Joven enfermero es ordenado sacerdote en Portugal: Rúben Marques de Figueiredo se convirtió en el Padre Rúben el pasado 16 de julio, cuando fue ordenado en la catedral de Santarém. A partir de septiembre será el responsable de las parroquias de Ulme, Parreira, Chouto y Vale Cavalos, en el municipio de Chamusca.
Durante su infancia, la figura de Jesús ya fascinaba a Rubén, pero todavía no tenía mucha idea sobre el futuro descubrimiento de su vocación.
De hecho, a los 19 años, parecía que su camino se alejaría mucho de los altares.
Ya cursaba el primer año de la Facultad de Teología de la Universidad Católica de Portugal cuando, el 8 de septiembre de 2002, una tragedia inesperada le hizo abandonar la vida religiosa e incluso dejar de asistir a la iglesia: su madre, lamentablemente, falleció de forma repentina en un grave accidente de carretera.
Él lo explicó al diario local O Mirante:
“Fue un momento muy difícil en mi vida y en mi familia (…) Me pregunté por qué había ocurrido ese fatal accidente. Estaba enojado. No pensé que podría continuar la misión religiosa y, después de hablar con los sacerdotes, decidí irme, a pesar de que la puerta estaba abierta para mí”.
Después de abandonar el curso de teología, Rúben se graduó en enfermería y trabajó durante dos años como enfermero, pero la llamada de Jesús no se quedó callada en su corazón.
El joven realizó varios retiros espirituales y, tras mucha oración y discernimiento vocacional, regresó a la Teología en 2011.
Por fin sacerdote
El que había sido entrenado como enfermero para ayudar a cuidar la salud del cuerpo, ahora es ordenado sacerdote para cuidar la salud del alma. También en sus declaraciones a O Mirante, el P. Rubén cuenta:
“Lo que me encanta de la figura de Jesús es su compasión por las personas, estar cerca de las personas, no discriminar a nadie. Esta es también mi misión. Por eso siempre quise ser como Jesús, en el sentido de que también podía ayudar y estar cerca de las personas. Ser sacerdote es un proyecto de vida y una relación con algo que es trascendente y tiene un nombre, que es Jesucristo ”.
Y terminó:
“Siento que las personas están lejos de Dios, pero también de sí mismas. Solo nos llevamos bien con los demás si nos conocemos a nosotros mismos, y el problema es que la gente ni siquiera quiere conocerse a sí misma, porque cuesta trabajo y no siempre es fácil; ¡cuánto más conocer la Iglesia y todo lo que la rodea! Permanecen encerrados en sí mismos y se alejan de los demás y del afecto entre las personas”.
Hoy celebramos a...