La Cuaresma está llegando a su fin.
No olvides a Aleteia en tu ofrenda cuaresmal
para que brille la esperanza cristiana.
¡Apoya a Aleteia!
Scicli
En la monumental ciudad barroca de Scicli en Sicilia, Patrimonio de la Humanidad según la UNESCO, se festeja todos los años una fiesta histórica particular dedicada a la Virgen de las Milicias.
Los festejos se celebran la última semana de Mayo desde 1837 por decisión de la Sagrada Congregación de los Ritos, recuerda el triunfo de los cristianos ante una invasión musulmana.
Pero el evento “milagroso” sucedió quince días antes de la Pascua de 1091 según una extendida tradición avalada por varios autores de obras históricas y religiosas.
La batalla contra los sarracenos
En aquella época los sarracenos tenían en mente de conquistar toda la Sicilia, fue así que el emir Belcane, irrumpió con sus tropas en el puerto de Donnalucata.
Los sarracenos continuaron hasta Scicli dónde se tuvo la gran batalla, al mando en defensa de los “cristianos” se encontraba el normando Roger de Altavilla, pero sus tropas eran en minoría y llevaba todas las de perder.
El pueblo de Scicli preocupados, sabiendo que por donde pasaban los moros, era solo muerte y destrucción, rogó a la Virgen María para que salvarán a sus hijos.
Y fue en ese instante que la Virgen se materializó en medio de la batalla para defender a los creyentes. Montada en un imponente caballo blanco, como una guerrera luminosa, encegueció a los sarracenos con su espada fulgurante.
Los sarracenos que no entendía lo que sucedía, rompieron fila y escaparon aterrorizados.
La Virgen María que une a todos sus hijos
Y es así que cada año los pobladores de Scicli, recuerdan con una gran fiesta la intervención de la Virgen María, con una fiesta que hoy bien podremos decir es intercultural e interreligioso.
Debemos puntualizar que Scicli se encuentra en Ragusa, lugar donde generalmente desembarcan ilegalmente inmigrantes que llegan de algunos países africanos.
Hoy estas fiestas patronales dedicadas a la Virgen de las Milicias, se realizan en modo de respetar a los distintos credos y acogiendo a los “hermanos” que llegan a la ciudad escapando de guerras que una vez ellos mismos vivieron.
Tradiciones que se hacen aún más ricas con la unión de “todos los hijos” bajo el manto protector de la Virgen María.