Este británico de 35 años padece el síndrome de Treacher Collins, una enfermedad genética extremadamente rara. Le hicieron falta años para estar cómodo con su imagen y cambiar la perspectiva sobre el mundo que le rodeaba.
Por primera vez en su vida, la gente no se ríe de él, sino con él. Con 35 años, el británico Jono Lancaster está en la flor de la vida. Y podría decirse que es un hombre feliz. Sin embargo, ha necesitado años para alcanzar este estado.
Jono nació con el síndrome de Treacher Collins, una enfermedad genética muy rara que produce malformaciones al nivel de la cara, a menudo acompañadas de una mala audición. Le hicieron falta años para sentirse cómodo con su físico.
Jono fue abandonado al nacer por sus padres, asustados por su aspecto, y fue acogido y luego adoptado por Jean, una madre de familia con hijos ya adultos. Aunque escribió en varias ocasiones a sus padres biológicos, sus cartas siempre regresaban sin abrir.
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