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Evaluna Montaner nunca ha ocultado su profunda fe en Dios. Fue algo que aprendió desde la cuna gracias a su familia, marcada por la conversión del patriarca, el premiado y famoso cantante Ricardo Montaner.
La hija menor del artista, Evaluna, emprendió su exitosa carrera siendo muy niña demostrando el talento que corría por sus venas. Su debut musical llegó de la mano de su padre con quien compartió el tema “La gloria de Dios”.
Desde entonces la carrera de Evaluna ha discurrido sin estridencias, con trabajos siempre adecuados a sus creencias cristianas. La familia Montaner, pese a que Ricardo creció en el catolicismo, es evangélica.
Sin embargo, es necesario reconocer que en muchos de sus trabajos cantan alabanzas al Señor y se desmarcan de la zafiedad, mal gusto y sexualización desmesurada de la mayoría de la música latina que escucha el gran público, incluidos nuestros hijos.
Evaluna tiene unos 15 millones y medio de seguidores en Instagram donde tampoco esconde su fe. Además, sus canciones cuentan con millones de visualizaciones en YouTube. También las de su padre, su esposo Camilo, y las de sus hermanos, Mau y Ricky.
Puede que más de una persona se haya acercado a Cristo gracias a alguna de las canciones de los miembros de la familia, especialmente, las de Evaluna. De hecho, su último trabajo es una canción-oración en que la joven traduce en palabras y melodías lo que le sucede cuando se encuentra desbordada por el amor de Dios.
Por eso, en su letra dice:
“Como puede ser que algo que no puedo tocar sea más real que lo que puedo tocar/ que algo que no puedo ver, sea más real que lo que puedo ver”.
Pero no solo habla del amor del Señor en esta canción, también del amor esponsal. La joven publicó el tema justo en su aniversario de boda, el 8 de febrero, dos años después de haber contraído matrimonio con Camilo, quien aparece al final del videoclip que acompaña el tema. Evaluna en la canción asegura:
“yo creo, aunque no pueda ver / no entiendo y la verdad después de darle tantas vueltas / uno más uno nunca me da dos / yo sumo y no me dan las cuentas / y no logro encontrar el error”.
La artista hace clara alusión a la presencia de un Tercero en su matrimonio, es decir, Dios:
“Estoy tratando de explicar lo inexplicable / estoy queriendo descifrar lo indescifrable”.
Para la cantante, intentar comprender este misterio es “intentarlo en vano” porque “el cielo no cabe en la mano”. Al igual que el agua del mar no cabe en un hoyo, como tampoco Dios cabe en nuestro entendimiento.
La frase recuerda a aquella historia con San Agustín y un niño a la orilla del mar. Cuenta la tradición que el santo paseaba por la playa turbado, intentando comprender el misterio divino, cuando en un momento dado se encontró con un niño que jugaba en la arena.
El pequeño cavaba un hoyo y corría a la orilla para recoger el agua de las olas y con ella llenar su hoyo. Así hacía una y otra vez. San Agustín le pregunta entonces con curiosidad: “¿qué haces niño?”. A lo que él responde: “Pretendo meter aquí toda el agua del mar”. El Santo le replica: “Pero eso es imposible”. Es entonces cuando el niño responde: “Más imposible es lo que tu pretendes, entender con tu mente limitada el misterio de Dios”.
En su videoclip, Evaluna también reflexiona sobre Dios en una playa al atardecer y repite en su canción: “el cielo no cabe en una mano”.