Desde el 2016, gracias a Papa Francisco, el Palacio Pontificio o Palacio Apostólico de Castel Gandolfo, puede ser visitado por todos, pues por siglos fue la privadísima residencia estival de los Papas. Y ahora que el Papa León retomó la tradición papal de pasar los veranos en este lugar, Castel Gandolfo continúa abierto al público.
El palacio integra, junto a los jardines, villas y otros edificios el complejo llamado Villas Pontificias de Castel Gandolfo. Pertenecientes a la Santa Sede como extraterritorial desde los Pactos Lateranenses.
Comprende nada menos que 55 hectáreas y se encuentra en uno de los pueblos considerado de los más bellos de Italia: Castel Gandolfo. A solo 18 km del sur de Roma a orillas del magnífico Lago Albano.
El palacio surge dónde antiguamente fue la Villa de Domiciano, el cruel emperador perseguidor de los cristianos.

La historia de Castel Gandolfo
Papa Urbano VIII fue el primero en veranear allí. La villa pertenecía entonces a su familia (Barberini).
Entre el 1624 y 1626 la hizo remodelar encargando a Carlo Maderno, adaptar y ampliar el antiguo castillo para la nueva función de Palacio Pontificio.
Se construyó una nueva ala frente al lago y un jardín trasero, no muy grande, que esencialmente no ha sufrido cambios desde entonces.
A lo largo de más de dos siglos fue esta la residencia estival de los papas. Sufrió varias transformaciones según el gusto de los pontífices, pero esto no fue hasta el 1870 con la caída del Estado Pontificio, donde quedará abandonada.
Solo se reabrirá con los Pactos de Letrán en 1929, con el mismo fin de ser la residencia de verano de los papas, donde pueden escapar del tórrido sol de Roma.

Vaticano Dos

San Juan Pablo II lo llamaba el “Vaticano Dos”, porque las actividades pontificias continuaban igualmente en la casa veraniega.
Desde entonces y hasta el 2016, año que Papa Francisco decide de convertirlo en museo, la residencia fue testigo de tantos hechos memorables como:
El fallecimiento de dos papas, Pío XII y Pablo VI; se celebró el primer Ángelus en 1954; y la residencia de Benedicto XVI después de renunciar al ministerio petrino.
Conoce los hermosos jardines de Castel Gandolfo


