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La alegría del padre José de Jesús Aguilar: Sacerdote locutor, actor, escritor, bailarín…

PADRE JOSE

@PadreJosedejesu

Jesús V. Picón - publicado el 03/06/21

Una vida sorprendente evangelizando a través de los medios de comunicación que ha querido compartir con Aleteia

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El famoso sacerdote mexicano José de Jesús Aguilar abrió las puertas a Aleteia, nos compartió parte de su historia, una vida sorprendente evangelizando a todos en las más grandes televisoras como Televisa, Tv Azteca, Univisión, Telemundo y otras más. En un principio rechazado e insultado por algunos en el medio artístico, hoy es reconocido por su labor evangelizadora dentro de los sets de televisión y cine, respetado por grandes actores y actrices que han recibido los sacramentos por parte del sacerdote de las estrellas.

Padre José de Jesús Aguilar, gracias por concedernos esta entrevista para Aleteia- España. ¿Puede decirnos dónde y cuándo nació usted, y dónde vive actualmente?

Nací el 20 de junio de 1954 en Ciudad de México; fui el hijo quinto de una familia de 8 hermanos; mis papás son del norte de la república, de Saltillo de Arteaga. Yo entré al Seminario conciliar a la edad de 18 años. Hace 41 años, el 24 de mayo de 1980, recibí la ordenación sacerdotal, y desde entonces estoy tratando de servir a través de este ministerio.

¿Dónde inicia en usted el gusto por los medios de comunicación? ¿Cómo es que el sacerdote José de Jesús Aguilar está dentro de los medios de comunicación?

Para mí siempre la comunicación ha sido muy importante. Desde pequeño siempre me llamaron la atención los programas de televisión en donde salían magos y donde salían títeres, y gente que comunicaba historias; sobre todo me gustaban mucho los cuentos.
Esto hizo que, desde que tenía 8 o 9 años, mis papás me llevaran a participar en programas de televisión. De tal manera que yo estuve participando en programas de televisión desde muy niño; y también estudié danza regional como una forma de comunicación. Imagínate, con 6 hermanas, a las que les gustaba mucho el baile, pues tenía yo que también aprender a bailar.

Así que ahí es donde comienza mi gusto por la comunicación. Y la comunicación continuó también a través de la música; siempre me gustó mucho la música, nunca estudié sino que siempre fue “de oído” únicamente, hasta que finalmente me llevaron a estudiar música a Roma, donde ya la llevé de una forma más profunda.

Pero la comunicación estuvo desde el principio. De hecho, cuando regresé de Roma, cuando me enviaron a una parroquia de gente muy pobre, la forma de comunicarme con los niños, para llevarles en una forma más fácil el Evangelio, fue utilizando el teatro guiñol y, a partir de ese teatro guiñol fueron surgiendo los guiones para ir representando todos los domingos del año, y de ahí surgió lo que actualmente es el libro que se llama “Cuentos para entender el Evangelio”, en donde la gente, a través de cuentos, a través de una historia sencilla, puede entender el mensaje del Evangelio; porque a veces tenemos un contenido que comunicar pero no sabemos comunicarlo, que ha sido el caso del Evangelio.

En muchas ocasiones el Evangelio como que queda en el aire, y es importante hacer que la gente aterrice el mensaje de cada día.

Así empezó mi comunicación con los medios de comunicación y, ya más adelante, cuando tenía unos 25 años de ordenado, que me enviaron a trabajar en la Catedral Metropolitana de México, empecé a tener comunicación con los distintos programas de radio y televisión, pero a nivel de entrevista, porque querían información sobre que era el Corpus Christi, qué era la Semana Santa, por qué había determinadas fiestas. Y a nivel de noticias empecé a participar.

Pero había un área que estaba descuidada: el área de espectáculos, el área de actores, etc., del cine, del teatro; y entonces yo le dije al señor Cardenal que me gustaría participar en esta área para acercar a la gente alejada de estos medios.

