El arte paliativo es una herramienta para el cuidado de las personas que sufren. Un arteterapeuta se encarga de acompañar emocionalmente a los enfermos. Silvia Fernández explica en qué consiste su trabajo.
Sílvia puso en marcha Artepaliativo hace cinco años. "Atendemos a personas que padecen todo tipo de enfermedades, tanto en estado terminal como en el caso de procesos de larga duración o enfermos crónicos", explica.
Y es que a veces un accidente o una operación que te deja postrado en cama varios meses requiere también ayuda de otras personas no solo en el plano físico. Lo mismo ocurre con quien padece una enfermedad crónica que limita la movilidad, por ejemplo. La arteterapia puede hacer que llegue el cuidado al enfermo que se encuentra solo, decaído...
"El arte paliativo o arteterapia no es específico del trato con personas ancianas o enfermos terminales. Nos encontramos con pacientes de todas las edades y en las situaciones más diversas", dice Sílvia.
En su caso, trabajan "en sesiones grupales o individuales, aunque con la pandemia casi todas las actividades en grupo se suspendieron y en cambio han aumentado las peticiones de atención domiciliaria".
Hacer arte paliativo abre muchas posibilidades: "Lo que hacemos es trabajar procesos creativos que ayudan a la persona a llevar mejor el sufrimiento emocionalmente. Buscamos en qué conecta. Para unos enfermos será pintar, para otros hacer un libro de recetas, para otra persona será coser... Últimamente también hemos hecho diseño de cajas en 3D con algunos niños."
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"El arte es el vehículo", dice. "Es arte entendido en un sentido amplio y que enriquece siempre a la persona".
Sílvia explica que recientemente atendió a un niño que estaba en tratamiento oncológico. "Le tenían que cortar una pierna y él mostraba lógicamente preocupación, impaciencia por tener enseguida una prótesis... En este tipo de enfermos hay un montón de cosas que les vienen dadas y sobre las que no pueden decidir, pero con la arteterapia se genera un espacio de empoderamiento. Pueden decidir incluso si tienen la sesión de arteterapia o no. Eso que puede parecer una tontería, en esas situaciones es importante."
En el caso del pequeño con cáncer, "hicimos un muñeco y lo fue customizando de forma que se parecía a él: le puso una gorra como la suya, una camiseta como la suya... Y a través del juego y la creatividad el muñeco también iba a tener una pierna amputada. Se le hizo un molde para crearle una pierna ortopédica, escogió el material... En todo ese tiempo, el niño fue asumiendo su situación y comprendiendo también que había un tiempo de espera. Todo esto le ayudó."
La arteterapia es una disciplina de la Psicoterapia que comenzó a practicarse a mediados del siglo XX. En algunos países cuenta con rango académico y con un fuerte reconocimiento social. En España puede estudiarse con un máster en la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad Autónoma de Madrid, la Universitat de Girona... "Es una pena -se lamenta Sílvia- que en España todavía no se cuente con ella en la sanidad pública como forma de terapia."
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Artepaliativo cuenta en la actualidad con un equipo de 6 personas, que trabajan tanto en hospitales como en centros sociales o domicilios particulares. Pero "con la pandemia han surgido iniciativas más abiertas. Hace muy poco tiempo, por ejemplo, contactó conmigo una señora de Colombia que tenía un hijo enfermo y al final de su vida. Pude atenderle por internet."
¿El trato con los pacientes llega a afectar al arteterapeuta? "Sin duda -reconoce Sílvia-. Nosotros quedamos impactados por lo que le ocurre a cada paciente. De hecho, vamos a terapia y adquirimos formación al respecto. Cada semana tenemos una reunión de dos horas porque necesitamos cuidarnos emocionalmente para poder cuidar a los enfermos luego."
"Poder compartir los casos, aprender a comunicarnos con el paciente o recibir consejos es algo que te hace crecer contínuamente y acertar mejor en la terapia."
"La arteterapia te hace tocar la vulnerabilidad de la persona y te hace ver la realidad de que tenemos límites. Lo que vemos, además, es que lo que le ocurre a un paciente le puede pasar a cualquiera, y eso es una lección", confiesa.
"También hay una parte muy positiva. Es un trabajo vocacional y es muy gratificante porque ves los beneficios de la terapia en el paciente: tienen paz, se olvidan del dolor un rato, conectan con el exterior..."
Que un enfermo reciba arteterapia puede ir en beneficio de los familiares y personas que lo rodean. "A veces es tan sencillo como que cuando tú llegas a la casa, el cuidador del enfermo se puede marchar a pasear y descansar. O al revés, también ocurre que hay familiares a los que les gusta asistir a la sesión."
Con la arteterapia, Sílvia explica que "a veces se generan recuerdos para cuando el enfermo ya no esté. Me estoy acordando ahora, por ejemplo, de un niño que redactó una lista de deseos para que su madre cumpliera cuando él hubiera fallecido: plantar un árbol..."
Con la pandemia, confirma que "hay muchas más peticiones de personas mayores que están solas. Nosotros podemos poner remedio al bajón emocional y físico que muchos sufren y ves cómo poco a poco remontan."
En el caso de Sílvia, su trayectoria como arteterapeuta tiene un origen muy particular: "Se puede decir que mi primera paciente fue mi abuela. Estaba muy enferma y eché de menos esa atención en su tratamiento médico. Así que en casa, le hice el acompañamiento emocional hasta que falleció."
También sintió esa inquietud a causa de la enfermedad rara que padece su hermana. "Tenía ataques de pánico por las noches y se le aplicó el método Tomatis. Todo eso también despertó en mí el interés por preocuparme por las personas que padecen", hasta el punto de que hoy es la profesión a la que dedica su vida.
