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Juan Sebastián Chamorro, católico y pro-vida, se transformó en las últimas horas en el nuevo candidato presidencial de Nicaragua en ser detenido por el régimen de Daniel Ortega. La lista la completan Félix Maradiaga, José Adán Aguerri, Violeta Granera, además de Cristiana Chamorro.
Medios locales como La Prensa hacen referencia a “la cacería de precandidatos presidenciales y opositores en Nicaragua”. Esto a manos del régimen de Daniel Ortega en miras a las elecciones previstas para el próximo 7 de noviembre.
Entre los argumentos esgrimidos para tales detenciones se mencionan, por ejemplo, incitar a la injerencia extranjera en asuntos internos. También pedir intervenciones militares en Nicaragua, además de señalar propuestas que van desde bloqueos económicos hasta organización para la desestabilización.
La lista continúa y de fondo aparece desde el régimen de Ortega una ley (1055) que fue aprobada recientemente por la Asamblea Nacional, de mayoría oficialista, que hace referencia al derecho de los pueblos a la independencia, soberanía y autodeterminación para la paz.
En medio de esta difícil situación en las últimas horas quien también se pronunció sobre lo que está aconteciendo en Nicaragua fue la propia Iglesia. Lo hizo a través de la Comisión de Justicia y Paz de la Arquidiócesis de Managua. En el mensaje difundido en redes se hace referencia a “la agresividad con que se está actuando contra el ejercicio ciudadano de las libertades públicas” en Nicaragua.
“Entre estos deberes y derechos están el de acceder a la cedulación ciudadana y el de elegir y ser elegidos en cargos públicos de manera libre y justa”, recuerda el mensaje de la comisión integrada también por varios sacerdotes.
“Por lo cual animamos a buscar los canales por medio de los cuales la voz de los ciudadanos sea escuchada. No deja de ser preocupante la abierta violación que se está dando de estos derechos”, prosigue el mensaje.
“Violar los derechos de un nicaragüense es violar los derechos de todos. Nadie tiene autoridad para privar arbitrariamente a persona alguna de sus derechos, incluyendo los de expresarse, movilizarse y actuar libremente. En nuestro país este tema es doloroso. Hemos vivido años de irrespeto a la libertad y a la vida. Hemos sufrido mucho dolor”, se argumenta.
En tanto, el mensaje culmina con un clamor hacia el Sagrado Corazón de Jesús a quien se le implora fortaleza, confianza en la duda y esperanza en la angustia.