¿Cuáles fueron los canales de televisión y programas de radio donde usted comenzó a participar?

Empecé con un programa de radio en lo que es actualmente Imagen, un programa dominical en donde narrábamos producido el cuento de cada día, el santoral y algunos otros elementos de cultura religiosa. No quise que fuera un programa netamente católico porque si no habría gente que diría “yo no quiero escucharlo porque no soy tan religioso”. Quise que fuera un programa de cultura religiosa para que así atrajera a más gente.

Este programa después me abrió las puertas para entrar a Grupo Fórmula, en donde tengo también un programa diario, en donde tenemos también la transmisión de tipo cultural-religioso; si bien tengo momentos totalmente religiosos, como algunos del rezo del Rosario, tenemos también de cultura religiosa, y tenemos también de respuesta a temas como el exorcismo, cuestiones como la “santa muerte”, cuestiones de tipo sexual… Es decir, las preguntas que la gente no se anima a hacer en la Iglesia pero que le interesan.

Estos programas fueron haciendo que se me abrieran las puertas en otros, y así entré a las dos televisoras más importantes que hay en México: Televisa y Azteca, al mismo tiempo. Si en ese momento alguien que iba a Azteca no podía entrar a Televisa, yo era la única persona que podía estar en los dos ambientes. Y esto me impulsó a después estar también en espacios como Telemundo, Univisión, Discovery Channel, History Channel, y otras estaciones a nivel mundial.

Creo que lo importante es que buscaban un mensaje conciso, claro y a veces breve, y decían que yo lo podía dar. Y eso me da mucho gusto.

¿Cómo es ese ambiente de la televisión y la radio? Mucho se ha hablado de que es un medio difícil, con muchas tentaciones. ¿Cómo usted lo percibe?

En primer lugar hay que tener en cuenta que lo que ve la gente en la televisión no es lo único que sucede, y no es lo único con lo que yo estuve trabajando. Yo estuve trabajando también del lado de lo que no se ve en la pantalla: con camarógrafos, con maquillistas, con vestuaristas, con gente de sonido, con gente de audio, con gente de intendencia.

Muchas de estas personas no habían hecho la primera Comunión, no estaban casadas por la Iglesia. Este trabajo que hacía con estas personas en lo que entraba yo “a cuadro”, como se dice, no se notaba; sin embargo, fue un trabajo muy importante.

Por otra parte, el trabajo también con algunos productores para ayudarles a que cambiaran en algún momento, si era posible, algún contenido de alguna telenovela que pudiera parecer irrespetuoso o que no estaba bien fundamentado. Esta parte de trabajar con los escritores y productores es algo también muy importante que ayuda a cuidar los valores en los medios.

Ahora, en lo que se refiere a trabajar con los llamados artistas, los cantantes y los actores, hay una gran diversidad; hay personas que desde que vieron que era sacerdote me pusieron un rechazo, incluso hubo algunas ofensas de qué estaba haciendo un cura en este medio, como si fuera algo prohibido el poder estar ayudando en estas áreas. Otros, muy abiertos o totalmente cristianos o evangélicos, reconociendo su propia religiosidad.

Yo simplemente decía: “En todo caso no me vean como un sacerdote católico nada más, vamos a hablar de valores”. Y en algunos lugares donde no me permitían hablar de religión como tal, hablaba de valores; creo que éstos son universales.

Mi apertura fue haciendo que fuera aceptado tanto por las personas que me rechazaban anteriormente, y cada vez más con personas que también me abrieron las puertas; a tal grado que también permitieron que interviniera en algunos guiones de novelas, que también pudiera participar en algunos espacios donde no se daba espacio a los sacerdotes, y ya después, en petit comitè, como se dice, estar muy de cerca con los actores.

