El presidente Bukele se hace con la mayoría legislativa y su partido gana las municipalidades en El SalvadorEl Salvador celebró, el pasado domingo, elecciones legislativas y municipales. Se trata del décimo proceso electoral desde que se firmaron los Acuerdos de Paz en 1992 que pusieron fin a la Guerra Civil que por doce años bañó de sangre al país.
En esta ocasión se eligieron 84 diputados a la Asamblea Legislativa y los Consejo Municipales de conforman los gobiernos locales de los 262 municipio en los que está dividida la pequeña nación centroamericana
Las elecciones estuvieron marcadas por una serie de conflictos previos entre el presidente Nayib Bukele, su partido Nuevas Ideas y el Tribunal Supremo Electoral por temas como el voto de los salvadoreños en el exterior y el adelanto de campañas políticas.
Resultados favorables
A punto de concluir el escrutinio, lo que se adelantaba como una predicción se convirtió en realidad: Nuevas Ideas, el partido del presidente Bukele, y su aliado Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA) se han hecho con dos tercios de la Asamblea Legislativa.
Con ello Bukele logrará el control del Congreso y su poder se consolidará al tener el control de los órganos ejecutivo, legislativo y judicial, pudiendo abrir camino a una nueva etapa de concentración del poder que parecía haberse alejado de El Salvador.
En otras palabras, los 5.3 millones de salvadoreños que estaban habilitados para acudir el domingo a las urnas (se calcula un abstencionismo de 50 por ciento) le habrían dado carta abierta al presidente Bukele para los próximos tres años, sin una oposición fuerte.
Los perdedores
Además, de acuerdo a los resultados electorales a boca de urna, Nuevas Ideas junto con GANA podrían haberse hecho de al menos 150 de las 262 municipalidades que estaban en juego durante este proceso electoral.
Los dos grandes perdedores de este proceso electoral fueron la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), que juntos gobernaron durante tres décadas después de la guerra civil.
Con una mayoría legislativa, Bukele podrá hacer nombramientos en la Corte Suprema de Justicia, la Contraloría y la Fiscalía, instituciones con las cuales ha mantenido serias disputas desde 2019, y emprender reformas constitucionales de gran calado.
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Advertencia de los obispos
La Conferencia Episcopal de El Salvador (CEDES) emitió un documento antes de las elecciones bajo el título “Todos somos hermanos” en la que subrayan que no se puede llegar a un cambio en El Salvador sin mirar con sinceridad el pasado.
Un pasado que, según los prelados, ha estado “marcado por la pobreza, la marginación, la injusticia y el irrespeto a los derechos humanos. Marcado también y, sobre todo, por distintas formas de violencia que han ido desgarrando el tejido social hasta llegar a la locura de una guerra fratricida”.
Y agregan: “Que Dios le conceda a nuestro pueblo elegir, en un ambiente de armonía y paz, a las personas más convenientes, las que mejor puedan legislar en favor de todos los salvadoreños y en defensa de sus derechos; y los gobiernos locales que más convengan a nuestras municipalidades”.
Política: de cara a Dios
Sobre esta petición y sobre lo que pueda venir más tarde, será algo que la propia CEDES estará pendiente. Y el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, quien en una reciente carta pastoral recalcó algo que, seguramente, tenía destinatarios en su país:
La praxis política actual es heredera de la falencia y debilidades de antaño. (Pero) La política puede y debe ser muy buena, siempre y cuando sus actores actúen de cara a Dios. No es cierto que la política en sí misma sea corrupta: es el abuso que de ella se hace lo que la corrompe.