Hay un reto para cada temperamento. Por ello, conocer el nuestro es crucial para ser mejores y crecer como personas. La vida nos pone, a todos, en situaciones complicadas, nuevos desafíos y proyectos difíciles.
Descubre tu temperamento
1Melancólico
El melancólico es una persona creadora, contemplativa y llena de ideas. Suele vivir más anclado al pasado y sueña con facilidad, pero le cuesta llevarlo a la práctica. Anhela la perfección en cualquier cosa y es coherente buscando las certezas.
Es un artista y productor, fiel, independiente, paciente, perseverante y puede manejar las grandes crisis con armonía.
El problema es que sin virtud puede dejarse absorber por sus pensamientos y sentimientos y se hace temeroso a la hora de actuar, ya que en ella la imperfección humana se pone siempre de manifiesto. Puede ser pesimista, agrandar las dificultades y no tomar riesgos.
2Colérico

Una persona de acción. Vive hacia el futuro y con objetivos. Con seguridad en sí mismo, entusiasmo, energía y decisión. Sabe organizar las ideas para que se lleven a cabo. Es consciente de sus talentos, racional, pragmático y un emprendedor natural. Hace avanzar las cosas en poco tiempo.
El problema es que sin virtud puede volverse un dictador y dejarse llevar por el orgullo, la ira o el odio. Puede ser precipitado, confrontar y ser insensible con tal de cumplir una tarea. Incluso puede ver a los demás como "instrumentos" que lleven a cabo una tarea y no suele tomarse el tiempo para enseñarles o hacerlos crecer.

3Sanguíneo
Se trata un excelente comunicador, disfruta de las personas y quiere hacerlas felices. Es amable, de buen corazón, compasivo, generoso, creativo, emprendedor y aventurero. Sus cinco sentidos están siempre despiertos lo que le da un buen ojo para los detalles. Vive en el presente y se emociona por nuevos proyectos y atrae a la gente hacia ellos.
El problema es que sin la virtud es propenso a la superficialidad y a ser inconsistente, porque le gusta tomar decisiones no por los resultados sino por la aventura. Su motivación es la diversión y así se lanza fácil a cualquier cosa sin pensarlo mucho. Puede distraer su atención fácilmente por lo novedoso o dejarse llevar por querer agradar a otros.
4Flemático
Racional, pragmático y tiene un enfoque científico de la realidad. Ama la rutina y la seguridad. Es un excelente oyente, tiene una gran empatía por los demás, un fuerte sentido de la obligación y la cooperación y posee una voluntad oculta de hierro.
El problema es que sin virtud no se atreve a "salir de su zona" y desarrollar su capacidad para soñar. Es tranquilo y no le gusta el cambio, es indeciso y le aterroriza hacer las cosas mal porque no quiere equivocarse. Prefiere evitar los conflictos a cualquier coste y es propenso a la pasividad por lo que no puede avanzar.

A cada temperamento un reto:
La audacia del melancólico
Su reto es ser valiente, la audacia para superar el miedo aprendiendo a vivir en un mundo lleno de riesgos y desarrollar esa capacidad de tomar decisiones sin estar tan seguro.
Juan Pablo II ha tenido grandes ideas. Su carácter extraordinario es reflejo de su búsqueda de la verdad profunda poniendo foco en lo bueno, positivo y bello que le rodeaba.
Humildad del colérico
El reto para las personas coléricas es volverse más contemplativo y desarrollar una capacidad pensante antes de actuar. Es fácil que tome decisiones pero no necesariamente buenas.
Juana de Arco fue una líder eficaz al expulsar a los ingleses, pero ante todo se convirtió en una líder excepcional aflorando la grandeza en sus soldados y transformando los corazones de millones de compatriotas engendrando un renacimiento espiritual en toda Francia.

Resistencia del sanguíneo
Su reto es mantenerse firme, ser paciente, alcanzar la estabilidad y evitar que todo quede en un plano más superficial.
Tomás Moro fue siempre alegre, comunicativo, amigable, pero al mismo tiempo profundo, constante y fiel. Se negó a prestar juramento para reconocer a Enrique VIII como jefe autoproclamado de una nueva iglesia de su propia invención. Se mantuvo firme en sus convicciones hasta dar la vida.
Magnanimidad del flemático
El reto del flemático es la magnanimidad. Apasionarse y recuperar esa energía que le impulsa a amplificar las ambiciones nobles que tiene en su corazón.
Jérôme Lejeune fue lógico, metódico y preciso pero al mismo tiempo superó el status quo de su tiempo. Cuando la sociedad buscaba recurrir a fundamentos ideológicos para explicar la vida humana, él le devolvió la razón demostrando que hay vida desde el momento de la concepción.












