No se trata de sólo de escuchar: sino de alabar, adorar, y hacer propia la oración para repetirla y llevarla a los demásAthenas lanzó para este Adviento la canción Niño Dios, sencillo navideño adelanto de un nuevo álbum a lanzarse en 2021. Se trata de un sencillo compuesto con su marido Tobías Buteler, en el que canta el anhelo de ser “pesebre” de Dios. “Si no encuentras un lugar, aquí puedes nacer”, invita a que digamos. En dos semanas, la canción publicada en la cuenta de Youtube ya tuvo más de 300,000 reproducciones, sin contar reproducciones en otras redes.
La pandemia y sus restricciones a la actividad y a la movilidad permitieron al matrimonio preparar una canción que como gran parte de su repertorio, y ella misma aclara en el lanzamiento, tiene elementos de praise & worship (alabanza y adoración), género para la alabaza y la adoración muy desarrollado en la música cristiana contemporánea americana.
Género de Alabanza y oración en un clima acústico
Mientras que otros géneros de música cristiana como el Gospel suelen ser de difícil memorización y canto congregacional, el género de Alabanza y oración presenta melodías de sencilla memorización, sin improvisaciones, previsibles, complejas y bellísimas en la interpretación profesional, pero de accesible interpretación en el hogar o en el templo.
Se explica con sencillez en Niño Dios, interpretada por Athenas en un clima acústico, acompañada por instrumentos de cuerda y órgano, pulcramente grabada y editada pero con un estribillo “Ven a nacer en mí Jesús, como aquella noche en que todo cambió” del que todos pueden-podemos- participar. La misma filmación de la canción es una invitación a hacer propia la canción, en una austera y clásica parroquia de los suburbios de Buenos Aires, que puede ser la de cualquier barrio o pueblo.
En distintas redes la propia artista comparte letra y acorde. De eso se trata: de invitar a alabar, adorar, haciendo propia la oración. La generación de músicos hispanoamericanos de la que es parte Athenas se caracteriza justamente por esto: no tan solo por confirmar una alta calidad de grabación profesional – en Niño Dios Athenas trabaja con el productor americano Shawn Williams, de Nashville- sino por facilitar que las canciones penetren con facilidad en las casas y templos mediante los celulares.
“Sínodo musical”
Durante la Pandemia, las listas de reproducción de varios artistas han tenido un importante incremento. Es que su música que hace que las horas parezcan minutos, que parezca que haya luz entre tanta oscuridad. No tan solo para aquel que las conoce de la vida eclesial.
Se trata de artistas jóvenes, que a imitación de los grandes artistas hispanoamericanos cristianos que han sido jóvenes años atrás, hablan sin temor, cantan desde los salmos con la sencillez y el alma desnuda como David, y conscientes de que los detalles, la calidad de lo que se tiene por delante, sea realmente lo mejor posible. Si es para hablar de Dios, que sea con lo mejor que tenemos. Y para que otros nos imiten y canten como nosotros.
La Pandemia no detuvo la creación musical
Y trabajan en equipo: no caminan solos, cuando lo tienen que hacer claro que lo hacen, pero cantan juntos, se apoyan, se juntan –baste ver en la cuenta de Athenas las colaboraciones con Jon Carlo, Verónica Sanfilippo, Kairy Márquez, Joan Sánchez, Celinés, Maxi Larghi, Siervas, Alfareros, Estación Cero, Pablo Martínez, Kiki Troia, Marcelo Olima y Juan Delgado, José Ibáñez… comparten más allá de las nacionalidades, elogian las canciones de uno y otro, cantan juntos, que es una manera de caminar juntos, de hacer sínodo. La Pandemia no los detuvo. Su sínodo musical no se detuvo.
En este Adviento, distinto como ha sido cada período litúrgico del año pandémico, los artistas cristianos son una vez más invitación a recordar que entre tanta oscuridad, siempre hay luz, que sea cual sea la noche, en nosotros el Niño Dios puede nacer.