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En un impresionante valle, al sur del lago de Zúrich y en medio de altas cumbres, la pequeña población de Einsiedeln alberga el actual monasterio barroco de Einsiedeln. Su fundación se atribuye a San Meinrado (Meinrad), un ermitaño que vivió en esos bosques, alrededor del año 835.
De hecho, la palabra Einsiedeln significa "eremita" en honor a este santo, un monje que decidió abandonar su abadía para vivir como un eremita, solo en el bosque. Allí permaneció unos años y construyó una capilla al lado de una fuente, en el lugar que ahora se erige el actual monasterio, donde el santo veneraba una preciosa imagen de la Virgen.
El santo vivió en la montaña durante varias décadas, pero el 21 de enero de 861 fue asesinado por unos ladrones a los que acogió en su refugio. Así que, imitando su ejemplo, otros ermitaños se establecieron en la zona y comenzaron así las peregrinaciones para visitar a la Virgen.
Después de unos años, en 934, el Venerable Eberhard reunió a todos los ermitaños en una comunidad regida por la regla de San Benito, de la que él fue el primer abad. De esta forma nació el monasterio benedictino de Einsiedeln.
A lo largo de los siglos el monasterio y su comunidad sufrieron cambios e incluso ataques: resistieron la Reforma Luterana y la invasión de las tropas napoleónicas, cuando los soldados franceses saquearon el monasterio, se llevaron a la Virgen Negra (sin saber que era una copia) y destrozaron su Capilla, que fue reformada posteriormente.
Solo unos años antes, el edificio del monasterio y la iglesia, fueron modificados hasta llegar a la estructura actual. Kaspar Moosbrugger, un monje del monasterio, fue el encargado de la reforma y la ampliación. El templo es de estilo barroco, sobrio y austero en el exterior, pero ricamente adornado en su interior, y fue terminado en 1770.
También se amplió la plaza que da acceso a la entrada, de tal forma que ofrece cobijo a todos los visitantes y peregrinos que se acercan al monasterio. Por ejemplo, es donde en Navidad se instala un magnífico mercadillo.
Por desgracia la imagen de la Virgen original se perdió, posiblemente en uno de los incendios o ataques que arrasaron el monasterio a lo largo de los siglos. Así que la imagen de la Virgen y el Niño que actualmente se venera en Einsiedeln fue tallada por un artista desconocido a mediados del siglo XV.
La talla de la Virgen se conserva en una capilla – GnadenKapell – bellamente adornada y construida en mármol negro en el interior de la iglesia; justo sobre la ubicación original del que era el eremitorio de San Meinrado. Las reliquias del santo también se conservan aquí.
La Virgen Negra de Einsiedeln, ennegrecida durante años por el humo de las candelas y del incienso, aún tuvo que padecer el ataque de las tropas francesas cuando invadieron Suiza en 1798 y saquearon el monasterio, incluido el camarín de Nuestra Señora.
De hecho, los soldados creyeron haberse hecho con la imagen original, pero se trataba de una copia que habían hecho los monjes, ya que previeron que iba a ser profanada. La imagen original fue enterrada en el monte Mythen, cercano al monasterio y luego trasladada al priorato de Voralberg, en Austria, donde habían huido los benedictinos.
Cuando la Virgen Negra pudo volver a la capilla de Einsiedeln, reformada en 1815, los monjes encargaron al pintor Juan Adán Fütscher que la limpiase, quitándole el hollín y el color oscuro provocado por la humedad, y le devolviese su color primitivo.
Sin embargo, una vez limpia, causó cierto impacto en sus devotos, que estaban acostumbrados a rezar a su Virgen negra. Así que decidieron devolverle el color oscuro, que aún mantiene hoy.
Podéis ver un video sobre los vestidos de la Virgen Negra, posiblemente la Virgen mejor vestida del mundo:
Por otra parte, el monasterio de Einsiedeln ya era una parada popular durante la Edad Media en la peregrinación a Santiago de Compostela. De hecho, el monje alemán Hermann Künig ya dejó escrita en 1495 una guía de la peregrinación a Compostela
En ella incluye este enclave como punto de arranque del peregrinaje centroeuropeo. Y al inicio de la guía recomienda al viajero: "Te dirigirás en primer lugar a Eynsideln. Allí encontrarás las indulgencias de Roma en sobreabundancia".
Después, el itinerario de la ruta avanza hacia Lucerna, Friburgo y Ginebra y continua hacia el valle del Ródano y el sur de Francia; entrando en España por Roncesvalles para seguir por el Camino Francés hasta Santiago.
Los peregrinos que llegan desde más lejos a Einsiedeln, lo hacen por la ruta que va desde el lago de Zúrich y sube el puerto de montaña de Etzelpasshöhe (950 m) hasta Einsiedeln; y desde aquí ascienden el Haggenegg (1414 m) hasta la ciudad de Schwyz, capital de este cantón suizo.
Como curiosidad, el Haggenegg es, después de los Pirineos, el segundo punto más alto de todo el Camino de Santiago. Por esta razón, es necesario recuperar fuerzas en Einsiedeln y preparar bien el ascenso.
Así que el monasterio ofrece alojamiento a los peregrinos, donde reciben el sello en su credencial. También les invita a participar en los servicios de la Iglesia y les ofrece su bendición de peregrinos.
En definitiva, nos encontramos ante el monasterio más imponente de Suiza y el tercer santuario mariano más popular de Europa (tras Lourdes y Fátima). Cada año atrae a más de doscientos mil peregrinos que se acercan para visitar a la Virgen Negra y participar de la vida religiosa que ofrecen los monjes.
El momento culminante para los visitantes y peregrinos se produce todos los días a las 16’30 h. A esa hora los monjes se dirigen en procesión desde el coro hasta la Capilla de la Virgen Negra y cantan el “Salve Regina” en su versión polifónica a 4 voces.
Evidentemente, el monasterio está abierto a todos los feligreses que pueden participar de los actos de culto junto a los monjes. Todos los días hay adoración eucarística, se celebran varias Misas, rezo de las Laudes, Vísperas y Completas y Rosario.
Indiscutiblemente, Einsiedeln se ha convertido en el centro religioso de la Suiza católica