Con un traje de bioseguridad en medio de una sala de hospital con pacientes con coronavirus en Perú. Hasta aquí una imagen recurrente del sacerdote Juan Carlos Pérez. Su campo de acción suele darse en el hospital Simón Bolívar de la Ciudad de Cajamarca. En ese ámbito no puede faltar su mensaje de esperanza y oración junto a quienes más sufren la pandemia.
Sin embargo, recientemente, otra imagen también ha cobrado relevancia. Esta vez, tan solo con un sombrero llamativo, alguna indumentaria deportiva, mascarilla y cargando balones de oxígeno. O simplemente arriba de un vehículo y trabajando.
A casa de los pacientes
La historia de Juan es replicada por estas horas en varios medios de comunicación a nivel local y hasta ha ofrecido diversas entrevistas replicadas por Cajamarca Respira, colectivo vinculado a la Diócesis de Cajamarca que busca sumar esfuerzos para comprar plantas y balones de oxígeno.
Por ejemplo, según recuerda Agencia Andina, y aquí lo más llamativo de esta situación, gran parte del tiempo de Juan consiste en trasladar de manera personal los balones de oxígeno para personas necesitadas de este tipo de tratamiento. Y lo hace llegando hasta las propias casas de los pacientes con la enfermedad de manera gratuita.
El trabajo de Juan puede comenzar a las 08.00 de la mañana y extenderse a veces incluso hasta la medianoche.
Por otro lado, el alcance de la colaboración de Juan, que también cuenta con apoyo para la tarea, también se extiende a zonas rurales y sitios donde los más vulnerables son personas mayores.
“Estamos contentos, aunque físicamente muy cansados, pero espiritualmente, humanamente, muy contentos de poder ayudar a tantos hermanos que lo necesitan”, expresó Juan durante una trasmisión en vivo de Caxamarca al Día.
En otros videos subido en Cajamarca Respira se puede ver cómo ha sido la labor en las últimas semanas. Por último, Agencia Andina también recuerda que son 65 balones de oxígeno que tiene a disposición el colectivo Cajamarca de Respira, de los cuales más de la mitad fueron donados por privados y el resto adquiridos gracias a una colecta pública.
La propia Conferencia Episcopal de Perú publicó en su web el pasado 23 de febrero la donación de la denominada “planta del pueblo” para su funcionamiento en el hospital donde este sacerdote de Cajamarca ofrece el apoyo espiritual.
Perú, las vacunas y la lucha contra el coronavirus
Con el testimonio de Juan queda de manifiesto que aquello “sé un ángel del oxígeno” que reafirmaba el propio administrador diocesano del Vicariato Apostólico de Iquitos, el padre Miguel Fuertes Prieto, en diálogo con Aleteia, queda más que manifiesto. Las acciones de este no se detienen en Perú. A nivel general en cuanto a Iglesia y otras organizaciones también con la campaña Respira Perú. No solo con lo acontecido con Cajamarca. También, recientemente, contras acciones, por ejemplo, en el Hospital Arzobispo Loayza de Lima.
Mientras esto sucede, Perú continúa su camino de vacunación, mayores flexibilizaciones, pero aún con el dolor de un impacto de la pandemia que sigue dejando secuelas. Hasta el momento, además de la situación compleja con el oxígeno, han sido más de 46.000 personas fallecidas.
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