No sé si suceda esto en todo el mundo, yo creo que no, pero aquí en México a los actores se les llama especialmente “el talento”, como si no hubiera talento en el guionista, en el escritor, en el camarógrafo, etc., pero así se les llama, “talento”; y a los actores se les tiene en nichos aparte, en sus camerinos; no es fácil entrar a un camerino, siempre hay alguien que lleva a los actores a escena y los vuelve a acomodar, entonces poder platicar no era fácil, a menos que tú fueras actor también.

Para esto tuve que estudiar clases de actuación, además de las que ya había estudiado; ser parte de la Asociación Nacional de Actores; ser parte de la Asociación Nacional de Intérpretes, y también haber participado en algunas telenovelas, en algunos seriales, para de esta manera poder entrar más en contacto con ellos.

Esto hace que actualmente la mayoría de los actores me reconozca no solamente como sacerdote sino como compañero, haciendo que haya una estrecha relación de confianza para algunos temas que a veces para ellos son muy delicados.

¿Cómo son los actores y actrices católicos? ¿Cuáles son sus devociones, su comportamiento, su apertura, su reacción de tener a un sacerdote en el foro, en los estudios?

A algunos les da de repente pena, porque no falta una mala palabra en algún momento en que están enojados, o algún chiste subido de color, y de repente se dan cuenta de que estaba yo ahí. “¡Perdón, perdón, padre!”. Yo me decía: si a éstos se redujera toda la maldad, creo que no estaría tan mal el mundo.

Pero lo más importante es que son personas que viven los valores de respeto en la familia, de fidelidad, de honestidad en su trabajo; que no aceptan un papel que vaya en contra de sus principios. Y esto es maravilloso.

Algunos de ellos sufrían también porque no podían acudir a la Misa dominical. Pero es que mucha gente no sabe que, cuando se graba una novela, los actores no pueden salir de su ciudad, los actores no pueden tener tiempo fuera de lo que les están indicando en los capítulos; entendemos por qué, pues si un actor se accidenta o se enferma todas las consecuencias de grabaciones en las que van cientos de personas incluidas se detiene.

Para muchos actores incluyendo sábado y domingo son días de trabajo que pueden empezar desde las 6 de la mañana sin final. A mí me tocó grabar alguna telenovela donde empezamos desde las 7 de la mañana y terminamos a las 8 de la mañana del día siguiente.

Entonces, entender este trabajo hace entender que muchos de ellos querían participar en Misa los domingos y no podían, y lo que hacían era escucharla en la radio; en ese momento no había transmisiones como actualmente hay.

Y no falta la otra parte: la de los que los critican por “mochos”, por piadosos. Pero creo que, poco a poquito, van ganándose el respeto. Lo que sí te puedo decir es que, en casi todos los sets, no falta la imagen de la Virgen de Guadalupe. Creo que esto es algo muy importante, por lo menos aquí en México.

Padre José de Jesús; ¿en qué programas ha participado usted como actor? ¿En qué películas y telenovelas? ¿Qué papeles ha interpretado?

Empecé únicamente como sacerdote, y te explico por qué: porque en algunas escenas que la gente ve en televisión de repente el que hacía el papel de sacerdote salía con el vestuario que no era el apropiado, diciendo palabras que no son acordes a un determinado ritual; o bien, me enteraba de que cuando estaban grabando en alguna iglesia, por ejemplo, tenían pequeñas faltas de respeto.

No es lo mismo que un actor interprete algo, y todo el mundo sabe que es un actor y todos llegan a la iglesia como actores, a que haya alguien y les diga: “Miren, éste no es un set de televisión, éste no es un estudio; es un lugar sagrado. Si se está prestando para algunas escenas, entonces hay que respetarlo”. De esta manera traté de darle veracidad a algunas escenas.

Posteriormente me invitaron a hacer otros papeles, que no siempre fueron bien aceptados por la gente porque de repente, al ver a un sacerdote que hace otro papel, como que la gente no entiende y se puede llegar a molestar; aunque hay que entender que un actor puede llegar a darle vida a cualquier papel.

