La pandemia de Covid-19 ha dejado en suspenso los planes de innumerables personas, que esperan hasta el día en que puedan reunirse con familiares y amigos.
Para algunos padres, esto también significa suspender el sacramento del bautismo de su bebé nacido en medio de la pandemia.
Estos padres continúan esperando, mientras la pandemia continúa extendiéndose y no tiene un final a la vista.
La Iglesia católica insta encarecidamente a estos padres a que bauticen a sus hijos lo antes posible, sin esperar las circunstancias perfectas en un futuro desconocido.
El motivo de esta insistencia es que el bautismo es un sacramento esencial, incluso más importante que los “servicios esenciales” que se permitieron permanecer abiertos durante los cierres de 2020.
El Catecismo de la Iglesia Católica explica la necesidad del bautismo:
El papa Francisco es uno de los defensores más firmes de que los niños sean bautizados lo antes posible después de su nacimiento. Reflexionó sobre este tema en una audiencia general en 2018.
No podemos predecir el futuro, pero lo que podemos hacer es actuar en el momento presente.
Busca un sacerdote en tu zona que bautice a tu bebé. Piensa en ello como una “visita al médico” esencial que sentará las bases para la salud espiritual de tu hijo.
Si llevas a tu bebé recién nacido al médico para que lo revise cada pocos meses, ¿por qué no programar un bautismo con un sacerdote local?