Audiencia General. El Pontífice: Déjense mirar por el amor infinito y paciente de Jesús, que allí los espera, y contémplenlo con los ojos de la fe y del amor.
El papa Francisco predicó hoy sobre la oración de contemplación que afirmó «es como la “sal” de la vida: da sabor, da gusto a nuestros días».
«Quien vive en una gran ciudad, donde todo es artificial y funcional, corre el riesgo de perder la capacidad de contemplar. Contemplar no es en primer lugar una forma de hacer, sino una forma de ser», dijo el Papa citando al cardenal Carlo María Martini (ex obispo de Milán) en la audiencia general del miércoles 5 de mayo de 2021.
«Los animo a que hagan una pausa para ir a la iglesia más cercana, a sentarse un rato delante del sagrario. Déjense mirar por el amor infinito y paciente de Jesús, que allí los espera, y contémplenlo con los ojos de la fe y del amor. Él les dirá muchas cosas al corazón».
La Audiencia General tuvo lugar en la Biblioteca del Palacio Apostólico Vaticano, donde continuó el ciclo de catequesis sobre la oración cristiana.
Contemplación y acción
Explicó que no hay contraposición entre contemplación y acción. Entonces invitó a seguir a Jesús por el camino del amor. «Este es el ápice y el centro de todo. En este sentido, caridad y contemplación son sinónimos, dicen lo mismo».
«San Juan de la Cruz sostenía que un pequeño acto de amor puro es más útil a la Iglesia que todas las demás obras juntas«, agregó.

El milagro
«Lo que nace de la oración y no de la presunción de nuestro yo, lo que es purificado por la humildad, incluso si es un acto de amor apartado y silencioso, es el milagro más grande que un cristiano pueda realizar«.
Este es el camino de la oración de contemplación. “¡Yo le miro, y Él me mira!” Así, dijo, surge un acto de amor en ese diálogo silencioso con Jesús que mucho bien hace a la Iglesia.

La oración ante el Sagrario
Asimismo recordó el testimonio del Santo Cura de Ars que contaba de un campesino que oraba ante el Sagrario: “¡Yo le miro, y Él me mira!”.
«Es así: en la contemplación amorosa, típica de la oración más íntima, no son necesarias muchas palabras: basta una mirada, basta con estar convencidos de que nuestra vida está rodeada de un amor grande y fiel del que nada nos podrá separar«.
Ser contemplativos
En su reflexión invitó a ser contemplativos que – dijo – no depende de los ojos, sino del corazón.
«Y aquí entra en juego la oración, como hecho de fe y de amor, como “respiración” de nuestra relación con Dios.
La oración purifica el corazón, y con eso, aclara también la mirada, permitiendo acoger la realidad desde otro punto de vista«.

Reza el Rosario, María modelo de fe
También ha invitado a rezar el Rosario por el fin de la pandemia en el mes de mayo. 30 Santuarios marianos en todo el mundo se unen a la maratón de oración convocada por el Papa iniciada el pasado 1 de mayo.
«La tradición popular dedica el mes de mayo a la Virgen. Os animo a rezar el Rosario, con el que se honra especialmente a la Virgen María…Oremos a María, modelo de fe y testigo incansable de la palabra de Cristo, para que nos dé fuerza cristiana en las opciones y dificultades de la vida. ¡A todos mi bendición!
La Audiencia General concluyó con el rezo del Pater Noster y la Bendición Apostólica.