Nunca he aceptado papeles que vayan en contra de mis principios, de mis valores; y creo que esto es fundamental, porque todo actor puede elegir qué es lo que quiere hacer.
En cuanto a películas, me estrené con la de “El Padre Pro”, en la que salí como el obispo que orden a este beato. Y después estuve en otras películas, donde tuve compañeros que estudiaron conmigo; por ejemplo, Omar Chaparro y Adrián Uribe fueron compañeros de clases en la actuación.

En cuanto a telenovelas, he hecho más de 37. Y también he escrito cortometrajes, que tienen que ver con valores. De hecho uno de ellos ganó un premio en el Festival Acapulco, el festival de cine, y ése se llama “Aire” y sirve para tomar conciencia en la donación de órganos.

En teatro he producido y escrito algunas obras; una que se presentó durante 14 años en la Catedral se llama “Voces de Catedral”, y se llama así porque la idea es que la gente entraba a la Catedral en la noche y aparecían los fantasmas de quienes construyeron la Catedral, de los maestros de coro, de la voz de la historia, etc., con atuendos del barroco y, en una visita guiada, lo que permitía que la gente entendiera la historia de la Catedral. Esto me permitió recibir en Bellas Artes una medalla del Festival del Centro Histórico.

También he escrito otras obras, como, por ejemplo, “Las Apariciones de la Virgen de Guadalupe”; o la representación de “La Pasión de Cristo”, la única que está totalmente fundamentada en el Evangelio, y que se representó en el Zócalo también durante 14 años seguidos por actores de la Universidad; fue un logro muy importante.

Y dos pastorelas que he presentado en un teatro a nivel conocido, un teatro público, con presencia de más de mil personas en cada una de las funciones, en las que incluimos bailes de tap, bailes folclóricos, y luchas también, porque las pastorelas permiten esto.

¿Qué piensan o pensaban sus jefes, sus superiores? Monseñor Aguiar Retes y, anteriormente, monseñor Norberto Rivera; ¿qué pensaban de su pasión por los medios?

Yo creo que siempre han estado al pendiente de lo que voy haciendo, y, si hubiera una cosa que hiciera de una forma equivocada, que faltara al respeto a los principios de la Iglesia, me lo darían a conocer inmediatamente.

Creo que han tenido mucha confianza en mí, y esto es bueno. Siempre me han pedido que tenga cierto cuidado, porque hay mucha envidia también en todos los niveles: tanto de personas que no son actores y les gustaría tener un papel de actor, como yo lo llego a tener, como de personas también dentro de la Iglesia que a lo mejor no están muy de acuerdo con lo que yo estoy haciendo.

Cuando entré al Seminario pasó algo muy importante; yo tenía el cabello largo y una gran barba y entré a preguntar: “Disculpe, si yo quiero ser sacerdote, ¿tengo que dejar al lado toda mi personalidad? Porque a mí me gusta la música, el teatro, la danza, la composición, etc.”; y me respondieron: “No, al contrario, todo el bagaje con el que Dios te ha bendecido es lo que vas a utilizar para poder servir a los demás”. Esto fue clave, porque desde que estuve en el Seminario me mandaron al apostolado, me puse una peluca del payaso Cepillín, me pinté como Cepillín, y así llegué a dar catecismo al Hospital de Cardiología ante los niños que estaban a punto de morir.

De tal manera que, ya desde aquel momento, cuando algunos compañeros me vieron llegar al Seminario pintado, maquillado, con peluca, con maleta, con juegos de magia, empezaron algunos a molestarse; pero los superiores les dijeron: “A ver, ¿qué es lo que fue a hacer?”. Cuando entendieron cuál era la misión, para qué se estaba utilizando aquello, creo que ya no hubo ningún conflicto.

