El fuego y los incendios en la zona de Santa Cruz, vinculada a la famosa tierra misional conocida como la Chiquitania, sigue incrementándose y hasta ha obligado a evacuar a niños de sitios como Concepción y San Javier, consignan medios locales como El Deber.
Sin dudas aquí una situación que lleva meses, no exenta de la responsabilidad del hombre, y hasta ha desatado el pronunciamiento del propio arzobispo de Santa Cruz, monseñor Sergio Gualberti.
“Hace falta cambiar nuestra mentalidad y adoptar una espiritualidad ecológica”, expresó Gualberti al hacer referencia a una situación que incluye también los incendios de bosques.
Sin embargo, más allá de esta situación que tiene que ver con la naturaleza, hay otro tipo de fuego que genera mayor indignación aún: el que proviene de ataques y divisiones.
Eso es lo que ha sucedido en los últimos días también en Bolivia tras enfrentamientos entre personas vinculadas a la producción de hoja de coca y la Policía. Sucedió en La Paz el pasado 24 de septiembre en la lucha por apoderarse del Mercado de la Coca, una disputa que incluyó también el intento de ingreso a las oficinas de la Asociación Departamental de Productores de Coca (Adepcoca).
En medio de esto, una situación cargada de violencia que dejó varias personas heridas y la quema de patrullas en una estación policial, también una imagen particular captada por AFP: la de un policía antidisturbios saliendo de la comisaría en llamas con la Virgen de Copacabana en manos.
Según señalan otros medios como Página 7, los uniformados rescataron al menos dos imágenes de la Virgen de Copacabana, que es además la Patrona de la Policía Boliviana, advocación a la cual le rinden homenaje cada 5 de diciembre desde el año 1954.
Mientras tanto, la imagen por demás contundente, deja de alguna manera una señal de presencia mariana en medio de esas disputas humanas cargadas de dolor y que claman diálogo o solución. Sí, en medio de todo esto que parece incoherente también está la querida Virgen de Copacabana.