San Ignacio de Velasco, en el departamento de Santa Cruz de la Sierra, es una ciudad boliviana fundada por los jesuitas en 1748. Se trata de un sitio ubicado en la Gran Chiquitania que se caracteriza, ente otras cosas, por la presencia de la monumental iglesia (catedral) de San Ignacio, cuya fiesta se celebra el 31 de julio.
En 2020, en el marco de la fiesta patronal de San Ignacio de Velasco, se colocó una imagen de San Ignacio de Loyola en la torre de esa emblemática catedral. Hoy, a casi un año de aquel acontecimiento, y cerca de la nueva fiesta patronal, la imagen sigue generando entusiasmo en los habitantes de esa tierra misional de Bolivia.
Así fue quedó la imagen en la torre de un templo histórico que empezó a ser construido en 1748 y finalizado en 1761, incluso hasta con un incendio en 1948 y una reconstrucción a comienzos del Siglo XXI:
Chavarria también recordó a Aleteia que el obispo de esa zona, monseñor Robert Flock, en 2020 nombró como segundo patrono de la diócesis a San Francisco de Asís, por lo cual también está previsto que se coloque una imagen de él en la torre, además de otra de la Virgen María.
Así estaba la catedral de San Ignacio antes de la colocación de la imagen tallada y del propio retoque de la torre:
En cuanto a la fecha de la colocación de las nuevas imágenes, Chavarria expresó que aún no hay una fecha definida porque se depende del dinero que se pueda conseguir para tales fines.
El tallado de las otras imágenes ya está en proceso. Este año queríamos colocar las otras dos imágenes, depende del dinero.
Otra imagen del interior de la iglesia y el padre Oscar Benegas Franco, actual rector de la catedral y vicario general de la diócesis de San Ignacio de Velasco:
San Ignacio forma parte del rico patrimonio de los jesuitas en Bolivia y América Latina. Pertenece al circuito misional de la provincia de Velasco, del cual forman parte también poblaciones como San Miguel y San Rafael.
En el caso del legado de los jesuitas en Bolivia suena con fuerza el nombre de los chiquitanos, pueblo originario que ha colaborado con la construcción de los templos que ahora son reconocidos por la propia Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Pero la influencia de los jesuitas también se ha manifestado a lo largo de los años en la cultura, de manera particular en la música, siendo una gran carta de presentación.
Ahora, con la mirada puesta en San Ignacio, y en un año más que especial, vale la pena recordar esta bella imagen en la torre de la catedral. Ojalá pronto se cumpla el sueño (y lleguen las donaciones correspondientes) de colocar las dos nuevas imágenes que lo acompañarán.