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Las personas no pueden fracasar, tienen éxito por el hecho de existir

ANDREA VISCONTI, TALE, FAIL
Lucandrea Massaro - Annalisa Teggi - publicado el 22/11/20

La lección de vida y de emprendimiento del influencer italiano Andrea Visconti, en el proyecto “Economy of Francesco”Hay que tomar en mano la economía para evitar que ésta tome posesión de nuestra existencia, y esto implica cambiar el punto de vista sobre uno mismo y sobre la vida.

Es la enseñanza de un conocido influencer italiano, Andrea Visconti, que vivió una fuerte experiencia de fracaso personal con una startup y que hizo de esa lección una enseñanza que compartir con los demás.

Aleteia, partner de Economy of Francesco, le ha entrevistado para ti.

– Brevemente, ¿quién es Andrea Visconti, y qué hace en “Economy of Francesco”?

En septiembre de 2019 fui invitado a contar mi historia en este evento, que debería haberse celebrado en Asís, y que en cambio se celebra on line. Un evento para jóvenes empresarios y Change maker de todo el mundo que se han distinguido por su modo ético de emprender.

Hombres, antes que empresarios, que han antepuesto sus valores al dinero. ¡El dinero como instrumento para el bien común, no como fin!

Creo que se me ha invitado porque, como papá de 3 hijos y empresario, elegí guiarme por mis valores. Sobre todo uno que explico en un video sobre el fracaso: “fracasan las empresas, no las personas. Porque las personas tienen éxito por el simple hecho de existir, porque por las mañanas abrimos los ojos y estamos allí, ¡existimos!”

El fracaso es parte de la vida

– ¿Cómo se crece ante el fracaso?

El fracaso lo experimentamos todos varias veces en la vida. La primera vez, de bebés, cuando intentamos ponernos de pie.

Imagina un niño que aprende a andar: no conozco a ninguno que lo haya conseguido a la primera. Para bien y para mal, todos nos caemos y nos levantamos varias veces hasta que entendemos cómo se hace. Y de allí es un crescendo que nos llevará a correr para conquistar el mundo.

Logramos aprender porque nadie, a esa edad, después de caerse un par de veces dice: “¿ves? No soy capaz, soy un fracasado, no andaré nunca”. Nadie tiene esta duda ni por un momento.

Cuando el niño cae, se encuentra ante dos opciones. Lo mismo que nosotros cuando tenemos una caída o vivimos un momento difícil: Podemos quedarnos quietos llorando, pensando qué mala suerte tenemos y que no lo conseguiremos. ¡O podemos aprovechar ese momento de dificultad como la mayor oportunidad de nuestra vida!

Pensemos en cuántos ejemplos hay: el piloto Alex Zanardi,  que cuando se despertó sin piernas dio gracias por la parte que le había quedado, y transformó la discapacidad en su mayor fortaleza.



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Lo mismo hace Bebe Vio cuando dice que el 97% de las personas que tienen su enfermedad mueren en los primeros 4 días y que ella se siente afortunada de estar viva.

Chiara Bordi, 3ª clasificada en Miss Italia 2018, que a los 13 años perdió una pierna por un accidente, y que decidió llevar la discapacidad al mundo de la moda. ¡No quería ser la chica sin una pierna, sino sencillamente Chiara!

Ser padre cambia la mirada

Podría dar más ejemplos, como Giampietro Ghidini, al que se le murió un hijo, y que de este dolor hizo nacer la Fundación Ema Pesciolino Rosso, que hace una labor extraordinaria con los chicos en las escuelas…

– ¿La paternidad cambia la manera de emprender? ¿La economía cambia cuando se mira con ojos de padre?

En junio de 2018 me encontraba en el Grand Hotel en el paseo marítimo de Salerno. Me estaba preparando para ir a dormir porque al día siguiente tenía que subir al palco del TEDx.

Mi mujer, Francesca me manda un video de nuestro hijo Filippo mientras está sentado en el sofá con su laptop de juguete en las piernas, mientras habla con su celular de juguete.

En cierto momento del video, Filippo toma su pizarra mágica por el mango y la deja en el suelo como si fuese mi maletín. Quita dos pequeños imanes de la pizarra y se los mete en las orejitas como si fueran los auriculares, y sigue fingiendo que habla por teléfono mientras escribe en el laptop.

Ese video me hizo caer en la cuenta de cómo los hijos nos observan.

Cuando tienes hijos, la tentación es hacer las cosas por ellos. Pero los hijos no quieren que hagamos las cosas por ellos, quieren que las hagamos por nosotros mismos y por el mundo, y nos observan mientras las hacemos.

Nuestros hijos no quieren saber si papá es rico y famoso, o si trabaja mucho para pagarnos los juguetes. Quieren saber si su papá está feliz con su vida, y de si está seguro de que la vida no sólo es maravillosa, ¡sino de que vale la pena vivirla a lo grande!

Ver lo bello

En este sentido, sí. La paternidad cambia la manera de concebir la empresa, porque cambia la manera de ver la vida y las preguntas que uno se plantea sobre ella.

– ¿Qué recursos necesitamos para superar este gran fracaso que es la pandemia de Covid?

Creo que todo depende de dónde ponemos la mirada. Si la ponemos en lo malo y lo feo del mundo, o si la ponemos en la belleza y en las gracias que se nos dan.

Para nosotros, por ejemplo, la cuarentena de marzo y abril fue una sucesión de regalos inesperados y maravillosos. El primero, echar el freno de mano y disfrutar de las 3 criaturas maravillosas que la vida nos ha dado.

Dado que en esos dos meses los hijos nos ayudaron mucho a tener la mirada fija en la belleza, porque para ellos es natural, nos pudimos dar más cuenta de las cosas buenas que nos pasaban, y asombrarnos con ellos.

Gestos de esperanza

Por ejemplo, una señora que veía siempre nuestros juegos en mi perfil de Instagram, empezó a mandarnos a casa una caja de fruta y verdura cada semana.

O ese vecino de casa con el que nunca nos cruzamos, y que en estos meses saludaba a los niños desde el balcón.

O también, ese otro vecino que hizo la cuarentena en el campo, dejándonos las llaves de su casa y de la terraza. Eso nos permitió tener un desahogo de 60 m2 al aire libre, que cambiaron mucho nuestra calidad de vida en esos meses.

También al final de la pandemia, cuando compartí en redes el deseo de abrir un centro veraniego en el parque para que los niños jugaran. Y un papá que me seguía en Instagram dio su disponibilidad, y pudimos hacer jugar durante más de un mes a 19 niños.

La pandemia tiene una gran ventaja sobre otras situaciones: Está claro y evidente a todos que no es nuestra culpa, y esto nos previene del riesgo de sentirnos fracasados por algo. Pero no podemos correr el riesgo de desanimarnos por esto. Porque al poner la mirada en lo bello y lo bueno, ¡nos daremos cuenta de las cosas buenas y las oportunidades que esta pandemia nos está regalando!

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