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La pandemia de COVID-19 ha afectado duramente a muchas poblaciones; pero tal vez ningún sufrimiento sea más conmovedor que el que están soportando los cristianos y otros en Tierra Santa.
Muchos cristianos en Jerusalén, Belén, Nazaret y otros lugares de Tierra Santa dependen de los peregrinos que acuden a Israel, Jordania y los Territorios Palestinos cada año para seguir los pasos de Jesús y los Apóstoles.
El fraile franciscano Peter F. Vasko, presidente de la Fundación Franciscana para Tierra Santa, ha producido una serie de videos para mostrar cómo la pandemia ha afectado a los cristianos que viven en Tierra Santa.
Walk with Father Peter, producido en colaboración con Catholic Media Center, lleva a los espectadores por las calles de Jerusalén, Belén y la Vía Dolorosa. El objetivo es crear conciencia sobre cómo los cristianos en Occidente pueden apoyar los derechos humanos y mantener la presencia de la minoría cristiana de Tierra Santa.
Aleteia se reunió recientemente con el P. Vasko para obtener una actualización sobre la situación en las áreas donde ejerce su ministerio.
– ¿Qué cambios ha habido desde que se completó la serie de videos? ¿Está aumentando el número de peregrinos o se espera que lo haga pronto?
A día de hoy, el número de peregrinos que llegan a Tierra Santa es todavía bastante reducido. Me han dicho que la gente de todo el mundo manifiesta su deseo de viajar a nivel nacional; pero que los viajes internacionales todavía tienden a ser un poco lentos debido a las muchas restricciones que varios países imponen a los pasajeros que llegan.
Sin embargo, el Ministro de Turismo de Israel declaró recientemente que esperan una gran afluencia de turistas durante la última parte de 2021.
– En algunos países vemos más y más apertura. ¿Cómo se presenta la situación en Tierra Santa, particularmente en Jerusalén y Belén?
Debido a que una gran mayoría de ciudadanos israelíes ya han sido vacunados, y junto con el hecho de que los nuevos casos del virus en Jerusalén y las áreas circundantes han sido mínimos, la mayor parte de Israel está abierta y con pocas o ninguna restricción.
Belén, sin embargo, es una historia diferente. La gran mayoría de las personas que viven allí no han sido vacunadas debido a que las vacunas han sido difíciles de obtener. Algunas tiendas abren mientras los lugareños todavía usan mascarillas.
– ¿Qué han estado haciendo los comerciantes y otras personas que dependen del turismo para llegar a fin de mes?
Depende de los comerciantes individuales y del éxito o fracaso que hayan tenido antes de que comenzara el virus. Algunos no tienen problemas económicos y están soportando la situación, mientras que otros realmente están sufriendo económicamente.
La mayoría de los propietarios simplemente se quedan en casa y viven de los ahorros que tenían. Sin embargo, el gobierno israelí ayudó un poco al proporcionar cheques mensuales a las tiendas que pagaban sus impuestos.
– ¿Ha visto alguna emigración a causa de la pandemia?
Ha habido muy poca emigración debido al hecho de que Israel ha tenido la mayor cantidad de bloqueos que cualquier otro país del mundo. Solo a un puñado de personas, en su mayoría funcionarios gubernamentales, se les permitió moverse libremente. El aeropuerto Ben Gurion de Tel Aviv estuvo cerrado el 90% del tiempo.
E incluso si pudieran partir, ¿a dónde irían para comenzar de nuevo en un mundo lleno del virus?
– ¿Qué ha hecho específicamente la Fundación Franciscana para Tierra Santa para ayudar a la población cristiana local durante este tiempo?
La Fundación Franciscana para Tierra Santa estaba donando decenas de miles de dólares para suministros de alimentos, gastos médicos de emergencia gratuitos y medicamentos necesarios para los ancianos tanto en Belén como en Jerusalén.
Nuestros muchachos en el Franciscan Boys Home en Belén participaron en la entrega de los suministros de alimentos. Los llevaban a las residencias de las personas y los dejaban en la puerta principal.
– ¿Y la custodia franciscana de Tierra Santa? ¿Cómo ha apoyado a la población local en estos tiempos difíciles?
La Custodia Franciscana de Tierra Santa existe desde hace 800 años y siempre ha asumido los desafíos a los que se enfrentan nuestros fieles cristianos.
A lo largo de los años, la Custodia ha construido cientos de apartamentos para nuestras familias cristianas en Judea y Galilea. Durante esta pandemia, todas nuestras familias cristianas fueron confinadas en sus residencias, lo que provocó graves problemas económicos. Entonces, en un gesto de solidaridad, la Custodia perdonó los pagos mensuales del alquiler de sus apartamentos durante un año.
En segundo lugar, la Custodia Franciscana decidió no cerrar las escuelas y continuar con los salarios de nuestros maestros para que las clases continuaran on line para nuestros estudiantes.
En tercer lugar, todas las parroquias de la Custodia han estado proporcionando canastas de alimentos para los indigentes y para las numerosas familias de sus respectivas parroquias.
