Uno de los momentos más esperado por los padres, es el bautizo de sus hijos, porque marca un antes y un después en la vida del pequeño.
Pero en este año de pandemia muchos niños no han podido recibir aún el Bautismo, algunos quizás lo puedan hacer en un futuro cercano y otros tendrán que esperar para celebrarlo.
Para aquellos que por el momento saben que no podrán bautizar a sus hijos la Iglesia contempla cada excepción precisamente en virtud del amor con el cual Jesús quiere llegar a todos.
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Por ser un momento tan especial es común que luego del sacramento se realice un festejo para compartir con los familiares y amigos. Muchas veces se dedica demasiado tiempo a la fiesta y no tanto al bautismo en sí, pensamos cuál es el lugar adecuado dónde se festejará, los invitados, la decoración, la comida, algún recuerdo por haber venido, y mucho más.
Pero este año Jesús nos invita a ir más allá, pensar en lo importante, en que nuestros hijos puedan recibir el sacramento para que se convierta en su hijo.
Vivir un bautismo diferente
Este año en muchos lugares hace meses que no se puede realizar bautismos, y mucho menos una fiesta.
En aquellos lugares donde sí están permitidos debe cumplirse con los protocolos sanitarios establecidos por el país y región. En algunos países, por ejemplo, una de las normas es limitar el aforo pudiendo concurrir solamente padres, padrinos, y quizás abuelos. Por lo tanto, la fiesta posterior no puede realizarse o también debe modificarse y limitarse a los más allegados con un cupo máximo de personas, entre otras cosas.
Esto invita a volver a centrarnos en lo importante que es realizarlo cuanto antes, y en lo que significa el bautismo. Literalmente la palabra bautismo significa “sumergir “y según el catecismo es la puerta de la vida espiritual vitae spiritualis ianua.
Debemos saber que hacerlo cuanto antes es mejor porque una vez bautizados somos siempre hijos de Dios, es un sello espiritual imborrable que no es borrado incluso por ningún pecado.
El Santo Padre explica claramente el sacramento del Bautismo:
“Nuestros padres nos generaron a la vida terrena; la Iglesia, en el Bautismo, nos regenera a la vida eterna, haciéndonos hijos de Dios para siempre. Por eso, también sobre cada uno de nosotros, renacidos del agua y del Espíritu Santo, el Padre dice amorosamente: «Tú eres mi hijo amado» (cf. Mt 3,17). El bautismo no se repite porque imprime un sello sacramental indeleble que el pecado no puede borrar, pero sí impedir que dé frutos de salvación”. Catequesis del miércoles 9 de mayo de 2018
Celebración consciente y saludable
Este año podemos celebrarlo diferente, conscientes del momento difícil que estamos atravesando por la pandemia, vivirlo con sencillez, mucho amor y cuidándonos entre todos.
Por ello, lo ideal es que luego de la iglesia, celebramos en casa con los más cercanos, entre padres y hermanos, o con padrinos, y si se puede abuelos (dependiendo el número de personas que sea recomendable por Covid 19 y el espacio físico disponible).
Podemos hacer algo lindo, acogedor, decorando con los más pequeños de la casa, con globos, banderines artesanales, algunos detalles florales.
Y es una buena ocasión para sorprender con un menú saludable y delicioso, ya que conocemos con más exactitud los gustos de los invitados.
Algunas ideas:
Para el copetín, unas bruschettas, se corta el pan (integral o con semillas son los más recomendados), se tuesta y arriba se le agrega: un poco de aceite de oliva, rodajas finas de tomate, queso mozzarella y una hoja de albahaca.Mini croquetas al horno, pueden ser con un puré de papa, boniato y calabaza, con un trocito de queso en el medio, hierbas y jamón. Mini empanadas al horno de vegetales con salsa blanca.
Para la entrada, dependerá de la estación en la que nos encontremos, puede ser una calentita sopa si estamos en otoño -invierno, o una ensalada fresca si es primavera-verano (ensaladas César, Roquefort)
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Plato principal, carnes, pescados acompañados de ensaladas o vegetales al horno, crepes de vegetales, o si se quiere algo más sencillo pueden ser sándwiches de pan integral con diferentes rellenos.
Postre, helados o ensalada de frutas, nada más fresco y saludable como las frutas de estación, con una linda presentación son el postre ideal para terminar un día tan especial.
Es importante ser conscientes que podemos alimentarnos rico y sano también en ocasiones especiales como esta.
Celebremos esta iniciación a la vida cristiana de forma saludable y responsable.
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