Los pastores de Belén, los primeros testigos del acontecimiento más grande de la historia, se encontraron con una familia y ese hecho les cambió la vida. Nuestra familia es un elemento fundamental en nuestro día a día y es también una pieza importantísima dentro de la sociedad.
La vida en familia
Vivir en familia nos ayuda a forjar nuestro carácter y nuestra personalidad. Es en el seno de la familia donde se nos enseña una comunión íntima de vida, cariño, afecto y amor.
La Fiesta de la Sagrada Familia, que se celebra dentro de la Octava de Navidad, nos recuerda la belleza de la familia, nos empuja a profundizar y vivir en nuestro amor familiar según el plan de Dios. La Sagrada Familia se nos regala como modelo de vida y de fe.
Jesús, la salvación del mundo, comenzó su vida terrenal como un bebé sustentado por la familia que formaba junto con María y José. El Evangelio nos cuenta como, en el hogar de la familia, “Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia, delante de Dios y de los hombres".(Lucas 2, 52). ¡Ojalá en nuestras familias pueda suceder lo mismo! ¡Entonces… miremos este modelo!
La vida de la familia de Nazaret inicia su andadura en medio de dificultades muy humanas. Para nosotros, este también está siendo un año lleno de contrariedades a causa de la Covid-19. La historia del nacimiento de Jesús nos muestra entretejidos elementos terrenales y divinos, una dicotomía muy semejante a la que nosotros vivimos muchas veces, buscando continuamente el equilibrio entre lo eterno y lo terrenal. Esta visión de la familia de Nazaret nos ayuda a amar más nuestra humanidad celebrando el plan de Dios también en los escenarios más fastidiosos, ordinarios y comunes de nuestra vida mortal.
Un juego para celebrar la familia, nuestro mayor regalo
Con motivo del día de la Sagrada Familia, tras acudir a la Misa, podemos celebrar esta fecha en casa rememorando “la historia más grandiosa jamás contada”. Además, aquí os propongo un juego que podríamos llamar “la familia, regalo de Dios”. Para ello, elaboraremos con mucho cariño y detalle una serie de tarjetas que a posteriori podemos regalar a nuestros familiares.
Invitemos a nuestros hijos a escribir en cada tarjeta el nombre de una persona de la familia y una breve reflexión de porqué esa persona es un regalo para él y cómo esa persona le ayuda en su día a día a crecer en su relación con Dios.
En cada tarjeta puedes escribir el nombre de tu padre, tu madre, tu hijo o hija y completar esta frase:
Por un lado, esta dinámica nos hará pensar en las virtudes de la familia de Nazaret. Por otro, en el regalo que supone para nosotros cada uno de los miembros de nuestra propia familia. Con este gesto, podemos educar a nuestros hijos en la gratitud y adentrarnos en la importancia que tiene la familia en la vida de fe.
Este juego se puede convertir en una pequeña tradición familiar en Navidad. Será una forma de valorar y recordar cada año la importancia de la familia. Ojalá que cuando nuestros hijos ya no estén en casa y tengan su propia familia, recuerden estos momentos de la infancia. Les servirán para mirar a la familia de Nazaret y coger fuerza para seguir forjando, construyendo y valorando la suya.
¿Creéis que hay mejor forma de despedirse de este año tan particular que dando gracias por el don de la familia?
¡Feliz día de la Sagrada Familia!