En pandemia, son muchos los roces de convivencia y problemas en los matrimonios. Con la ayuda de Cristo muchos logran reencontrarse
Cuando uno toma la decisión de compartir la vida con otro, tarde o temprano se da cuenta de que aparecen cosas que no nos gustan tanto del otro, nos parecen extrañas o incluso difíciles de comprender. El pasar más tiempo en casa por la pandemia ha sacado a la luz muchas peculiaridades de cada uno y con ellas, una nueva oportunidad para encontrarse.
Tras varios períodos de cuarentena, confinamiento o aislamiento social, varios medios han reportado que han sido frecuentes las tensiones, rivalidades y malestares en la convivencia familiar dentro del contexto de temor por el coronavirus. Las emociones en muchos hogares se han vivido intensamente y aquellas cosas que antes podían pasar desapercibidas, se han mostrado con mayor claridad.
Reencontrarse
¿Qué hacer cuando estos rasgos que no nos gustan tanto se exponen? ¿Siempre habían estado y ahora se han potenciado? En una época de distanciamiento general hoy hay una gran necesidad de volver a encontrarse, incluso con los que más tenemos cerca y para eso no hay algo mejor que hacerlo en Cristo.
Podemos reencontrarnos el uno con el otro ahora e invitar a Cristo a hacerse presente en nuestro matrimonio para que con su gracia y nuestro trabajo, podamos hacer funcionar una relación con las cosas que nos molestan. Un amor como el de Dios muestra la gracia para crecer juntos y sacar lo mejor de ambos.
En esta galería encontrarás lo que Cristo puede enseñar a nuestros matrimonios
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Un amor como el de Dios muestra gracia antes de esperar un cambio para crecer juntos y sacar lo mejor de los dos.