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Más de la mitad de los jóvenes católicos menores de 25 años en Estados Unidos son hispanos. La comunidad latina juega un rol esencial en la Iglesia del país. Ese es el caso de la Pastoral Juvenil, donde los hispanos comparten el liderazgo junto a los anglos, forjando una Iglesia diversa y vibrante, pero no sin acuciantes desafíos que enfrentar, de entre ellos, la alarmante cantidad de jóvenes que se aleja de la misma.
Obispos de Estados Unidos y la Pastoral de Conjunto del país, compuesta por numerosas instituciones de laicos dirigentes que interactúan con obispos, sacerdotes y religiosas, tanto en su carácter de miembros de las mismas, como de guías y asesores, han trabajado por años en el discernimiento de las prioridades para la pastoral juvenil nacional. Se han hecho encuestas y reuniones, de las que participaron unos 10.000 adolescentes y jóvenes adultos.
El 2 de marzo tuvo lugar una conferencia webinar en inglés sobre las conclusiones a las que llegó el Diálogo Nacional “sobre la pastoral católica con adolescentes y jóvenes adultos”, titulado “Informe Final". Una similar conferencia se ofreció el 16 de marzo para la comunidad hispana, en español. Reconocidos líderes de la misma expusieron los lineamientos centrales del proceso por el que se llegó al documento mencionado, y se explicó en forma resumida el contenido y el alcance pastoral de dicho texto.
Como punto central, se expresaron las diez recomendaciones que presenta el documento en cuestión, luego del profundo proceso de discernimiento que tuvo el Diálogo Nacional. Podríamos llamarlos “Los 10 mandamientos de la Pastoral Juvenil en EEUU”.
Estos son:
Los Obispos son conscientes de la crisis de valores y la pérdida de fieles en las iglesias, especialmente de adolescentes y jóvenes adultos. Según el informe que en junio de 2019 el obispo Robert Barron, entonces presidente de la comisión de Evangelización y Catequesis de USCCB, presentara en la Asamblea General de Obispos, el 50% de los milenials abandonó la Iglesia, y mientras uno ingresa a la misma, seis la abandonan.
El 80% lo hace antes de los 23 años. La edad media de abandono de la Iglesia son los 13 años. A la vez, presentó un informe de Pew Research Center, que da cuenta de que un 69% de los católicos de Estados Unidos cree que la hostia es un símbolo del Cuerpo de Cristo, y que no se trata de su presencia real.
Ante esta realidad, no es poco común escuchar que se ofrece como respuesta recurrente y eventual solución, la profundización de la formación catequética, la motivación al conocimiento intelectual de las verdades de la fe -faith formation-, y la motivación a la participación de actos litúrgicos, especialmente de la misa.
La respuesta que diera el obispo Barron a esta problemática en la siguiente Asamblea de Obispos, en noviembre 2019, está contenida en “Cinco claves para llegar a los que no pertenecen a ninguna religión”. En inglés: “5 keys to reaching the religiously unaffiliated”. Las mismas son: “Involucra a los jóvenes en obras de justicia; utiliza la via pulchritudinis -el camino de la belleza-; no sigas aguando la fe; transforma cada parroquia en una sociedad misionera; y utiliza los medios modernos creativamente”.
Motivados por la presentación en la Asamblea de Obispos del obispo Barron de junio 2019, MovCom US, “Movimientos Eclesiales y Nuevas Comunidades de Católicos en Estados Unidos en Conversación” escribió en octubre 2019 una carta al obispo Barron, en cuanto presidente de la Comisión de Evangelización y Catequesis de USCCB, y al arzobispo Salvatore Cordileone, presidente electo de la comisión de Laicos, Matrimonio, Vida Familiar y Juventud, en la que se les expresó entre otros conceptos:
Toda empresa revisa sus estrategias y sus resultados con asiduidad. ¿Qué firma puede soportar perder seis clientes mientras que gana solo uno? ¿Podemos darnos el lujo de no involucrar a toda la Iglesia, a todos los obispos, a todos los laicos, para analizar juntos las causas de la deserción juvenil y sugerir soluciones concretas?
Junto con la familia, el matrimonio, ¿no se trata acaso del tema más importante que enfrenta la Iglesia en el mundo? Recién cuando se conquistan los corazones para el Señor, todas las actividades sociales, apostólicas, etc., tendrán profundo sentido, no es al revés.
Llama la atención que las encuestas acentuara con insistencia la importancia de la vida, del testimonio personal, de las experiencias unidas a la fe, del acompañamiento, del caminar juntos, de incursionar en nuevas formas de evangelización que lleguen a la vida, de integrar a padres y madres en el proceso pastoral, de salir de las zonas de confort y abrirse a lo diverso, de salir de las estructuras conocidas y seguras, para transformar el liderazgo pastoral en más vivencial, más relacional, partiendo de la realidad del joven, escuchándolo.
Quizás deberíamos enmarcar los “10 mandamientos de la Pastoral Juvenil en EEUU” y colgarlos en toda oficina pastoral y parroquial del país.
