La vocación del matrimonio se ha mantenido fuerte a lo largo de los siglos superando grandes obstáculos.
En momentos de dificultad, por ejemplo durante la pandemia o en medio de la guerra, muchas parejas han abandonado su idea de matrimonio fastuoso para centrarse en la importancia de una ceremonia sencilla.
Además, muchas parejas casadas han fortalecido su unión superando juntos las dificultades.
Pero también hay matrimonios que no han superado las dificultades, y que han sucumbido.
Como dice el papa Francisco en la Amoris Laetitia:
La historia de una familia está surcada por crisis de todo tipo, que también son parte de su dramática belleza.
Hay que ayudar a descubrir que una crisis superada no lleva a una relación con menor intensidad sino a mejorar, asentar y madurar el vino de la unión.
No se convive para ser cada vez menos felices, sino para aprender a ser felices de un modo nuevo, a partir de las posibilidades que abre una nueva etapa.
Cada crisis implica un aprendizaje que permite incrementar la intensidad de la vida compartida, o al menos encontrar un nuevo sentido a la experiencia matrimonial.
De ningún modo hay que resignarse a una curva descendente, a un deterioro inevitable, a una soportable mediocridad.
Al contrario, cuando el matrimonio se asume como una tarea, que implica también superar obstáculos, cada crisis se percibe como la ocasión para llegar a beber juntos el mejor vino (232).
Para ayudarte a reflexionar más sobre tu propio matrimonio y la belleza de este sacramento, hemos elegido para ti estas poderosas palabras de las Escrituras, 11 citas bíblicas sobre el matrimonio:
Hoy celebramos a...