“No hay dos Papas. Sólo hay un Papa…”, afirmó Benedicto XVI, 93 años, con una voz sutil, “esforzándose para pronunciar bien cada palabra…mientras golpea débilmente la palma de su mano en el reposabrazos: como si quisiera dar a las palabras la fuerza de una declaración definitiva”, según expone Massimo Franco, en una entrevista publicada hoy en el diario italiano Il Corriere della Sera (01.03.2021).
La entrevista reitera la fidelidad del papa emérito a su sucesor, pero es también una fotografía de su retiro desde marzo de 2013 y del estado actual de Joseph Ratzinger tras la renuncia al pontificado, hace 8 años.
El periodista italiano describe al Papa alemán debilitado por la edad, atento al diálogo e irreducible de su humor bávaro. Algunas veces ayudado en la traducción por su secretario, mons. Gaenswein, aprueba moviendo la cabeza. La conversación tuvo lugar en el monasterio Mater Ecclesiae, dentro de los jardines vaticanos.
El Papa emérito aseguró que su renuncia fue una “elección difícil” pero realizada “en plena conciencia”, de la que no tiene alguna duda. Benedicto XVI, reafirmó su posición que desmiente a los “amigos un poco fanáticos” que insisten en difundir “teorías conspirativas” detrás de la decisión de dejar la Cátedra de Pedro al retirarse por razones de falta de fuerzas y debido a la edad.
“Fue una decisión difícil, pero la tomé en conciencia y creo que hice bien. Algunos de mis amigos algo “fanáticos” siguen enfadados, no han querido aceptar mi decisión. Pienso en las teorías conspirativas que le siguieron: algunos decían que era por el escándalo Vatileaks, otros que era por un complot del lobby gay, otros que era por el caso del teólogo conservador lefebvriano Richard Williamson. No quieren creer en una decisión tomada conscientemente. Pero tengo la conciencia tranquila”.
El papa emérito dijo apoyar a Francisco, incluso comentó el próximo viaje papal a Irak: “Creo que es un viaje muy importante. Desgraciadamente, cae en un momento muy difícil que también lo convierte en un viaje peligroso: por razones de seguridad y por el Covid. Y luego está la inestable situación iraquí. Acompañaré a Francisco con mi oración”.
“Las frases salen con cuentagotas, la voz es un soplo, va y viene. Y monseñor Gaenswein en algunos pasajes raros repite y “traduce”, mientras Benedicto asiente en señal de aprobación. La mente permanece clara, rápida como los ojos, alerta y viva. El pelo blanco es ligeramente largo, bajo el casquete papal tan blanco como la túnica. De las mangas brotan dos muñecas delgadas que subrayan una imagen de gran fragilidad física. Ratzinger lleva un reloj en la muñeca izquierda y en la derecha un extraño artilugio que parece otro reloj, pero que en realidad es una alarma preparada para sonar si le ocurre algo”, describe Franco.
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