Queda un poco menos para Semana Santa, y a pesar de que seguramente ya nos estemos preparando espiritualmente, es un buen momento para reflexionar sobre nuestra vida, más precisamente sobre nuestra salud, sobre nuestra alimentación.
Podemos preguntarnos ¿cedo fácilmente ante la gula?, ¿estoy haciendo algo para controlar mi deseo por comer?, ¿qué estoy haciendo para cuidar el templo de Dios cuando me alimento?
Hay un comercial de hace ya varios años de la empresa Weight Watchers que presenta un problema que sigue actual, el tamaño de las porciones que consumimos y la cantidad de azúcar que estamos comiendo en los alimentos que elegimos diariamente para comer. Puedes ver el video aquí:
Es necesario atender nuestra nutrición desde la consciencia, de manera que nos permita emprender un camino en el que podamos disfrutar de alimentarnos sanamente, de cada meta y cada cosa que elijamos, así estaremos nutriendo a nuestro cuerpo con alimentos y nutrientes de calidad nutricional.
¿Por qué es tan importante alimentarnos bien? Porque cada aspecto de nuestro cuerpo, hasta la célula más pequeña revela que está hecho de manera admirable y maravillosamente por Dios. “Salmo 139:13-24” Por lo que además de alimentar el espíritu debemos saber alimentar correctamente nuestro cuerpo, cuidar el templo de Dios.
Perseverancia y determinación
Para ello es necesario la perseverancia y la determinación, debemos ser nosotros los que tomemos las decisiones de qué vamos a comer, cuánto y cuándo.
Hacerlo bien puede ser difícil al principio pero debemos saber que podemos hacerlo con el conocimiento adecuado, buscando la información correcta y así lograr cambios o hábitos alimentarios que perduren en el tiempo.
Si estamos con la conciencia tranquila de qué le estamos dando a nuestro cuerpo, eso nos aportara felicidad, porque nuestro organismo podrá desempeñarse bien y de ese modo se irán llevando a cabo sus funciones correctamente, así como también nos aportara mucho en la calidad de vida que estamos construyendo.
Te invito a que te plantees una meta por semana, aquí tendrás algunas ideas, que te ayudaran a mejorar los hábitos alimentarios y por ende a mejorar o mantener una buena salud.
También puedes buscar en tu interior y pensar metas y cambios más acorde a tus hábitos alimentarios diarios y mejorar tu alimentación y estilo de vida.
Planes semanales
Semana 1. Cambiar rutinas no saludables.
Reemplazarlos por cambios que ayuden a alcanzar tus objetivos. Un ejemplo rutinario puede ser, el ir de compras y cerrar el paseo comprando algo rápido para la cena o comiendo comida “chatarra”. Ahora puedes modificarlo, evitando la compra de este tipo de alimentos ultraprocesados, o muy ricos en grasas, sodio o azúcar compras insanas o cambiando el restaurante o eligiendo algo más saludable. Ayudará a incorporar buenos hábitos alimentarios.
Semana 2. Respetar los horarios de las comidas.
Es una manera de evitar la ansiedad y terminar eligiendo alimentos inadecuados para satisfacer el hambre en ese momento. Para evitarlo una forma es organizando las comidas de la semana, y planificando la compra haciendo una lista con lo necesario para toda la semana.
Con esto evitas compras demás, cosas innecesaria, insanas, picoteos durante el día poco saludables. De este modo, se hacen mejores elecciones de alimentos, se evita un mayor consumo de los alimentos ultraprocesados y se prioriza los más naturales y mínimamente procesados.
Semana 3. Evitar la soledad del comensal.
Es la que se manifiesta cuando nos sentamos a comer en familia pero atendiendo la televisión o el celular durante la misma.
Cada uno está frente a su plato, a la otra persona pero mirando el televisor, esto le resta importancia a ese momento especial, de intercambio sobre la jornada de cada uno, siempre hay algo que nos gustaría compartir con la familia.
Al comer rodeados de distracciones no prestamos atención a lo que estamos llevando a la boca, nuestro cerebro no registra de modo consciente qué y cuánto alimentos ingerimos y podemos terminar comiendo en exceso.
Hagamos el cambio en estos días y dejemos afuera de la mesa los celulares y apaguemos los televisores en el momento de sentarnos juntos, en familia a comer. Tomémonos un tiempo desconectados y disfrutemos de la comida y de la compañía de los nuestros.
Semana 4. Hacer una lista de alimentos apetitosos.
Alimentos deseables, que se encuentran generalmente en casa, no saludable, esos alimentos que te generan ganas de comerlo y siempre tienes presente que está ahí guardado.
Una vez que tienes claro cuáles son, debemos tomar la decisión de evitar comprarlos y no tenerlos en nuestra alacena o refrigerador.
Para ayudarte renueva tu despensa, incorpora alimentos saludables por ejemplo, más frutas (incluyendo alguna nueva para probar), frutos secos, y busca recetas para hacer con ellos.
Semana 5. Buscar la manera de hidratarse.
Lo ideal para hidratarse es el agua, si te cuesta tomar agua la hacer actividad física te puede ayudar porque es una forma de sentir más sed. Si acostumbras a beber refresco en las comidas principales, una buena manera de comenzar seria cambiándola por agua sin gas, o con gas, o por agua saborizada sin azúcar.
Hagamos el esfuerzo en estos días tan especiales por adoptar estrategias alimentarias que nos ayuden a elegir alimentos más saludables, y nutritivos es la mejor manera para mantener sano nuestro cuerpo y espíritu.