El autor del artículo es el fundador de la Associazione Meter, que lucha contra la pedopornografía y la explotación sexual infantil en internet
La sexualidad, el sexo, es un don de Dios, incluso una serie de animación podría ser educativa en este sentido. Pero a veces, muchas veces, no es así.
El sábado 2 de enero, DR, la empresa de radiodifusión pública danesa, estrenó una serie de animación para niñas y niños de 4 a 8 años, protagonizada por John Dillermand, un hombre con un pene larguísimo que utiliza para realizar sus actividades cotidianas, y que a menudo no puede controlar.
Como explica The Guardian, hay quienes han defendido la serie y quienes la han condenado totalmente. El primero de los 13 episodios ya ha sido visto 140.000 veces desde su estreno.
Dillermand significa literalmente “hombre-pene” en danés. En la canción del principio se explica que John Dillermand, que vive con una anciana, tiene el “pene más largo del mundo” y que no hay nada que no pueda hacer con su pene.
https://youtu.be/ZGcm_mgR6fM
La historia es otra historia
En la historia ha habido “fiestas fálicas” (fiestas sagradas queridas por los romanos, el dios Príapo, conocido y venerado por la longitud del pene), o en el mundo budista, donde un monje ya en 1455 alimentaba su culto: Considerado en antigüedad no solo el órgano origen de la vida, de la semilla que da vida. Se dibujaba en los dinteles de la puerta, y se consideraba como un amuleto que ahuyentaba los maleficios y el mal de ojo.
No nos escandaliza el pene: es claramente visible en muchos museos e imágenes, paganas e incluso cristianas. Imagina el arte pictórico del Renacimiento que en muchas obras se representa al mismo Jesús, niño y adulto, sin tapar, para mostrar al Hijo de Dios como plenamente humano.
Esto no quita que no haya habido una estigmatización por parte de algunos pensadores que escribían sobre el falo / pene, en algunos casos referido como el “órgano del diablo”, y con una visión negativa de la sexualidad humana. No podemos negarlo.
A día de hoy
Hoy en día, por citar un ejemplo, existe la “Iglesia de San Priapo”, una religión desarrollada en Norteamérica. Todo su culto gira en torno al pene y diríamos algo más: participas desnudo y vives, en medio de la oración a Dios Falo, autoerotismo y mucho más, que no vamos a contar.
El uso moderno del falo está bien documentado, aceptado por los eruditos, rechazado por los moralistas. Utilizado en publicidad, normalizado por ideologías como signo del poder masculino dominante. Por el lado contrario, la exposición de la vagina. Por no hablar de los anuncios sobre terapias para alargar el órgano genital, una industria próspera.
Cuanto más largo es el pene, más sano es el macho y se ha calculado que al menos dos tercios de los hombres pensaban que tenían un miembro que no estaba a la altura; para algunos es una idea pasajera, para otros se convierte en una preocupación constante o incluso en una obsesión.
Algunas investigaciones han encontrado ansiedad relacionada con el tamaño del pene en aproximadamente cinco o seis de cada diez adolescentes. Demasiados niños experimentan una ansiedad que bordea la obsesión patológica: el síndrome del pene pequeño.
Se espera que esta serie animada del hombre-pene no fomente ni desarrolle ansiedad y obsesión.
Pero es legítimo, e incluso obligatorio, hacerse esta pregunta: ¿por qué transmitir mensajes tan ambiguos a niños de 4 a 8 años? ¿Cuáles son las razones para erotizar cada mensaje, con una ambigüedad agotadora, sin cursos educativos e integrales para niños de estas edades?
¿Por qué erotizar a los niños?
¿Por qué esta insistencia persistente en la erotización de los niños? Cuales son los objetivos? ¿Culturales, comerciales, educativos? ¿Qué pedagogía subyace en tal operación?
Algunos argumentan que descarta la pedofilia como un ‘pánico moral’ y normaliza un órgano sexual que si es ‘visto’ no parece hostil, sino aceptable. Ver el pene es divertido. Así como ver y tocar con el órgano femenino es lo mismo.
No conocen bien el fenómeno de la pedofilia, de la pornografía infantil en la actualidad, quizás conozcan los intentos de normalizarla.
Los opinionistas se distancian: es “positivo” para algunos, “no educativo” para otros. Entre quienes culpan a su contenido explícito, hay quienes enfatizan lo deseducativo que es el mensaje centrado en quienes no pueden controlar su pene. La disfunción eréctil y los problemas de erección son cosas extremadamente importantes para la vida y la salud.
Hay mucho que discutir sobre el hecho de que uno no pueda controlar sus impulsos sexuales, incluso sobre los niños. Quién sabe por qué, y es bueno que haya protesta e indignación. Con el debido respeto a aquellos que quieren niños así. Decimos lo contrario.
“La sexualidad, el sexo, es un regalo de Dios. (…) Se gana mucho dinero con la industria de la pornografía, por ejemplo. Es una degeneración del nivel donde Dios lo ha colocado. Y con este comercio se gana mucho dinero. Pero la sexualidad es genial: mantén tu dimensión sexual, tu identidad sexual. Mantenla bien. Y prepárala para el amor, para insertarla en ese amor que te acompañará durante toda tu vida”. (Papa Francisco, audiencia con un grupo de jóvenes de la diócesis de Grenoble-Vienne, 17 de septiembre de 2018)
Incluso con una serie animada protagonizada por el hombre-pene, ganan mucho dinero utilizando a los niños.
