La historia de encuentros y desencuentros entre México y Estados Unidos da para una enciclopedia. Sobre todo, la historia del desencuentro. Separados por una frontera de 3,169 kilómetros de largo, que va del Atlántico al Pacífico, desde que en el siglo XIX Estados Unidos se anexionó poco más de dos millones de kilómetros cuadrados, dejando a México con la mitad de su territorio, ambos países mantienen una relación hecha de recelos, de cooperación (a veces soterrada) y de acusaciones mutuas.
El pasado lunes 1 de marzo, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tuvo su segundo encuentro virtual con un jefe de Estado. Y este fue con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. En lo que transmitió la cadena de televisión estadounidense PBS (los primeros veinte minutos del encuentro entre ambas delegaciones), sucedió algo que, al menos en público, nunca antes había pasado en las innumerables ocasiones en que los mandatarios de ambos países se habían reunido.
El presidente Biden recordó que de las 16 visitas que hizo a países de América Latina y el Caribe durante los ocho años de la administración Obama-Biden, cuatro de ellas fueron a México. Y que en la Ciudad de México, tras recorrer sus calles adoquinadas del monumental Centro Histórico, hablar con la gente e incluso haberse encontrado con el propio López Obrador, tuvo su momento cumbre al poder visitar la Basílica y expresar sus sentimientos de devoción ante la Virgen de Guadalupe.
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El rosario del hijo de Biden
Acto seguido, enseñó el Rosario que porta siempre consigo: es el Rosario que tenía su hijo Beau al momento de morir (a los 46 años, víctima de cáncer cerebral). Un Rosario que ha enseñado en varias ocasiones y que es parte de su formación católica. También, en varias ocasiones había recalcado que la devoción a la Virgen en su advocación de Guadalupe procede de su familia (irlandesa) y de su formación en escuelas católicas en su infancia y adolescencia. A partir de ese hecho, Biden dijo a López Obrador que deseaba una relación de “iguales” entre dos naciones que, junto con Canadá, forman el Tratado de Libre Comercio más grande del mundo.
Agregó algo más el presidente estadounidense: que la población que más rápido está creciendo en el país es la de origen hispano. Y que sesenta por ciento de esa población es mexicana. Y detrás de ese dato hay otro: ocho de cada diez mexicanos que están en Estados Unidos (con o sin documentos) son católicos, pero diez de cada diez son guadalupanos. Las fiestas de la Virgen de Guadalupe en poblaciones como Los Ángeles, Nueva York o Chicago la hacen una de las devociones más queridas en el catolicismo estadounidense.
La Virgen de Guadalupe como símbolo
Por su parte, al iniciar su saludo, el presidente López Obrador agradeció a Biden haber comenzado el encuentro (en el que los acompañaban sus respectivos equipos de trabajo) refiriéndose a la Virgen de Guadalupe, “un símbolo” al que respetan todos los mexicanos junto con otro “símbolo” que es el presidente Benito Juárez (quien gobernó México en la segunda mitad del siglo XIX). Adelantó que el respeto de Biden a la Virgen de Guadalupe es muy importante para el pueblo de México.
López Obrador terminó su saludo transformando una frase que se le atribuye al presidente Porfirio Díaz (quien estuvo en el poder por 34 años, hasta 1911) en la que éste, con marcada tendencia afrancesada, había dicho: “Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”, a lo que el actual mandatario reviró diciendo: “Bendito México, tan cerca de Dios y no tan lejos de Estados Unidos”. La sonrisa del presidente de la Unión Americana, el segundo presidente católico en la historia de ese país –el otro fue John F. Kennedy– selló el puente tendido por la Guadalupana.
Fiesta de Guadalupe en Nueva York (Galería)
¿Podrá ser esta ocasión una reivindicación del papel de la Virgen de Guadalupe que tanto quiso propiciar san Juan Pablo II?
De hecho, el *Papa viajero* mantuvo un amor muy especial a la que él llamaba, cariñosamente, “la morenita del Tepeyac”, tanto que en 1999, con ocasión del Sínodo de América, la proclamó Patrona de todo el continente americano, de todas las Américas. Él también fue el primer Papa en ver la tilma de San Juan Diego en el camarín de la Virgen, y proclamó el 12 de diciembre como fiesta en toda América.
Desde luego, los presidentes Biden y López Obrador no tuvieron en cuenta estos temas –que salen de la esfera política—al inicio de su encuentro. Pero, quizá las oraciones de San Juan Pablo II, y de los 112 santos con que cuenta América, junto con la Madre de Dios, están intercediendo por el continente, por todo el continente, desde Alaska hasta Tierra del Fuego.
Hoy celebramos a...