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Tenía solamente dos meses de edad cuando su padre, que quería tener un hijo varón, las atacó a ella y a su madre con ácido mientras la madre le daba el pecho. La historia de Anmol Rodriguez, una modelo india de 26 años, es extraordinaria.
Esta joven mujer lleva mucho camino recorrido. Su madre murió pocos días después del ataque, pero la pequeña Anmol sobrevivió a sus heridas. Pasó cinco años en el hospital después de quedar desfigurada, gravemente quemada y de perder un ojo.
Como ningún familiar quería hacerse cargo de ella, fue enviada a un orfanato donde la cuidaran. Allí, los educadores se aseguraron de que no era discriminada o ridiculizada por los otros niños.
“Solamente tengo buenos recuerdos de mi orfanato. Tenía cuatro amigos que eran muy íntimos y nunca pensé que se me trataría de forma diferente a ellos”, recuerda en una entrevista con Mihika Agarwal de Vogue.
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Con su sólido historial académico, la joven decidió asistir a la universidad en Bombay. Fue allí donde encontró la decepción y la violenta confrontación con la realidad: cuando intentaba conectar con otros estudiantes, la rechazaban.
“Las cosas se volvieron muy difíciles para mí cuando entré en la vida universitaria. Me convertí en víctima de discriminación y burlas debido a mi aspecto”, contó a la periodista Diksha Yadav en una entrevista para The Statesman.
Tras caer en una depresión, logró continuar con sus estudios gracias a una tutora que la acompañó personalmente. Ella ayudó a Anmol a superar los momentos más difíciles.
“Mi tutora me ayudó mucho a ver la luz. No solo me enseñó a centrarme en mí misma y en mis objetivos, sino que me ayudó a graduarme en la Universidad y encontrar un trabajo”, contó a Vogue.
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Para Anmol, la vida nunca ha sido un camino de rosas. Dos meses después de conseguir su primer trabajo, fue despedida porque su aspecto “incomodaba” a sus colegas.
“Un buen día, me notificaron que ya no tenía que ir más al trabajo”, contó a Agarwal. “Ni siquiera querían decirme el motivo. Fue solo tras preguntar unos pocos días después cuando me dijeron que mi cara había estado generando incomodidad en mis compañeros de trabajo”.
En ese momento, la joven decidió tomar el control de su vida. En el futuro, ya no sería una víctima, sino una mujer activa y libre. Creó una cuenta de Facebook donde empezó a compartir fotografías de ella, todo un paso adelante para una mujer que ha sufrido un ataque de ácido.
“Mis amigos no consideraban que fuera una buena idea al principio. Pensaban que la gente me trolearía. Pero lo que recibí fue valoración y respuestas positivas”, explicó a Vogue.
Recibió muchos comentarios positivos y muchas personas se interesaron por su historia. Varias marcas se fijaron en ella y la contactaron para trabajar como modelo.
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Con Instagram, Anmol se convirtió en una auténtica influencer. Publica fotografías de ella misma sin filtros porque, según explica, su objetivo no es embellecerse o presentarse de forma diferente a como es en realidad. Por supuesto, también recibe comentarios negativos.
“Siempre soy consciente del hecho de que es un espacio virtual, así que nunca me tomo nada demasiado personalmente”, afirma. Hoy en día, no tiene miedo de compartir su historia y dar testimonio del camino que ha seguido.
“El ácido no termina con nuestras vidas. Cambia nuestro rostro de lo canónico, pero no puede destruir el alma”, afirma. “Somos las mismas por dentro; tenemos que aceptar quiénes somos y vivir felices”. Según declaró para The Statesman: