Una gigantesca grúa colocó ayer la pieza que faltaba para que pueda instalarse la estrella que adornará la torre dedicada a la Virgen María en la Sagrada Familia.
Se trata del tercio superior del fuste de la torre. Es una pieza que acaba en tres brazos o puntas donde reposará la estrella.
La pieza va ya ornamentada con el mosaico propio de Gaudí: un trencadís en este caso de colores azules, que se va difuminando hasta convertirse en blanco. Tanto el color azul como el blanco son los colores que más se emplean en el simbolismo cuando se habla de la Virgen en el arte cristiano.
Según explicaron fuentes de la Basílica de la Sagrada Familia, el fuste es la parte intermedia del terminal de la torre de la Virgen María, mide 18 metros de altura, empieza en seis patas y finaliza en tres puntas o brazos de apoyo de la estrella luminosa.
La forma de esta pieza es en realidad muy natural. Es la forma que damos a la mano cuando queremos sujetar en el aire una pelota de tenis, por ejemplo, con el pulgar, el dedo índice y el corazón. Tres puntos de apoyo son suficientes.
Después de haber parado la construcción de la Sagrada Familia a causa de la pandemia a lo largo de 2020, a comienzos de este año las obras se reanudaron. En abril se colocaba el encofrado y el armado del tercio inferior, de 10,80 metros de alto.
Así, con la colocación del tercio superior, la torre de la Virgen María llega ya a los 134 metros. Cuando se coloque la estrella medirá 138 metros.
La torre de Jesucristo, que será la más importante aunque está todavía por culminar, tendrá 172,5 metros de alto. Una altura que no es un capricho. Gaudí quiso que fuera inferior a la altura de la montaña de Montjuïc, en señal de humildad ante la obra de la Naturaleza creada por Dios.
En diciembre, por Navidad, está previsto culminar la torre de la Virgen María, que será la primera de las seis torres centrales en terminarse. Este momento histórico se celebrará con una gran fiesta de ciudad, anunció la Basílica.
Mientras tanto, está previsto un concierto de la Filarmónica de Viena, el día 18 de septiembre. La víspera habrá un preestreno y la Sagrada ha organizado un concurso popular en el que se sortean 200 entradas dobles para asistir al evento.