Otro caso es cuando la gente me dice: “Oiga, padre; ¿qué no tiene usted qué hacer otra cosa en la iglesia?”, y yo respondo: “En la iglesia normalmente los sacerdotes tenemos 2 o 3 Misas al día. Suponiendo que cada Misa dure una hora, entonces son 3 horas. ¿Y todas las demás horas qué hay? En la mañana no llega mucha gente a la iglesia porque la gente trabaja; en la tarde, algunas personas llegan a pedir alguna orientación, y las recibimos con mucho gusto. ¿Y, todo el demás tiempo, qué?”. El sacerdote puede, por lo tanto, escribir cuentos, como lo hago yo, escribir guiones, grabar programas, y de esta manera tener una mayor presencia. Mi programa de radio llega actualmente a muchas partes del mundo, y también mi canal de YouTube, donde ya tengo más de 700 mil seguidores. Creo que este trabajo es como si mi parroquia no se centrara únicamente en el pequeño territorio donde estoy, sino que abarca más lugares.

Y algunas personas preguntan: “¿Por qué va usted a la televisión?”. Yo voy a la televisión un pequeñísimo momento de mi historia. Un pequeñísimo momento de mi historia diaria porque soy párroco de la Parroquia de San Cosme y San Damián, porque soy el arcediano de la Catedral de México, porque estoy encargado de Radio y Televisión del Arzobispado, porque soy el capellán de la orden que ayuda a las personas que tienen lepra en todo nuestro país, porque tengo el programa de Radio Fórmula diario, porque tengo el programa dominical de “Resonancias” en Imagen, porque tengo otro programa en Cabo Mil.

Y por otras cosas más; ¿cuánto tiempo me puede quedar? Ese pequeñito tiempo que me queda imagínense que es mi hobby, de tal manera que pueda descansar un poco ya que no tengo ningún día de descanso desde que soy sacerdote; todos los días del año trabajo y no tengo día de descanso, ¿por qué?, porque mi trabajo es para mí una gran alegría y no me cansa. Lo puedo variar, pero no me cansa hacer lo que hago.

Ya que tocó el tema de YouTube, ¿cómo le ha ido con las redes sociales? Veo por ahí que tiene un Botón de Plata de YouTube. Platíquenos cómo le han funcionado estos nuevos medios.

Te voy a comentar cómo empecé en YouTube. Yo tuve un problema, de cual tengo aún algunas secuelas, el cual hace 5 años me estaba quitando la vida; no había diagnóstico. Más de diez doctores, especialistas de Israel, y una operación de la vesícula pues pensaron que me estaba envenenando la sangre. No había diagnóstico y yo tenía más de 20 evacuaciones diarias, sin control, sin continencia. Aun así, no dejé de hacer mi trabajo.

En mi automóvil llevaba cubetas con cloro, con agua, con jabón, y ropa para cambiarme, porque en el tráfico yo me ensuciaba por estas evacuaciones, y yo no dejé de cumplir con ninguno de mis programas que tenía, ni con mis acciones.

En ese momento, cuando tú piensas que te vas a morir, dices: “A ver, ¿cuántas cosas pendientes tengo?”. Tenía en ese momento en la computadora 5 libros que quería publicar, y los publiqué. Muchos cuentos y muchas cosas más. Y los programas de radio, que a veces tardaban mucho; ahorita tengo uno, por ejemplo, “La Biblia en radio-novela”; ¿te imaginas hacer el guión de la Biblia, convertir a diálogo los personajes? También “La vida de san Ignacio de Loyola en radio-novela” en un solo capítulo. “Santa Rita de Casia”, “San Judas Tadeo”… En fin, con todas estas cosas y los programas de psicología, los cursos de psicología, yo dije: “No es posible que pasen una vez en la radio y se acabó”. Entonces me dije: “Estos programas los voy a subir a YouTube para que la gente los pueda ver cuando quiera; y si yo me muero, que se queden ahí”.

Así es como yo empecé a subir todo mi material para YouTube, sin saber que en un momento determinado podía obtener un apoyo económico. Eso lo supe muchísimo tiempo después.

