Conocía a un verdadero santo. El padre Marciano Morra, un capuchino que vivía en el Convento de San Giovanni Rotondo, fue el último en poder dar testimonio del privilegio de haber vivido junto al santo Padre Pío. El capuchino acaba de fallecer a la edad de 91 años. El padre Marciano conoció al futuro santo cuando ni siquiera era un novicio. “Mi impresión del Padre Pío fue la de un padre, pero aún más la de un abuelo”, testificaba regularmente.
La curación de su padre
Entre los episodios que lo vinculaban con el Padre Pío, el fraile capuchino a menudo hablaba de la curación de su padre. Sufría de cáncer de pulmón y cuando los médicos le dieron poco tiempo de vida, fue a visitar a su hijo, el hermano Marciano, en San Giovanni Rotondo.
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“El Padre Pío lo miró fijamente, luego lo tomó por el cuello de su chaqueta y con la otra mano comenzó a golpearlo en el pecho, diciendo: ‘¿Y quién te dijo que estabas enfermo? ¡Estás bien! ¡Como estás!”, le dijo “antes de saludarlo y decirle” ¡Adiós!”. “Eso es exactamente lo que dijo, ‘Adiós’. No entendí de inmediato lo que quería decir, pero lo entendí más tarde”.
Su padre finalmente se recuperó y no murió hasta quince años después de otra enfermedad después de ver al Padre Pío nuevamente.
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Un propósito relacionado con el Padre Pío
Originario de Monteleone di Puglia (provincia de Foggia), el hermano Marciano usó el hábito religioso durante casi setenta y cinco años. Apasionado de la predicación, figura eminente en su congregación, se había propuesto salvaguardar la herencia espiritual del Padre Pío.
También tuvo la oportunidad de conocer al cardenal Jorge Mario Bergoglio en Buenos Aires, ansioso por conocer más sobre la figura del Padre Pío. Y conoció a Juan Pablo II y la Madre Teresa durante sus visitas a San Giovanni Rotondo.
Aquí algunas fotos del Padre Pío:
Hoy celebramos a...