ha añadido el Papa en la audiencia general del miércoles.
El Papa indicó que ser católico no es un adjetivo sociológico o una etiqueta convencional, es, en realidad, ser universales en la libertad del amor y, considerando la historia y la cultura de cada pueblo que tiene un encuentro con Jesús.
“La libertad obtenida de la muerte y resurrección del Señor no entra en conflicto con las culturas, no entra en conflicto con las tradiciones que hemos recibido, al contrario, les introduce una nueva libertad, una novedad liberadora, la del Evangelio que entra en cada cultura, reconoce las semillas de la verdad presente y las desarrolla llevando a plenitud del bien que hay en ellas.”
El Papa predicó sobre una tentación en el momento de Evangelizar: buscar la uniformidad y no la unidad. "Hay muchas tentaciones de querer imponer el propio modelo de vida como si fuera el más evolucionado y el más deseable.”.
Precisamente, el papa Francisco ha seguido reflexionando hoy sobre la libertad cristiana, especialmente se detuvo en una consecuencia de la libertad: Así como Cristo hizo, se refirió a saber acoger a todos los pueblos y culturas que se abrieron a Él.
“Acoger la fe no supone renunciar en su esencia a las propias raíces y tradiciones, sino sólo a lo que obstaculiza la novedad y pureza del Evangelio”, sostuvo el Papa.
De esta manera, ha hablado del verdadero sentido de la inculturación. Esto es - señaló - que “podamos anunciar a Cristo Salvador respetando lo bueno y auténtico que existe en cada cultura y en cada sociedad, considerando también su continua evolución”.
El Pontífice aseguró que la libertad de la fe cristiana es dinámica y el don que debemos custodiar nos exige que vivamos esa libertad en un peregrinaje constante, orientados hacia la plenitud que estamos llamados a alcanzar.
El Obispo de Roma ha pedido una Iglesia capaz de ver los cambios culturales. Pensar la Evangelización “en este momento histórico de gran cambio cultural, en el que la tecnología” parece imponerse.
“Si pretendiéramos hablar de la fe como en los siglos pasados, correríamos el riesgo de que las nuevas generaciones ya no nos entendieran. La libertad de la fe cristiana no indica una visión estática de la vida y la cultura, sino una visión dinámica. No pretendemos, por tanto, estar en posesión de la libertad. Hemos recibido un regalo que hay que custodiar”.
“Somos libres porque hemos sido liberados, liberados por la gracia, liberados por el amor, que se convierte en la ley suprema y nueva de la vida cristiana, liberados gratuitamente.”, expresó el Papa.
Lamentó los fundamentalismos de ayer y de hoy, los fundamentalistas que se encuentran en la historia que se repiten en varios tiempos. Los mismos que también rechazaron las novedades de la pureza del Evangelio. El Apóstol Pablo sufrió las consecuencias de esa actitud rígida y lejana del amor a Dios.
En su predicación, el Papa ha continuando su ciclo de catequesis sobre la Carta del Apóstol Pablo a los Gálatas, centrada sobre su meditación en el tema: "La libertad cristiana, fermento universal de liberación" (cf. Lectura: Gal 5,1.13). La Audiencia General concluyó con el canto del Pater Noster (Padre Nuestro) y la Bendición Apostólica.
En sus saludos a los a los fieles de habla alemana, el Papa recordó el aniversario de la Virgen de Fátima que se celebra este 13 de octubre:
“Que la Santísima Virgen María, cuyas apariciones en Fátima conmemoramos hoy, sea nuestra guía en el camino de la conversión y la penitencia continuas, para que podamos encontrar a Cristo, el Sol de la Justicia. Que su luz nos libere de todo mal y disipe la oscuridad de este mundo.”.
Justamente un día como hoy, 13 de octubre de 1917, miles de peregrinos se encontraban en Fátima (Portugal), cuando ocurrió el “Milagro del sol” llamado así porque se vio al sol temblar, en una especie de danza. El suceso duró unos tres minutos y medió y sucedió luego de la última aparición de la Virgen María a los pastorcitos Jacinta, Francisco y Lucía.
Entretanto, el Papa en sus saludos a los fieles de lengua portuguesa, lugar de origen de las apariciones de la Virgen:
“Y os deseo que reforcéis cada vez más en vuestros corazones el sentimiento y la convivencia con la Iglesia, perseverando en el rezo diario del Rosario. Así podréis encontrar a la Virgen Madre cada día, aprendiendo de ella a cooperar plenamente con los planes de salvación que Dios tiene para cada uno de vosotros. Que el Señor te bendiga a ti y a tus seres queridos.”.
Al final, el Papa saludó cordialmente a los fieles de lengua española. “Los animo a mantener un espíritu de peregrinos, siempre en camino, siguiendo juntos las huellas de Cristo con libertad y alegría, hacia esa patria a la que Dios nos convoca. Que el Señor los bendiga. Muchas gracias”.