En abril de 2021, salió a la luz en EE.UU. un libro titulado The Better Brain. Este libro pionero de las investigadoras Dra. Bonnie Kaplan y Dra. Julia Rucklidge recogen estudios que muestran que lo que comemos afecta nuestra salud mental.
El psicólogo y colaborador de Aleteia, Jim Schroeder, se sentó con la Dra. Kaplan para hablar sobre su nuevo libro y por qué todos deberíamos estar informados sobre sus investigaciones y sobre sus recomendaciones.
– Acabas de publicar un nuevo libro sobre nutrición y salud, pero cuando miro en la librería, veo muchos libros sobre nutrición y salud. ¿Por qué escribiste otro?
Hay muchas capas en esta respuesta. En primer lugar, la mayoría de los libros anteriores se centraron en la relación entre la nutrición y la salud física, como el desarrollo óseo y muscular. Si bien son importantes, descuidan el vínculo comprobado entre lo que comemos y la salud de nuestro cerebro.
En segundo lugar, muchos de estos libros, aunque tal vez estén bien redactados, no los escribieron los investigadores que realmente investigan estos vínculos. Sentimos que el público en general merecía escuchar a quienes realmente hacen los estudios, no solo a quienes informan sobre ellos.
Y finalmente, los libros anteriores tienden a dar consejos sobre cómo y qué comer. Pero sé que no soy la única que diría que si me dices qué hacer, pero no me dices por qué, es menos probable que lo haga. Nuestro libro es un intento de explicar el cómo, el qué y el por qué.
– A lo largo del libro, dices que debería haber más educación sobre este tema. ¿Podrías hacernos un pequeño resumen de lo que crees que los niños de la escuela primaria deberían aprender sobre nutrición y sus cerebros?
Bueno, creo que debemos comenzar con enseñar a nuestros hijos que el cerebro es el órgano más activo metabólicamente del cuerpo. Aunque el cerebro supone sólo alrededor del 2% de nuestro peso corporal, utiliza un mínimo del 20% (y algunos creen que más del 40%) del oxígeno y los nutrientes disponibles; mientras tanto, 1/6 de la sangre que fluye por nuestro cuerpo en un momento dado está en nuestro cerebro. En otras palabras, el cerebro es un órgano codicioso y necesitado.
A los niños se les enseña desde una edad temprana que la comida es importante para sus cuerpos, pero rara vez se les enseña que es importante para sus cerebros. Y por lo tanto, ni siquiera comenzarían a considerar que es importante para su salud mental.
– ¿Podrías explicar la diferencia entre macronutrientes y micronutrientes y por qué siempre habla de los micros?
Los macronutrientes son categorías principales de alimentos, como proteínas, grasas y carbohidratos. Pocos carecen de estas categorías.
Pero los micronutrientes, para los propósitos de la discusión aquí, son las vitaminas, minerales y ácidos grasos esenciales. Muchas personas tienen una deficiencia significativa de micronutrientes, lo que desafortunadamente está relacionado con muchos problemas con el funcionamiento del cerebro y la salud mental.
– Entonces, ¿qué pasa con las papas fritas? ¿Qué hay de las Pop Tarts? ¿Y qué son los UPF?
La realidad es que muchos de nuestros alimentos procesados están llenos de macronutrientes, pero carecen gravemente de micronutrientes. Los alimentos ultraprocesados (UPF), como las Pop Tarts, tienen cantidades triviales de vitaminas y minerales a pesar de que están cargados de carbohidratos y similares.
Entonces, podríamos preguntarnos, ¿cuál es la respuesta para una mejor salud mental? De hecho, es bastante sencilla. Come alimentos reales.
Debo señalar que no todos los alimentos procesados son malos. De hecho, antes de la Segunda Guerra Mundial, la dieta de la mayoría de las personas estaba limitada por la estación y el lugar.
Pero una vez que los alimentos comenzaron a enlatarse y congelarse a gran escala, las personas de todo el país pudieron acceder a opciones saludables, como guisantes congelados, en cualquier momento que quisieran.
Pero la clave aquí es que seguían siendo comida real, no los UPF que vinieron después en cantidad masiva.
– Últimamente ha habido mucha prensa sobre la dieta mediterránea como una excelente manera de comer sano. Si comemos una dieta mediterránea de alimentos integrales, ¿tendremos todos realmente una buena salud cerebral? Y, por cierto, ¿podemos permitirnos comer de esa manera?
La dieta mediterránea es definitivamente un buen punto de partida, pero las investigaciones nos han demostrado que hay dos razones principales por las que podría no ser suficiente para algunas personas.
En primer lugar, cada persona es diferente a la hora de metabolizar los alimentos y las necesidades específicas de nutrientes que tiene. Por lo tanto, aunque comer de manera saludable es importante, ciertas personas necesitan opciones adicionales de micronutrientes, como suplementos, para ayudar a maximizar la salud del cerebro.
Además, debido a una variedad de factores, el suelo en el que se cultivan la mayoría de las plantas en la actualidad es menos denso en nutrientes que hace décadas. Por lo tanto, el suelo agotado produce plantas con una concentración reducida de minerales y vitaminas: las zanahorias que come no son las mismas, nutricionalmente, que las que comía su abuela.
Por esta razón, un suplemento de micronutrientes de amplio espectro puede ser importante para algunas personas.
En cuanto a la asequibilidad, las investigaciones muestran que puede ahorrar dinero con una dieta de alimentos integrales. Esto sorprenderá a algunas personas, pero explicamos cómo y por qué en nuestro libro.
– ¿Significa que podrían ser necesarios los suplementos alimenticios, incluso para algunas personas que siguen una dieta sana y variada?
Sí, la investigación indica que este es el caso. Pero esto es lo que podría sorprender a mucha gente, y por eso nos propusimos escribir este libro. No es solo por razones físicas, sino más bien intelectuales, psicológicas y emocionales.
Las investigaciones han demostrado constantemente que un micronutriente de amplio espectro puede beneficiar a niños y adultos en áreas como la atención, el estado de ánimo y el funcionamiento cognitivo. De hecho, uno de los hallazgos más consistentes es que los micronutrientes mejoran la regulación emocional.
– Como padre que soy de muchos niños, no puedo pensar en nada más importante en nuestra casa que mis hijos regulen mejor sus emociones... Última pregunta: digamos que soy un adulto razonablemente sano y sin enfermedades conocidas. Más allá de todo lo que acaba de decir, ¿hay alguna otra razón por la que deba prestar más atención a lo que estoy comiendo?
Yo tengo 70 años, y tengo que comentar cómo la nutrición se relaciona con el riesgo de demencia. Los estudios han demostrado claramente que la nutrición es un factor clave relacionado con la salud del cerebro a lo largo de la vida, y que quienes consumen dietas altamente procesadas tienen una mayor atrofia cerebral (encogimiento del cerebro) a medida que envejecen.
Al final, está claro que la nutrición es la base no solo de nuestra salud física, sino también de nuestra salud mental. Nuestra esperanza es que este libro sea un catalizador para que el público en general y los médicos de salud mental se tomen esto más en serio.