Son las historias que siempre quisiéramos leer: un joven que por circunstancias comete un error, y encuentra redención gracias a las instituciones y a la piedad evangélica. De vez en cuando suceden realmente: después de robar en tres iglesias distintas, con un total de 14 episodios y un botín de mil euros. Demasiado poco para un profesional.
Pero afortunadamente cuando contó su difícil situación a la policía que lo detuvo – después de inspeccionar las imágenes de la videocámaras de los lugares de culto – surgió una historia de verdadera necesidad:
Cuando los Carabinieri y el párroco descubrieron que el ladrón era un joven padre de familia, sin trabajo, decidieron ayudarlo buscándole un puesto de trabajo. Ahora es mesero en un restaurante del centro histórico de Caorle, en la localidad del litoral veneciano.(TgCom24)
Y fue la propia Municipalidad la que apoyó a los Carabinieri, los servicios sociales y a don Danilo Barlese para que el joven de 23 años encontrara el empleo.