Un sacerdote evocó cómo Maradona buscaba paz. “Tengo que volver”, sintió el Diez inspirado por su madre, que “todo lo ponía en mano de Dios”El padre Gustavo Rubio, de la Arquidiócesis de La Plata, reveló en una entrevista radiofónica con el programa “Mañana Sylvestre” de Radio 10 un entrañable encuentro que mantuvo con Diego Armando Maradona en una ocasión en la que el futbolista, recientemente fallecido, pidió ver un sacerdote para que lo bendiga a él y a su equipo Gimnasia de la Plata.
Maradona, recordó el padre Rubio, buscaba paz. “A mí me llamó la atención que llamara Maradona un cura. Pensé mal: ‘será como dicen los hinchas, para sacar la mufa (mala suerte)’. Y no. Cuando llegamos, lo esperamos un rato, y cuando nos encontramos me llamó mucho la atención que él me dijo que en realidad quería que lo bendijera a él, de parte de Dios, y al equipo, pero a él en especial para su vida, para lo que viviera de ahí en adelante”, evocó.
“Lo único que quería era paz. Le pedía a Dios paz”, sintetizó, y completó: “Uno tiene la imagen superficial de Maradona, lo que uno ve en la tele, los diarios. Y me impresionó mucho encontrarme con el Maradona hombre. Con un semejante. Pidiendo paz, no solamente en Gimnasia, sino de ahí en adelante, según me dijo, ‘lo que Dios me regale de vida de acá en adelante’”. “Me emocionó mucho verlo pequeño, con esta necesidad de decir ‘quiero paz, para estar bien, para vivir la vida’”, recordó.
Maradona, además, se emocionó al ver que el sacerdote tenía los óleos de la unción de los enfermos, “el aceitito”, según le dijo, y recordó ocasiones en las que su madre, Doña Tota, “cuando la vida se ponía muy dura”, había buscado el sacramento. El propio sacerdote se la impartió a Maradona en este encuentro, que tuvo lugar antes del inicio de la Pandemia, hace más de un año.
También recordó que dialogando con Maradona éste le relató tras un encuentro con el papa Francisco su reconciliación con la Iglesia, de la que se había sentido alejado por un episodio repetido hasta el hartazgo en medios de comunicación. Maradona se había quejado en público de que el Santo Padre Juan Pablo II le había regalado un rosario “especial” que era igual al que había recibido su madre y su esposa. Y llegó a ser muy duro. Pero el Diez le aclaró al padre Rubio: “No estaba ahí el Maradona completo cuando yo expresé eso en un reportaje”.
Al recordar a sus padres se le llenaban los ojos de lágrimas, dijo el sacerdote. “Me dijo que la vuelta a la Iglesia estuvo sobre todo inspirada por la vida de su madre y la fe de su madre. Fue a la Iglesia y, me dijo, ‘Tengo que volver’. De las cosas que aprendió de ella, recordó, Maradona le mencionó la Fe, la Fe sencilla, la Fe simple. “La quería poner en práctica en este último tiempo”, vio, y recordó que para Maradona su madre “todo lo ponía en manos de Dios”.
Qué grande poder reconocer las faltas que uno se manda
Maradona era consciente de sus grandes errores, y mostró arrepentimiento por ellos, no tan solo en este encuentro con el sacerdote. En una entrevista para una película del cineasta Emir Kusturica reconoció y lamentó el gran futbolista que se perdió por su adicción a la cocaína, “podría haber sido mucho mejor”, y cómo la droga alteró sus planes.
El padre Rubio elogió emocionado el arrepentimiento de Maradona: “Qué grande poder reconocer las faltas que uno se manda”. Y recordó que el propio futbolista le aclaró que él no era “ejemplo para nadie”. “A mí se me hizo eso un reconocer sus límites, su pequeñez. ‘Y bueno. No importa. Me levanto y sigo para adelante’”, expresó el sacerdote.
Diego Maradona suele ser juzgado fuera del ámbito del fútbol por su voracidad lingüística, por gestos agresivos y cercanías que parecen poco coherentes con el afecto que expresaba al recordar a sus padres o su familia. Él mismo reconocía frecuentemente sus malas decisiones en numerosas entrevistas que, lamentablemente, se intercalaban con otras en las que se evidenciaba un deterioro en su salud. “El problema más grande fue el de la droga. La droga mata”, había dicho en 2017.
Las adicciones, en esta última etapa según se publica en medios de comunicación al alcohol, fueron deteriorando y empañando sus expresiones públicas.
En el diálogo con el sacerdote Maradona reconoció con una palabra mucho más fuerte y cacofónica de las aquí usadas que tuvo malas decisiones en su vida. Pero buscaba salir de ellas, buscaba paz. El camino lo inspiró la fe sencilla de su madre, que todo lo ponía en manos de Dios. Del Verdadero.