La menestra conventual es una receta que nos regalan las Hermanas Clarisas de Medina de Rioseco, un convento que se encuentra en la Villa de Medina de Rioseco (provincia de Valladolid), denominada “Ciudad de los Almirantes” porque fue sede del Almirantazgo de Castilla durante varios siglos.
En sus primeros años de fundación, la Comunidad fue muy numerosa y contaba con benefactores de la Orden y del Monasterio de los Almirantes de Castilla.
Actualmente quedaban tan solo tres hermanas ya mayores, por lo que necesitaban la ayuda de otras hermanas. Por ello hace un par de años tuvieron que tomar la difícil decisión de abandonar el cenobio al no haber vocaciones religiosas que aseguren el futuro de su comunidad.
Fue entonces cuando ellas se fueron al Convento de Santa Isabel de Valladolid, y luego el convento fue habitado por religiosos de la Comunidad de la Misión Eucarística Voz de los Pobres.
A pesar de ello sabemos que sus recetas viajan con ellas. En esta oportunidad nos encontramos con un plato típico español, para compartir la mesa familiar y deleitarse con esta preparación sencilla, saludable y económica.
Menestra conventual
Ingredientes:
para 6 personas
Preparación:
Se quitan las hojas maduras y el tallo de las alcachofas, partiéndolas en cuatro. Se cortan también los tallos de las acelgas en trozos. A continuación, en una olla con abundante agua salada, se cuecen ambos ingredientes con las zanahorias (lavadas y partidas en cuadritos) durante 15 o 20 minutos. Cuando aún estén tiesas, aunque ya cocidas, se escurren.
Se hierven en la misma agua de los guisantes, las habas y las judías verdes troceadas durante 10 minutos.
La patata, una vez pelada, se corta en cuadraditos, y se fríe en abundante aceite.
Se cuecen los huevos y se parten en 4 trozos. Se vierten en otra cazuela, 3 cucharadas de aceite y se fríen la cebolla rallada y el ajo picadito.
Se añade el jamón, dándole varias vueltas y se agregan los guisantes, las habas, las judías escurridas, además de las zanahorias cortadas en cuadraditos.
Se rectifica la sal y se adorna con las puntas de los espárragos. Se deja el último hervor hasta que el caldo se reduzca casi por completo.
Se sirve bien caliente.
La menestra puede ir acompañada de toda clase de verduras, según la temporada. También se le puede añadir salsa de tomate.
Receta del libro: “Cocina Monacal” de las Hermanas Clarisas, Editorial Ardatz, S.L y S.P.A.M, S.A, Cuarta edición 1996, página 137.
Valor nutricional:
Este guiso típico español de las Hermanas Clarisas, la menestra conventual, es un plato exquisito y muy completo nutricionalmente, ya que es fuente de carbohidratos, proteínas, fibra y vitaminas y minerales.
Se utilizan ingredientes de temporada Esto es importante destacar porque promueve una gastronomía sostenible y responsable.
Apostar por el consumo de alimentos de temporada y locales no solo ayuda a llevar una alimentación más saludable, equilibrada, sino que es más económica y nos aporta más sabor y aroma. Pero además de todos estos beneficios ayuda también a disminuir el efecto de los gases de efecto invernadero y por tanto al combatir el cambio climático.
Es fundamental tomar conciencia de que el cómo nos alimentamos impacta no solo en nuestra salud, sino también en el medio ambiente y en el cambio climático.
Si te interesa adoptar un estilo de vida más sostenible puedes encontrar información de interés en la plataforma de Laudato Sí´ que se lanzo este año aquí.
En este plato también hay un aprovechamiento de ingredientes, por ejemplo se utilizan los tallos de las acelgas para realizar este delicioso guiso, los tallos por lo general se desechan, pero es un desperdicio hacerlo sabiendo que es perfectamente comestible y añaden valor nutricional a nuestra dieta.
Un consejo que nos regalan las Hermanas:
“ Sí queremos llevar una economía familiar debemos conservar las sobras. No tenemos que tirar nada. El pan duro puede servirnos para hacer una deliciosas torrijas y con los restos de un pescado de la víspera, podemos elaborar unas extraordinarias croquetas. Hay mucha gente que pasa hambre en el mundo y que podría vivir con lo que nosotros despreciamos.”