En la Iglesia católica no hay equipos, somos un equipo: lo cantan los jóvenes de Hakuna¿Te acuerdas de la escena de la Bella Durmiente en la que las hadas se pelean por el color del vestido de la joven princesa, rosa-azul, rosa-azul?
No sé si empezó la discusión Flora o Fauna, o tal vez era Primavera, porque eso da igual; no es algo en lo que pierda el tiempo el enemigo.
Pero la realidad es que mientras gastaban el tiempo y la energía discutiendo entre ellas, “pedaleando en seco”, indicaban al enemigo (el cuervo de Maléfica) por dónde podía entrar y hacer daño realmente.
¿Cuántas veces dentro de la Iglesia podemos encontrarnos enraizados en peleas que nos hacen pedalear en seco?
¿Cuántas veces utilizamos nuestras varitas también para discutir por cuestiones que no se diferencian en nada al “rosa-azul”, mostrando al enemigo, que no es precisamente un cuervo, por dónde entrar?
Y perdemos el superpoder que tan bien describió san Josemaria, “el hermano ayudado por su hermano es tan fuerte como una ciudad amurallada”.
Así que quiero aprovechar esta ocasión para deciros que soy forofa de todos, desde esta parcela a la que, feliz y agradecida pertenezco, el Opus Dei.
-Soy forofa de la Renovación Carismática. Gracias a la suerte de conocer a mi amiga Rosa Cruz, entendí profundamente lo que quería decir san Josemaría cuando llamaba al Espíritu Santo ese “gran desconocido”.
-Soy forofa de Las Hijas de Cristo Rey en Ferrol, mi colegio, donde aprendí a adorar por primera vez al Señor. Su directora actual, la Hermana Flor, era mi compañera de clase.
-Soy forofa del Camino Neocatecumenal, mi actividad apostólica del Café de los Viernes no sería posible sin ellos.
-Soy forofa de los sacerdotes claretianos que me dan la comunión todos los días. Y que consiguen que, diariamente, me encomiende a los Mártires de Barbastro.
-Soy forofa de las Hermanas del Hogar de la Madre, mis hijas vibraron con la hermana Clare y asumieron el “Todo o nada”.
-Soy forofa de cómo contagian la devoción a la Virgen desde el movimiento Schoenstatt.
-Soy forofa de los Legionarios de Cristo, disfrutando de su labor de difusión en la Revista Misión.
-Soy forofa de todos los miembros del Opus Dei, porque yo no estaría aquí escribiendo sin ellos y sobre todo de uno, Mr. Square: soy tan forofa que me casé con él.
Así que gracias, gracias, gracias a Hakuna, aquí tenéis a una forofa, por esta canción que hacía tanta falta.
Cómo dice mi amiga Miriam, de Comunión y Liberación, no jugamos una liga con camisetas de diferentes colores, jugamos todos juntos para meter el gol al enemigo aprovechando todos los recursos y carismas distintos.
No hay equipos, somos un equipo, somos Su Equipo.
Hakuna, ¡gracias! Soy forofa de todos. ¿Y tú? ¿Why not?
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