Mi niña se va de casa. Mientras que una parte de mí se siente aliviada de tener menos tareas domésticas (hace lo mejor que puede, pero es increíblemente desordenada), mi corazón da un vuelco y quiero encerrarla en su habitación … para siempre.
Aunque me preparo para dejarla ir tan solícitamente como pueda, al mismo tiempo quisiera mantenerla a salvo y asistir con orgullo al maravilloso viaje adulto en el que está a punto de embarcarse.
Le he dado algunos consejos basados en mucha experiencia e investigación, y puede ser útil para otro adulto joven que está a punto de abrir las alas. Así que haz clic en la galería a continuación para obtener un poco de inspiración.