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Llenemos nuestras casas de la luz de Navidad

LIGHTS
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Miriam Esteban Benito - publicado el 24/11/20
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Cálida, fría, neutra… ¿Te imaginas tu vida sin luz? Todos sabemos que con luz se ven las cosas de otra manera, más aún en Navidad.La iluminación es un factor importante en cualquier ambiente. La luz, por medio de su intensidad y tonalidad nos ayuda a entender el espacio e influye tanto en nuestra forma de percibirlo como de relacionarnos con él. Además, es un instrumento que nos ayuda a evocar e impulsar diferentes sensaciones. La luz imprime carácter a un lugar y contribuye a su identificación.

Está claro que la luz influye en nuestra percepción del mundo. La luz es una fuente de energía para todo ser vivo. Para las personas es indispensable la luz del sol. Así mismo, la energía eléctrica es imprescindible en nuestros hogares.

Por otra parte, en unas semanas, las calles principales de pueblos y ciudades se decorarán con espectaculares luces y suntuoso alumbrado. En esas semanas, diferentes tipos de iluminación inundarán nuestros salones, balcones, centros comerciales, fachadas. En cada espacio, los juegos de luces y sombras atraerán nuestras miradas y asombro.

En esta galería encontrarás unas cuantas ideas:

Pero ¿qué tipo de luz es lo suficientemente fuerte para penetrar nuestro yo? ¿Qué tipo de luz puede dar verdadera vida a los que están a nuestro alrededor? ¿Qué tipo de luz es capaz de alumbrar y guiar a quien camina en tinieblas?

La luz del Adviento

Entramos en Adviento, un tiempo que da paso a la Navidad. Es un tiempo que llama a la esperanza, un tiempo de Luz. Estamos llamados a ser luz que de vida a los que están a nuestro alrededor.

Jesucristo es ciertamente la luz por antonomasia. Pero para llegar hasta Él necesitamos también luces cercanas, personas que dan luz reflejando la luz de Cristo, ofreciendo así orientación para nuestra travesía” (Benedicto XVI)

Con esta frase de la Spe Salvi, Benedicto XVI nos permite entender que la luz de la cual brillar no es nuestra, sino que viene de Otro. Por lo tanto, es necesario que estemos “expuestos” a la Luz, que la absorbamos y la transmitamos a los demás.

Cuanto más nos llenemos de Luz, más fácil nos será poder afirmar como san Pablo “vivo pero no soy yo el que vive, es Cristo quien vive en mí”.

Hogares de luz

Un ambiente bien iluminado capta, atrae y traspasa nuestra atención sin que nos demos cuenta. Por ello, de manera especial durante este Adviento, tenemos que dejarnos transformar en una realidad humana diferente, atractiva, de modo que cualquier hombre pueda intuir a través de nosotros un modo nuevo de vida, algo que recargue de esperanza, utilidad y dignidad su día a día.

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Shutterstock | Elena Efimova

Si nos dejamos iluminar por Dios, quién esté a nuestro alrededor puede encontrar a Quién es la respuesta a las necesidades más profundas del corazón. En definitiva, tenemos que ser “Hogares de Luz”.

Son muchas las maneras en las que podemos conseguirlo, tanto a nivel “interior” como “exterior”.

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Miriam Esteban

Cómo ser luz

A nivel interior, en nuestra familia no debe faltar el deseo de ser compañía comprometida para los que tenemos cerca. Una compañía más humana y paciente, más atenta a las exigencias del corazón de los familiares y de nuestro prójimo. Dios se hace como nosotros para hacernos como Él: debemos abrir las puertas de nuestros corazones para que entre su Luz y actúe en nosotros. De esta manera podremos vivir más intensamente y conscientemente.

A nivel exterior, claramente los primeros signos de la llegada del Señor son el belén y el árbol que llevan “un mensaje de luz, de esperanza y amor.” (Papa Francisco, 19 de diciembre de 2014).

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Miriam Esteban

Además, podemos acompañarlos de pequeños gestos decorativos de nuestras casas, que nos ayuden a proclamar y poner en plena evidencia el tiempo en el que estamos.

Decorar con la luz de Navidad

En este tiempo que comenzamos, la luz de Navidad puede ser la protagonista de la decoración de nuestra casa en cada una de las estancias principales.

Hoy en día, por suerte, tenemos muchas opciones de iluminación: guirnaldas, figuras, estrellas luminosas, cortinas de luz, velas, leds. Con ello, podemos aportar un protagonismo y un clima especial a nuestros centros de mesa, ventanas, barandillas, fachadas. Y ¿por qué no?, crear nuestra propia corona de Adviento y situarla en un lugar visible de la casa.

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Shutterstock | Ryzhkov Oleksandr

Un buen recurso puede ser la realización de pequeños bodegones dentro de casa usando adornos navideños, flores o ramas y puntos de luz como velas o figuras luminosas. Podemos aprovechar para jugar con diferentes formas, texturas y tamaños, creando un rincón muy especial sobre un aparador, un alféizar de ventana o una mesa rinconera.

Pero, no nos olvidemos, la luz del Señor no se extingue:

Ya no será el sol tu luz de día, ni te alumbrará la claridad de la luna, será el Señor tu luz perpetua y tu Dios tu esplendor. Tu sol ya no se pondrá, ni menguará tu luna, porque el Señor será tu luz perpetua” (Is 60,19-20).

Tenemos la tarea de poner Luz a la noche. ¿Te atreves?

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