Rezar con los salmos es una guía semanal que te ofrecemos para meditar sobre la Palabra de Dios. Hoy te presentamos el Salmo 111.
Este salmo tiene la determinación de alabar a Dios para que otros puedan hacerlo también. Es como querer promover una actitud con el testimonio, con el ejemplo. Abrir camino para que otros puedan seguirlo también; dar gracias a Dios de todo corazón por el don de sí, por su amor infinito y por cuidar de todos y de cada ser humano.
Su justicia permanece para siempre
Dios es alabado por lo que Es; por sus obras, su misericordia, su amor, su infinita providencia y su justicia, que permanecen para siempre.
Porque es un Padre que no olvida a sus hijos y promulga siempre su alianza con su Pueblo. Y revela su poder en sus obras misericordiosas.
Es un canto que recuerda que Dios es el don eterno, y que siempre cuida de sus criaturas, evocando en la memoria su pacto con el Pueblo de Israel y con Abraham.
Padre bueno
Lo que Dios hace es justo y bueno, y por eso salva a sus hijos de la opresión de sus enemigos, quienes les profesan mal y los persiguen.
Al igual que el salmista, hoy es posible ver a Dios como un Padre providente y bueno que no olvida a sus hijos a pesar de las adversidades que la vida humana presupone.
Como en este salmo, es posible dar testimonio -con la alabanza y el ejemplo- de que Yahvé es misericordioso y hace siempre el bien en la historia de la humanidad.
Salmo 111 (110),1-2.4-5.9.10c.
Doy gracias al Señor de todo corazón,
en la reunión y en la asamblea de los justos.
Grandes son las obras del Señor:
los que las aman desean comprenderlas.
Él hizo portentos memorables,
el Señor es bondadoso y compasivo.
Proveyó de alimento a sus fieles
y se acuerda eternamente de su alianza.
Él envió la redención a su pueblo,
promulgó su alianza para siempre:
Su Nombre es santo y temible.
Su alabanza por siempre permanece.
Texto bíblico: Libreria Editrice Vaticana
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