El ayuno parece estar de moda. Ahora que terminan las fiestas de Navidad y volvemos a la rutina se vuelve a hablar del ayuno intermitente y de distintos métodos detox para regenerar el organismo. Lo cierto es que no es ninguna novedad. Y es que Santa Hildegarda de Bingen ya explicó sus beneficios allá por el siglo XII. La abadesa benedictina es doctora de la Iglesia y publicó varios tratados de medicina y botánico, y también explicó cómo un ayuno preventivo y terapéutico puede purificar el cuerpo.
Primera naturópata de la historia, esta santa alemana legó un conocimiento médico cuyo significado visionario se confirma hoy gracias al lugar central que se concede a los recursos terapéuticos de la naturaleza. De hecho, casi mil años después de su nacimiento, el legado de Santa Hildegarda es impresionante y el ayuno es uno de sus principios de salud esenciales. Como explica Mélanie Schmidt-Ulmann en su libro “Hildegard of Bingen’s Well-Being Secrets”, el ayuno de Hildegarda es un ayuno suave que en realidad está cerca de una monodieta.
Según la abadesa alemana, para prevenir y aliviar las enfermedades, debemos luchar por la pureza del cuerpo eliminando las toxinas aportadas especialmente por una mala alimentación. Por lo tanto, al privar temporalmente al cuerpo de alimentos malos, naturalmente eliminamos las sobrecargas. El cuerpo gana energía y es más capaz de activar los procesos naturales de autocuración. Hay dos formas de practicar el ayuno: un día a la semana o de forma continua durante períodos de tiempo más largos (por ejemplo, dos, tres días o una semana). El ayuno semanal es más bien preventivo, mientras que el ayuno más largo es más curativo. En cualquier caso, es fundamental practicarlo de forma paulatina.
Un día de ayuno de Santa Hildegarda
Por la mañana
- Una bebida caliente: infusión de manzanilla, rosa mosqueta, jengibre, lavanda o canela, té verde o café de espelta
- Dos tartas de jengibre que puedes preparar en casa no se tienes hipertensión. Estimulan la acción del hígado y los riñones.
A mediodía
- La sopa de ayuno: una sopa hecha a base de sémola de espelta (2 cucharadas) cocida con mucha agua y con verduras: zanahoria, apio, remolacha, calabaza … Además se le añaden as especias favoritas de Santa Hildegarda: galanga, piretro, tomillo silvestre, nuez moscada…
Por la tarde
- Es importante dormir una siesta corta después del almuerzo.
- Alrededor de las seis de la tarde es bueno tomar jugo de frutas o vegetales calientes.
Para cenar
- Caldo de verduras con infusiones de hierbas (manzanilla, menta, escaramujo).
Para encontrar los alimentos y productos necesarios para el ayuno propuesto por Santa Hildegarda, diríjase a tiendas especializadas o farmacias.
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