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La emotiva ordenación de un sacerdote con leucemia: “El Papa dijo inmediatamente que sí”

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Vatican News - publicado el 15/04/21

El Jueves Santo el religioso fue ordenado sacerdote en el centro asistencial donde se encuentra hospitalizado a causa de una grave enfermedad.

Por Andrea De Angelis – Ciudad del Vaticano

Hay historias que no necesitan adjetivos, cuya fuerza está en su esencia. Historias donde la fe y la esperanza se encuentran, se entrelazan en un deseo que se convierte en servicio.

La historia de Livinus Esomchi Nnamani, religioso de la Congregación de la Madre de Dios, ordenado sacerdote el pasado Jueves Santo, es la historia de un hombre que respondió a una vocación, descubrió que estaba gravemente enfermo y pidió que se coronara su camino de fe, aunque por adelantado. Una pregunta contestada con un “sí” excepcional, también por la rapidez de la respuesta.

Todo en 24 horas

El padre Livinus llegó a Italia desde Nigeria en 2019, y siempre luchó con todas sus fuerzas para vencer una grave enfermedad mientras continuaba sus estudios, pero las complicaciones de salud lo llevaron a solicitar al Papa que se cumpliera el deseo de su vocación: ser sacerdote. De su puño y letra escribió su petición a Francisco el miércoles 31 de marzo, durante la Semana Santa. Lo hizo desde el centro asistencial romano donde permanece hospitalizado por su leucemia, el Presidio Sanitario Medica Group Casilino. Quizá no podía imaginar que solo 24 horas después ese deseo se haría realidad.

El amor de un padre

Al deseo siguió la petición y, luego, la respuesta del Papa, como el amor de un Padre por su hijo que se convierte en su ministro. Es la historia contada a Radio Vaticana – Vatican News por monseñor Daniele Libanori, obispo auxiliar de Roma. “Me enteré de este joven religioso, enfermo y hospitalizado aquí en Roma. De su deseo de ser sacerdote, que necesitaba un permiso especial. Así que le dije a su superior que él mismo debía hacer esta petición”, explica el prelado, que luego se encargó de que llegara al Papa.

“Una hora más tarde, aún no habían pasado dos horas -continúa-, el Santo Padre dio su autorización para que fuera ordenado. Todo esto tuvo lugar el 31 de marzo, la mañana del Miércoles Santo. Todo en menos de dos horas”.

La liturgia en el hospital

Al día siguiente, el Jueves Santo, monseñor Libanori estaba en la Basílica de San Pedro para la Misa Crismal que celebraba Francisco. “Mientras me revestía, una persona vino a llamarme diciendo que el Papa quería verme. Me reuní con él en su sacristía y allí me dio el documento en el que estaba su consentimiento para la ordenación de Livinus”.

Ese Jueves Santo se convertiría en un día inolvidable para el joven religioso nigeriano. “Esa misma tarde, en el hospital, procedimos a la Liturgia de Ordenación. Livinus estaba muy emocionado, pero también muy afectado por su estado. Celebramos la misa con dignidad, tratando de no fatigarlo demasiado. Se alegró de ello. Creo que fue un momento muy íntimo”. Durante la liturgia, el obispo ungió las manos del nuevo presbítero con el crisma consagrado por el Papa unas horas antes en la Basílica de San Pedro.

La naturaleza del sacerdocio

“Muchos toman el sacerdocio como una licencia para poder celebrar los sacramentos al servicio del pueblo de Dios. Esto -continúa monseñor Libanori- es sin duda importante, pero el sacerdote es ante todo un hombre configurado con Cristo”.

Estas son las palabras que el prelado quiso pronunciar al nuevo sacerdote: “Le he dicho a Livinus -concluye- que viva su sacerdocio también en esta ofrenda de sí mismo, en la enfermedad que le pesa, quizá incluso lo humilla, y ciertamente le impide vivir su ministerio como muchos otros. Pero la única, verdadera y gran Misa que todo cristiano celebra es aquella en la que se ofrece a sí mismo viviendo su vida cotidiana y, cuando Dios quiera, su muerte en unión con Cristo. Por lo tanto, el sacerdocio de Livinus no resulta disminuido por su condición, más bien es exaltado, porque es aún más evidente quién es el sacerdote.”

La cercanía de los médicos y los enfermeros

Así, la ordenación se preparó en una sala del Presidio Sanitario Casilino, donde el nuevo sacerdote está hospitalizado. Los fieles a los que el padre Livinus dio su primera bendición fueron los médicos y los enfermeros que lo atienden con cariño. También estaban a su alrededor los religiosos de su Comunidad de Campitelli y de San Giovanni Leonardi en Torre Maura.

La historia del padre Livinus recuerda a la de otro joven religioso, Salvatore Mellone, que conmovió a Italia en 2015. Víctima del cáncer, fue consagrado sacerdote en la arquidiócesis de Trani-Barletta-Bisceglie dos años antes de lo previsto.

Fue el Papa Francisco quien lo llamó: “La primera bendición que darás como sacerdote -le dijo- me la impartirás a mí”. Una promesa cumplida por el nuevo sacerdote, que siguió celebrando la Eucaristía todos los días en los dos meses siguientes, cuando partió a la Casa del Padre.

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