Un gran clamor por el diálogo y la paz se extiende por toda Colombia. Este país vive desde hace una semana una delicada agitación social que ha generado múltiples actos de violencia en medio de protestas y enfrentamientos en las calles, entre manifestantes y policías.
“¡Que se detenga, por el bien de todos, la espiral de violencia y el círculo de muerte que se está impulsando!”, es el reciente llamado de la Conferencia Episcopal, junto a la insistencia por avanzar hacia la reconciliación nacional “con la participación y los esfuerzos de todos los ciudadanos”.
Al mismo tiempo, se multiplican las eucaristías. Lo mismo con rogativas a través de grupos parroquiales, comunidades religiosas y laicas, familias, líderes espirituales, figuras públicas y católicos preocupados por su país. Todas con un común denominador: un profundo ‘dolor de patria’.
“Te entregamos nuestra patria Colombia a los pies de la Cruz y bajo el manto de María”, oraba el martes en la noche el cantautor católico Héctor Tobo, durante el Rosario Urgente por Colombia convocado unas horas antes y que reunió unas 1800 personas desde varios países, a través de redes sociales.
¿Cómo entender la situación?
Todo esto se da en el peor momento de la pandemia por el covid-19, que ha dejado en las últimas semanas alrededor de 500 fallecidos cada día. Desde marzo del año pasado, han muerto más de 75.000 personas por coronavirus. Los contagios están cerca de los tres millones, de acuerdo con las cifras oficiales.
En medio de esta realidad, se desencadenaron marchas en las calles para protestar por un proyecto de ley de reforma tributaria presentado por el gobierno del presidente Iván Duque al Congreso de la República. La indignación de quienes salieron a marchar radica en que consideran la propuesta inequitativa porque beneficia a los sectores económicamente poderosos, aunque el gobierno lo contradijo.
A pesar de que el presidente retiró el proyecto, anunció una mesa de concertación con diferentes sectores para presentar uno nuevo y renunció el ministro de Hacienda, los ánimos no se aplacaron y las protestas siguen en varias regiones del país, ahora por otros motivos.