Pero me di cuenta de que fue algo maravilloso, porque los cursos de psicología, de tanatología y de autoestima la gente los empezaba a seguir, y a seguir, y a seguir… Y también las peregrinaciones que realizaba a Tierra Santa han permitido que mucha gente en todo el mundo viaje a Jerusalén con ellas, viaje a otros santuarios, y esto me da mucho gusto. Yo nunca pensé que fuera a tener tantos seguidores. No promuevo mi canal, no hay nadie que lo promueva, como el caso de otros sacerdotes; y, sin embargo, va aumentando de día en día, y esto para mí es una gran alegría.

Comenta usted que algo le estaba quitando la vida…

Sí. Cuando tienes más de 20 evacuaciones diarias, vas perdiendo todos los minerales, no te ayuda absolutamente en nada de lo que comes, todo lo desechas. Y como no hay un diagnóstico, tampoco hay un medicamento, no hay un tratamiento.

Ningún médico supo lo que tenía. Algunos incluso, y te estoy hablando de médicos, me decían que a lo mejor me estaban haciendo brujería. Yo evidentemente me reí. Alguno de ellos, especialmente de los que siguen mis programas, me decían: “Es que usted habla muy duramente contra los brujos, contra los hechiceros, contra los santeros; y esta gente no se deja”. Yo respondí: “Yo no creo en este tipo de cosas; una cosa es que ustedes no encuentren la causa física, pero ésta es una cuestión física. Y, bueno, si Dios me va a ayudar a encontrar la solución, estará en sus manos; y, si no, yo tengo que hacer lo que me toca hacer”.

Es que estoy seguro de una frase: cuando decimos “Dale, Señor, el descanso eterno”, es porque esa persona trabajó duramente. Yo no podría pedir para alguien “Dale, Señor, el descanso eterno” si esa persona fue una floja, si esa persona fue perezosa; ¡no!, cuando decimos “Dale, Señor, el descanso eterno” es porque estamos reconociendo: “Señor, esta persona trabajó, se esforzó, luchó, fue de tus pescadores, fue de tus sembradores. Por eso merece el descanso”.

Y en este sentido yo creo que la vida nos ofrece una oportunidad de trabajar, porque el trabajo es una bendición.

Padre, lo vimos en un video bailando muy bonito; lleva más de 330 mil reproducciones. ¿Nos puede relatar un poco sobre ese video que ha tenido mucho éxito y muy buena aceptación?

Te mencionaba que me gusta mucho la danza, porque es una forma de comunicación. La comunicación es inmensa: la palabra, los gestos, los colores, el arte. También soy profesor de arte y de iconografía; y precisamente un retablo comunica mucho. En una pintura, por ejemplo, no es lo mismo en la Anunciación que la Virgen le pregunte al Ángel, con las manos en gesto de preguntar “¿Cómo es posible?”, o con las manos recogidas en un “Hágase en mí la voluntad del Señor”.

La danza también es una forma de expresar emociones: alegría, tristeza, aspectos guerreros… Y yo me di cuenta de que existía este challenge, como le llaman ahora, que en muchas partes del mundo estaba respondiendo ante la pandemia como una forma de animar a la gente, como una forma de unirse también a la gente de África; pero, sobre todo, levantar el ánimo ante una situación de angustia, de tristeza, de inseguridad, que era lo de la pandemia.

Me puse en contacto con un grupo de jóvenes que conozco, que son muy buenos para bailar. Lo ensayamos unos 15 minutos y lo grabamos en una forma rápida con todos los cuidados del cubreboca antes de la grabación, Y, curiosamente, después le pudimos poner algunos efectos, por eso es que el video está subido doblemente en mi canal; en una primera parte, el que no tiene efectos, lleva entre 300 mil y 350 mil reproducciones, y el otro, que está pegadito, tiene como 150 mil.

Y a mí me da mucho gusto que no solamente un servidor, sino que en otras partes del mundo se hayan unido religiosos y religiosas en este tipo de challenges, porque si bien hay gente que se une para hacer el mal, también hay mucha gente que se une para crear conciencia sobre el bien.

