Poco después de ganar la medalla de plata en la prueba de los 400 metros planos, este atleta de 23 años alabó al Señor y contó cómo su madre influyó en su vida espiritual.
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Tan pronto terminó la exigente prueba en la que solo fue superado por el bahameño Steven Gardiner, Antony se arrodilló en la pista atlética del Estadio Olímpico de la capital japonesa, se persignó y buscó el camerino para llamar a Colombia a su madre, Miladys Zambrano, dedicarle el subcampeonato por su próximo cumpleaños y hablar sobre su fe.
Ante las cámaras del Canal Caracol, Zambrano mostró el revés de su número como competidor y compartió un conmovedor mensaje: “Te amo mamá # 12. Tu regalo de cumpleaños. Gracias Dios por todo”.
Luego dijo que estaba feliz por darle la cuarta medalla a la delegación colombiana en los Juegos Olímpicos y de servir como ejemplo a las nuevas generaciones de su país porque, anotó, “sí se puede salir adelante cuando se tiene disciplina, dedicación y esfuerzo, te entregas todo y te entregas a Dios”.
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