En estos tiempos de pandemia, sacar adelante a la familia es la prioridad de muchos matrimonios en crisis. Piensan en sobrevivir a la pandemia y descuidan el amor. 2021 ha llegado con fuerza. Si teníamos ganas de que el 2020 acabara y habíamos puesto muchas esperanzas en el 2021, este inicio de año con el temporal Filomena arrasando la península será recordado durante mucho tiempo.
Algunas expectativas de las que teníamos en el año nuevo como era la vuelta a la normalidad, por ejemplo, se han visto truncadas después de este fenómeno meteorológico que nos ha bloqueado el país.
La nieve, que ha dejado bonitas estampas, ha congelado ciudades y pueblos y esa vista de bonitos mantos blancos de las calles, parece que ha invadido la rutina de las familias.
Cuando parecía que intentábamos remontar y volver a una “rutina“ después de la Navidad, nos hemos visto forzosamente metidos en nuestras casas: teletrabajando los padres y tele- estudiando los niños. Con lo que en muchas familias de han disparado algunas alarmas y, si bien habíamos proyectado objetivos, esta novedad nos los ha podido bloquear.
¡Bastante tenemos con sobrevivir el día a día!: esta reflexión hace que no podamos pararnos ni siquiera a pensar qué rumbo queremos darle a nuestra vida, a nuestra familia, a nuestro matrimonio.
En muchas familias se han disparado algunas alarmas, que no han hecho más que confirmar lo que ya sabían:
“¡Esto no puede seguir así!”, podemos pensar, si bien, la realidad se impone y el intentar normalizar en nuestras casas una situación extraordinaria, o la que ya arrastrábamos desde el año pasado, ha hecho que nos focalicemos en el hoy y en el ahora para salir a flote en nuestro día a día.
Congelar los problemas
Muchos matrimonios han decidido dejar a un lado sus diferencias, congelarlas, para salir adelante en su quehacer diario:
¡No tengo tiempo de pensar en mis problemas matrimoniales!, dicen algunos.
¡Bastante tengo con trabajar desde casa, atender a los niños, cocinar y limpiar mi casa como para preocuparme por este malestar que me corroe por dentro!, dicen otros.
¡Los niños me necesitan y no tengo tiempo para mi, ahora no es un buen momento, no tengo ganas ni dinero para pedir ayuda!, son otros de los comentarios.
La realidad es la que es, no lo vamos a negar, pero tu familia necesita de ti, tus hijos te necesitan bien, tu marido, tu mujer, te necesita como compañer@ de equipo. Y eso pasa por cuidarte por descubrir dónde estás y dónde quieres ir.
Pedir ayuda
A veces serás tú quien lo descubras, otras, quizás sea bueno pedir ayuda, para recolocar, para objetivar y para generar herramientas que te permitan vivir el día a día de manera más plena. Lo importante es darse cuenta de que somos humanos y no llegamos a todo.
Acabamos de dejar atrás la Navidad, ese tiempo en el que hemos celebrando la venida del Niño Jesús que se ha hecho hombre por nosotros. Él también pasó dificultades ( pasó frío, hambre y sed y antes de su muerte, pasó miedo, mucho miedo), igual que sus padres María y José, no hay más que leer el Evangelio de los días previos a su llegada y sentir las calamidades por las que tuvieron que pasar la Virgen y San José.
Quizás la Familia de Nazaret puede ser un buen ejemplo para sobrellevar estas nieves que a veces nos bloquean familiarmente y para ello apelo a la intercesión de San José para que este año 2021, declarado por el Papa Francisco como su año, nos proteja y nos haga ver qué es lo importante en nuestras familias, “como consuelo y alivio de las graves tribulaciones humanas y sociales que hoy afligen al mundo contemporáneo”.
Como dice un refrán español “año de nieves, año de bienes”. Ojalá este 2021, cada uno encuentre el suyo.
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