Ante el considerable aumento de contagios y fallecidos en la segunda ola del coronavirus, Colombia volvió al confinamiento en varias ciudades, medida que ha sido acogida por la iglesia Católica y ha motivado grandes jornadas de oraciónColombia superó los 46 mil fallecidos y registró altos incrementos de los contagios por el coronavirus. Las autoridades han tenido que volver a aislamientos obligatorios, cuarentenas, toques de queda y restricciones a la movilidad en varias ciudades. Por todo ello, la Iglesia católica invitó a los fieles a cumplir las normas de las autoridades civiles.
La Conferencia Episcopal de Colombia, a través del padre Jorge Bustamante Mora, director de los Departamentos de Doctrina y de Promoción de la Unidad y el Diálogo, pidió a los creyentes seguir todas las medidas. En su mensaje exhortó a “elevar continuas y fervientes oraciones a Dios para que con su misericordia podamos superar prontamente este momento difícil que vivimos”.
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Difícil situación en Colombia
En estos momentos Colombia vive una difícil situación sanitaria por el alto pico de contagios. Hay ciudades con altas ocupaciones en las unidades de cuidados intensivos, lo que obligó al gobierno a adoptar medidas como cuarentenas por días, ley seca y otras restricciones a la movilidad, de acuerdo con la situación de cada ciudad.
Ante la gravedad de la situación, la Conferencia Episcopal no descarta el cierre de templos, que actualmente se abren con limitaciones. Aseguró que “corresponde a cada Obispo en su respectiva jurisdicción, según las medidas que se hayan adoptado por las autoridades locales, determinar los procedimientos a seguir y brindar el acompañamiento espiritual a toda la comunidad”.
Cada casa, un lugar de adoración
El arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia, monseñor Luis José Rueda, determinó que con el fin de preservar la vida de los habitantes de la capital del país, los templos estarían cerrados. Será entre el 7 y el 12 de enero –días con restricción total de la movilidad– y esta semana se podrán abrir templos en sectores que no tengan cuarentena estricta.
“Cuidemos nuestra salud y cuidemos la salud de todas las personas, para lo cual les pido que, la atención pastoral y las celebraciones se ofrezcan por los medios virtuales, de modo que todos los fieles se sientan acompañados y fortalecidos espiritualmente en este tiempo de confinamiento”, dice monseñor Rueda en su comunicado.
Igualmente invitó a los párrocos de Bogotá y a la feligresía a una emotiva Hora Santa y Exposición del Santísimo el pasado domingo, 10 de enero, a las 3:00 p. m. A la cual llamó “Cada casa, un lugar de adoración en tiempo de pandemia”.
La jornada de oración durante la Hora de la Misericordia se transmitió a través de los canales digitales de cada parroquia. Contó con la participación de miles de creyentes que se unieron para clamar al Señor de la vida que nos ayude a salir de esta dolorosa prueba.
“Cada sacerdote alentará el sentido de esperanza en su comunidad para que, confiando siempre en la misericordia de Dios, sigamos caminando en la fe y la solidaridad, hasta que veamos de nuevo que la vida de todos está libre de peligros y amenazas”.
En el país, los casos de covid se dispararon después de las festividades de fin de año. Han alcanzado cifras récord de contagios reportados en un día y superan la barrera de los 46.000 fallecidos desde que comenzó la propagación del virus.
La esperanza de la vacuna
En esta segunda ola son varios los sacerdotes que han fallecido, lo que ha causado profunda tristeza en sus comunidades. Es el caso del presbítero Edwing de Jesús Marzán, párroco del Santuario María de las Gracias de Torcoroma en Cartagena, quien luchó más de 15 días contra el coronavirus y murió unos días después de su madre, fallecida por la misma causa.
El padre Marzán, ampliamente conocido, dejó un enorme legado por su trabajo con jóvenes y familias. Recuerdan su especial entrega a la formación sacerdotal, confesión, visita a los enfermos y dirección espiritual. La Hora Santa de los jueves congregaba cientos de católicos de diferentes parroquias, que acudían hasta su parroquia por la especial unción del sacerdote.
También en Cartagena en los pocos días que han transcurrido del presente año, han fallecido tres médicos después de luchar contra el coronavirus.
Estos fallecimientos son un reflejo de lo que vive Colombia. Sus habitantes ven con esperanza la llegada de la vacuna, prevista para el mes de febrero. El gobierno nacional aseguró, por ahora, 40 millones de dosis a través de mecanismos bilaterales y multilaterales. Permitirán, entonces, vacunar a la población en dos fases y cinco etapas, priorizando los grupos de riesgo.
Los primeros en recibir las dosis serán la totalidad de trabajadores de la salud de primera línea y todos los mayores de 80 años, y se espera que esto inicie en el mes de febrero.