¿Qué le falta hacer al padre José de Jesús Aguilar? ¿Qué sueños tiene, qué anhelos tiene por delante?

Dios me ha permitido muchas cosas. Primero, llegando de Roma, le pedí al Cardenal que me enviara a la parroquia más pobre que había en Ciudad de México, y me envió a un lugar donde no había templo parroquial; era un basurero, y ahí pude construir una iglesia dedicada a la Sagrada Familia.

Después de esto me mandaron a la Catedral, que estaba en una situación lamentable, llena de andamios. En la Catedral cada capilla la convertí en una especie de sala de museo, con sus cédulas para que la gente supiera qué es lo que hay en cada capilla, y ahí hubiera comunicación. Hice estas obras de teatro para que la gente conociera los espacios; además de que se restauró la iglesia como tal. Y también hice un manual de procedimientos que ayudó para que todo en Catedral funcionara adecuadamente.

Al mismo tiempo, he estado al frente de la Comisión Nacional del Colegio Mexicano de Roma; de la Comisión de Arte en México. Me ha tocado dar clases en los museos, soy asesor de varios museos.

Me ha tocado también componer; por ejemplo, la Misa con mariachi o la música para la Misa de canonización de Juan Diego. Cuando me dijeron que el Papa iba a canonizar a Juan Diego, el protocolo es que la imagen tenía que entrar a la iglesia, y yo dije: Juan Diego era indígena, y antes de ser cristiano tenía también su música. Entonces compuse una música en náhuatl que continúa después en español.

Preparé al ballet de Amalia Hernández para que participara en esta entrada triunfal, con esta música, donde por primera vez entró la imagen en una especia de balseo, como danzando un poquito, representando a todo nuestro país con el sonido de diez mil sonajas que se repartieron en la Basílica. Así que en la parte de la música creo que he logrado también varias cosas.

En la parte del cine, pues ya he escrito un guión de cortometraje. En la parte de los libros, he escrito más de 12.

En la parte de premios, he recibido 2 premios nacionales de turismo, la medalla de plata de la Catedral de Colonia, la medalla de oro de la Catedral Metropolitana de México, el premio del Festival del Centro Histórico, dos premios de la UNESCO, y otros más. Creo que en ese sentido estoy contento.

Pero para mí lo más importante es que la gente, mucha gente que estaba alejada de Dios, se va acercando porque encuentra un lenguaje cercano, alguna explicación de lo que no entendía antes, o simplemente un forma distinta de predicar el Evangelio. Creo que en este sentido iré respondiendo a lo que la vida me vaya presentando, porque es lo que he ido haciendo hasta el momento.

¿Con qué mensaje nos despedimos, padre José de Jesús?

Mi mensaje es éste: en este tiempo de pandemia, con todo el dolor del corazón, he visto fallecer a sacerdotes de mi edad o mayores, que, quizá, podemos decir que ya habían terminado su labor.
Pero, con un enorme dolor, he visto fallecer a alumnos del Seminario, sacerdotes jóvenes que han dejado un hueco enorme en nuestra Iglesia. En un solo año, más de 30 sacerdotes, cuando actualmente por año se están ordenando a veces menos de diez. ¿Qué es lo que va a pasar con este gran hueco que están dejando los sacerdotes? ¿Quién lo va a llenar?

Por eso invito especialmente a los jóvenes, a ti que eres joven y estás leyendo esta entrevista, que te preguntes si Dios te está invitando a que, como eres tú, con todas tus “loqueras”, con todas tus capacidades, con todos tus talentos, puedas servirle como sacerdote. Y si no como sacerdote, por lo menos como un buen cristiano, una buena cristiana si eres mujer, dando testimonio de fe; porque de eso se trata: en un mundo donde hay tanta oscuridad y tanta falta de sabor, tenemos que ser sal de la tierra y luz del mundo.

Por eso le pido a Dios que a todos ustedes los bendiga, y que a todos los medios de comunicación cristianos católicos les dé la fortaleza y la guía para seguir adelante.

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