Partió a la Casa del Padre alguien que llenó de gozo millones de vidas en base a “gambetas” y goles
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Con su talento, hizo feliz a millones, indistintamente de la nacionalidad. Hizo del fútbol un deporte más bello, un espectáculo digno de admirar y contemplar independientemente de la afición por uno u otro equipo.
Como pocos otros, Maradona logró que la atención del mundo entero se pose en los equipos más humildes. Inspiró a cientos mostrándoles que salir de la miseria era posible en base a esfuerzo y resiliencia. Fuera de la cancha, víctima de adicciones, y protagonista de miserias.
De todo fuimos todos testigos. Pero repasando el libro de la vida de Diego Armando Maradona, cómo no iniciar con esas gambetas imposibles, con esa precisión inigualable, con ese arranque explosivo propio de los velocistas y esa pausa digna de los ajedrecistas.
Lo dijo él. Se equivocó, pagó. Pero la pelota no se mancha. El talento futbolístico de Diego Armando Maradona, fallecido hoy a las 60 años fruto de una descompensación en su hogar, primará en la posteridad por sobre la oscuridad de las drogas. “De mortuis nil nisi bonum” (de los muertos no digas nada malo).
Crecer y sobrevivir
En una villa nació, canta el desaparecido Rodrigo. Sigue el cuartetero diciendo que fue deseo de Dios- vaya uno a saber- crecer y sobrevivir enfrentando la adversidad. Lo hizo. En un potrero, de esos que todavía quedan en los suburbios bonaerenses, sudamericanos, asiáticos, africanos, forjó su zurda inmortal. Soñaba jugar un Mundial y consagrarse en primera para a su familia ayudar.
Pelusa llegó de Argentinos Juniors a Boca, del semillero al grande. Y luego, saltó a Europa, donde primero en Barcelona y luego en el sur de Italia, en el Napoli, se consagró como el mejor. El Mundial de México 1986, con el mejor gol de la historia de los Mundiales a Inglaterra, entre otras perlas, lo consagró campeón. Sevilla, Newell’s, Boca. Por doquier habrá reseñas. También de su paso como entrenador.
Pero también había otro Diego. No ese. De mortuis nil nisi bonum. Otro que cada tanto tenía algunos gestos silenciosos y generosos.
Contaba una argentina que en un viaje de tren cuando estaba en Italia llegó a saludar al ídolo, a contarle un proyecto social, que el propio Maradona terminó acompañando y apoyando económicamente sin que nadie sepa nunca demasiado.
No le daba igual la pobreza, esa de la que nació. Creía en el deporte como motor del desarrollo.
Maradona y la Iglesia
“El Diego” participó de un Partido por la Paz en Roma, en el 2016, ocasión en la que visitó al Papa Francisco. Pudo hacer las paces con la figura del Santo Padre, figura que en algún momento había cuestionado por ese lugar común del oro del Vaticano. Según dijo un allegado al Diez, Francisco, para romper el hielo en la reunión comenzó con “entró el argentino más importante al Vaticano”.
#Maradona y @Pontifex en la concentración del partido #UnitiPerLaPace pic.twitter.com/XoUzfxieOL
— Scholas Occurrentes (@InfoScholas) October 12, 2016
Maradona culminó esa visita a Roma emocionado. “El papa Francisco es mucho más que Maradona. Él es el verdadero fuera de serie”, declaró. Y completó: “El mundo lo necesita. Menos mal que Francisco no fue arquero. Cuando me abrazó pensé en mi madre y dentro de mí recé. Estoy contento de haber vuelto a la Iglesia”.
“Me había alejado de la Iglesia, porque pensaba que no estaba lo suficientemente cerca de los necesitados, pero con Francisco es diferente”, argumentó en aquella ocasión. Antes, había sido bastante duro. . . “De mortuis nil nisi bonum”.
“Tenemos que estar orgullosísimo del Papa que tenemos. Te puedo asegurar que está haciendo todas las cosas bien. Ojalá que a nadie se le ocurra hacerle algo malo”, dijo un tiempo después.
El Vaticano informó sobre el pesar del Papa Francisco al recibir la noticia, según recoge la vaticanista española Eva Fernández.
El #Papa ha sido informado de la muerte de #Maradona y recuerda con cariño las veces en que se han encontrado. Reza por él como ha estado haciendo en los últimos días cuando se agravaron sus condiciones de salud.
By @HolySeePress pic.twitter.com/Bg5T8mAE8j— Eva Fernández (@evaenlaradio) November 25, 2020
“De mortuis nil nisi bonum”, dice el dicho en latín. De los muertos, no digas nada malo. Mucho hay ya de eso en internet. Espontáneamente brota la gratitud ante un hombre que hizo feliz en estadios a generaciones de futboleros, y que fuera de ellos sufrió, pagó, y hoy falleció.
Aun aquellos que en ocasiones a veces absurdas cruzando quizá los umbrales de lo humorístico lo consideraban verdaderamente Dios, hoy se conmueven y rezan por su encuentro con el Verdadero.
Después de todo, partió a la Casa del Padre alguien que llenó de gozo su vida en base a gambetas y goles, desde el noble arte del deporte más popular del mundo.
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