Como expresáramos arriba, ya algunos obispos, sacerdotes, laicos y religiosas están trabajando la pastoral juvenil desde el contacto directo con los jóvenes. Exaudi consultó sobre el tema a Paul Jarzembowski, responsable por el departamento de Jóvenes y Adultos Jóvenes; y Mar Muñoz-Visoso, directora ejecutiva de la Secretaría de Diversidad Cultural en la Iglesia, ambos de USCCB, para saber cómo se está enfrentando la pastoral juvenil desde el Episcopado.
Jarzembowski expresó que “la Iglesia está respondiendo a los desafíos presentados por el Diálogo Nacional a través de varias iniciativas de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, incluyendo:
la formación de un grupo de trabajo especial de los Obispos sobre los jóvenes y los adultos jóvenes,
el compromiso de los Obispos, los líderes del ministerio y los adultos jóvenes en una conversación intercultural de tres años,
el proceso de movilización llamado "Journeying Together",
y siguiendo el liderazgo del Papa Francisco al establecer recientemente el domingo de Cristo Rey como el nuevo día mundial de reconocimiento y celebración de los jóvenes en nuestras parroquias y comunidades locales”.
Y continuó, marcando la necesidad de la apertura a la realidad de los jóvenes, expresando que “todos estos esfuerzos demuestran que el camino a seguir en lo que respecta a los jóvenes y los adultos jóvenes debe ser un acompañamiento genuino, y que es esencial la construcción de la confianza entre las generaciones y las culturas en nuestras comunidades.
Los jóvenes quieren saber que la Iglesia los ve y que se preocupa verdaderamente por ellos, independientemente de su pasado o de su nivel de compromiso en la práctica de la fe. Todos estos esfuerzos son procesos y esto es algo que hemos aprendido del Diálogo Nacional y de Christus Vivit: a saber, que nuestro viaje con los jóvenes, mientras todos caminamos hacia Cristo, cada uno a nuestra manera, llevará tiempo, inversión, intencionalidad y perseverancia… pero al final, tenemos la esperanza de lo que viene”, remató.
Por su parte, Muñoz-Visoso remarcó que “el informe final del Diálogo Nacional confirma la intuición del Sínodo y del papa Francisco en Christus Vivit. Los jóvenes nos piden que les escuchemos y que les acompañemos en su caminar, dejándoles ser protagonistas de su historia y sin dictar desde afuera, desde el balcón, soluciones a problemas que no entendemos y que no hablan a su realidad.
Nos piden que nos involucremos, nos piden autenticidad, pero sobre todo buscan crear comunidad, tanto en persona como comunidades virtuales, espacios propios donde sus inquietudes y preocupaciones sean escuchadas, donde sientan que pueden contribuir sus ideas, dones y talentos, y se refuerce su sentido de pertenencia y crecimiento en la fe, porque esta habla a sus realidades cotidianas, desafiándolos y desafiándonos”.
Sobre los procesos de integración juvenil, expresa la responsable de Diversidad del Episcopado que “a través de la iniciativa ‘Journeying Together’ -Caminando Juntos-, nuestra secretaría, en colaboración con personal de los departamentos de Juventud, Educación, Evangelización y, más recientemente también Vocaciones, está reuniendo a jóvenes y agentes de la pastoral juvenil y universitaria con numerosos obispos interesados en un proceso de diálogos interculturales.
El objetivo es que la buena nueva del Evangelio y la visión de Christus Vivit llegue a los jóvenes de todos los grupos culturales y socioeconómicos y promover una conversion en los adultos responsables que lleve a una pastoral más auténtica y efectiva”.
Y cierra: “En un momento en el que el país se encuentra dividido por ideologías, acrimonia, odio, violencia y racismo, los jóvenes, junto con sus obispos, nos están dando un ejemplo de lo que es posible a través del diálogo y el acompañamiento mutuos para soñar y planear juntos un futuro mejor. ¡El camino sinodal funciona!”
¿Será que los obispos, los sacerdotes, los agentes pastorales, catequistas y comunicadores acusaremos recibo de lo que adolescentes y jóvenes adultos requieren en forma insistente, recurrente?
¿Será que reaccionaremos, y tomaremos las 10 sugerencias como básicas para implementar en las diócesis, parroquias, instituciones varias y movimientos, comprendiendo el punto central del vínculo comunitario humano, testimonial, como camino a la conversión personal en Jesús y al crecimiento en la fe?
El Informe del Diálogo Nacional no deja dudas. Eso es lo que están esperando los jóvenes.
El futuro de la Iglesia está en juego. De todos depende que podamos ser una Iglesia de mujeres y hombres auténticos, de acogida, de abrazo, de hermanos, de comunidad, y de esta forma, hacerla atractiva para todos los jóvenes y familias.
Todo lo demás que tiene la Iglesia para ofrecer, se convertirá en parte de ese gran amor.
Artículo escrito por Enrique Soros